Caín y Edward habían salido de la mente del joven. En el momento en el que lo hicieron, una pregunta se formó.
"¿A qué se refiere con venganza?" El joven preguntó, con una anticipación evidente en su mirada.
"... Puedo darte poder para que te vengues del general." Respondió Caín con una mirada indescifrable.
"¿Q-qué? ¿Por qué no me lo había dicho antes?"
"Porque darte este poder también significa darte un peso sobre tus hombros. Un peso que tal vez no puedas cargar."
"¡¿Un peso que no puedo cargar?! ¡¿Después de todas las cosas por las qué he pasado?!" El joven se mostraba confundido y a la vez furioso.
"...¿Quieres este poder?"
"¡POR SUPUESTO QUE SÍ! ¡Haría y soportaría cualquier cosa por eso!"
"Está bien. Cumpliré tu deseo." La mirada indescifrable de Caín por fin había revelado una emoción: duda.
Edward lo notó pero no tuvo tiempo de comentar nada debido a que el hombre había comenzado todo el proceso para darle 'poder' al joven.
Caín juntó sus manos y comenzó a rezar en un idioma inentendible. Cuando terminó de hacerlo, una luz blanca pura descendió sobre Edward.
El cuerpo del joven flotó ligeramente, entrando la luz directamente por su pecho.
El proceso duró aproximadamente un minuto, aunque a Edward le tomó cinco minutos reincorporarse.
"¿Eso es todo? No me siento diferente." Edward se mostraba confundido.
"No. Solamente te di el papel, todavía falta el lápiz para que escribas sobre él."
"¿Qué?" Edward puso una expresión extraña.
Caín soltó una pequeña risa y respondió: "No has aprendido nada de las clases, ¿Verdad? Me refiero a las historias y sus significados que debes de tener para que tu poder funcione."
"Ahh, sí, lo recuerdo." El joven se mostró un poco avergonzado.
"¿Pero de donde sacaré las historias y sus significados?" La confusión de Edward volvió.
"... Perdóname. De verdad, perdóname..." La mirada indescifrable de Caín se hizo mucho más clara, apunto de revelarse.
¿Q-qué?" Un sentimiento de familiaridad del joven se intensificó en extremo.
El mundo a su alrededor comenzó a desquebrajarse. Los cielos se cayeron como pedazos de cristal que cubren el mundo. La tierra se partió como una alfombra que desvela al infierno.
"No me odies mucho. Por favor..." Una parte de la mirada de Caín por fin se reveló.
Edward lo observó mientras caía en picada por un espacio oscuro y difuso. Distinguió una de las emociones indescifrables restante en los ojos del hombre: culpa.
Ah... Así que era eso. ¿Pero por qué?
Edward siguió cayendo por el vacío que parecía querer devorarlo, con preguntas carcomiendo su mente.