En un bar tradicional parcialmente incendiado, un hombre viejo con la cabellera y el rostro gastado por la edad estaba discutiendo con una chica semi-robótica, ambos sentados en la barra.
"Hoy es el día, ¿No?" Dijo el hombre con una expresión severa.
"Sí, tengo todos los preparativos listos, es solo cuestión de esperar la hora establecida." La chica hizo un gesto con la mano.
"No lo sé pero... Tengo el presentimiento de que algo inesperado pasará."
"Incluso si pasase décadas analizando eso que acabas de decir, es algo matemáticamente improbable. He vivido toda mi vida ideando y llevando a cabo este plan, no hay posibilidades lógicas de que falle." La chica con facciones robóticas se repetía a sí misma una y otra vez.
"Ese es tu problema. Crees que puedes controlar todo con cálculos y planes, cuando en la realidad hay cosas que están fuera de nuestro control. El mundo gira incluso sin ti, no alrededor tuyo."
"¿Vas a venir con eso otra vez? Te he dicho muchas veces que dejes de intentar darme tus enseñanzas de anciano."
"Bueno, si un anciano te lo dice definitivamente deberías hacerle caso; son muy sabios." Dijo el anciano con un tono bromista.
La chica soltó una pequeña risa antes de volver a sus pensamientos.
Tengo que terminar con esto de una vez por todas, no puedo permitirme fallar después de todo lo que he hecho. Además, tengo que proteger al viejo... Sí, después de tantas personas, es el único que se ha preocupado genuinamente por mí...
Un alarido adolorido sacó a la chica de sus pensamientos.
Un hombre sentado en una silla estaba siendo incinerado, con una apertura en su pectoral derecho.
"Deja de llorar, tú eres el que provocaste todo esto. Te dije que fueras amable." Dijo la chica con partes robóticas.
El viejo la miró con una expresión de genuina preocupación.
Sé amable, ¿Eh?
...
"¿Qué pasa? ¿Tienes alguna enfermedad mental?" La figura con boina negra se acercó a una distancia peligrosa del rostro de Edward.
El joven había vuelto a agachar su mirada, con los ojos perdidos en el suelo.
"¿En serio pensaste que solo me quedaría de brazos cruzados mientras ustedes salvaban al mundo? Realmente son estúpidos."
"Desde el principio te he estado vigilando, torre de la perdición. Nunca debiste aceptar ese trato." La figura con boina negra soltó una sutil carcajada.
"Pero ya es tarde para los arrepentimientos. Ahora, ¿Por qué no vamos a echarle un vistazo a la encantadora mujer qué vive dentro de ese edificio? Hmm... ¿Cómo se llamaba? Ah sí, creo que era Miria."
"Solo déjame hacer una cosa antes de eso. Quiero revisar un detalle." La sonrisa de la figura con Boina negra se ensanchó de manera desproporcionada.
La figura extendió su mano hasta tocar la frente del joven, momento en el que una luz roja centelleante salió de su palma y se adentró en la mente de Edward.
Dentro de la mente de Edward, la copia inexpresiva del joven apresuró su paso, dirigiéndose hacia el lugar en donde el joven estaba recostado.
Mientras esto pasaba el mundo de niebla y oscuridad se caía a pedazos de forma precipitada. Finalmente la copia inexpresiva llegó hasta el sillón viejo y se abalanzó sobre el cuerpo del joven, protegiéndolo con su propio peso.
Una figura entró por la puerta principal de la casa destartalada, caminando lentamente mientras los escombros volaban por todos lados.
Llegó hasta el lugar en donde tanto la copia como el original se ubicaban. Sacó una espada de hoja larga del espacio que tenía enfrente y la clavó en la traquea del clon.
Sangre salpicó en el rostro del Edward original, agitandolo un poco pero sin poder despertarlo.
La copia intentó emitir unas últimas palabras pero quedaron ahogadas bajo su propia sangre. En un último vestigio de su voluntad escribió algo con su líquido carmesí sobre la mano del joven original.
La figura con boina observó toda la escena, mostrando en su sonrisa la satisfacción de alguien que logró un éxito importante.
Le dio unas palmaditas en la cabeza a la copia abalanzada sobre el original antes de que sus ojos se volvieran desenfocados.
Deseo que hayas tenido un sueño lindo, hermano.
El último pensamiento se desvaneció fugazmente en la mente del joven inexpresivo.
La figura con la boina negra observó la escena durante unos segundos más. Luego se retiró del escenario cantando felizmente.
"Las cosas buenas les pasan a los hombres buenos~
Y sí tú lo sabes entonces pórtate bien~
Porque si no el hombre malo del saco te robará~
Así que no te demores y comienza a portarte bien~"