Mientras Ren se dirigía a su entrenamiento matutino con Lin, Taro entró en el aula de Wei con cierta aprehensión.
En el último mes, el comportamiento del profesor había sido... peculiar.
No era solo que ignorara la ausencia de Ren, parecía regodearse en ella.
Al tomar su asiento habitual, Taro notó cómo el profesor brillaba prácticamente de satisfacción por la ausencia de su amigo.
Cada clase se había convertido en un desfile de indirectas y ejemplos en los que Ren servía como el antagonista perfecto.
—Como pueden ver en este diagrama —Wei señaló a una ilustración de un patrón de cultivo—, así es como fluye el mana naturalmente en una bestia bien cultivada. Con esta información analizada como argumento, podemos ver cómo los métodos probados son superiores a las teorías infundadas de ciertos... elementos disruptivos.
Era la tercera referencia en los primeros diez minutos de clase. Taro había comenzado a llevar un conteo mental, el récord actual era de doce "ejemplos" en una sola sesión.
—Observen la diferencia entre un cultivo correcto y uno... —Wei proyectó dos imágenes— contaminado por ideas infundadas.
Las bromas constantes sobre hongos, pudrición de ideas y teorías infecciosas se habían convertido en el pan de cada día.
Lo que más molestaba a Taro no era solo la falta de profesionalismo, sino cómo Wei utilizaba su posición para influir en la opinión de la clase. Con innumerables comparaciones para tratar de hacer que su enseñanza sonara más convincente.
—Hoy haremos algo diferente —anunció Wei, terminando su diagrama—. Quiero que formen parejas para estudiar metodologías de cultivo para bestias diferentes a las suyas. A veces, una perspectiva externa puede provocar inspiración.
Hizo una pausa teatral antes de añadir:
—Su sonrisa se tornó maliciosa. "Aunque recuerden mantener sus mentes abiertas pero no tanto que se pudran. Como esos teóricos que terminan...—hizo una pausa dramática— con hongos en sus cerebros.
La clase estalló en risas. Wei había cultivado cuidadosamente esta atmósfera donde burlarse de Ren era la norma.
Taro apretó su lápiz con fuerza. Para ser un profesor respetado, Wei se comportaba más como un niño con una vendetta personal.
Taro observó el aula desanimado.
Nunca había sido particularmente sociable en esta clase, prefiriendo mantenerse reservado.
Ahora, como un amigo conocido del "Chico Podrido", las posibilidades de encontrar pareja eran aún más limitadas.
Su mirada se cruzó brevemente con la del grupo de Jin por accidente.
El chico tigre, rodeado por sus habituales secuaces, le lanzó una mirada de asco tan exagerada que habría sido cómica en otras circunstancias.
Un suave toque en su hombro sobresaltó a Taro.
—¿Puedo ser tu pareja? —Taro se giró para encontrar a Luna de pie junto a su escritorio.
Su expresión era tan impasible como siempre, pero había algo en su mirada que sugería que esto no era una elección aleatoria.
—¿Conmigo? —la pregunta salió en un tono más agudo de lo previsto. ¿Luna, la estudiante más prometedora de la clase, quería hacer pareja con el amigo del Chico Podrido?
♢♢♢♢
—Luna, ¿por qué no trabajas conmigo? —Klein no se molestó en ocultar sus intenciones cuando ella pasó cerca de su asiento—. Mi león dorado sería un tema de estudio mucho más interesante que un simple escarabajo.
Luna no lo dignificó ni con una mirada mientras se sentaba junto a Taro.
El león dorado de Klein se manifestó en sus brazos, las marcas brillaban con irritación, pero ella mantuvo su atención en los materiales de estudio que comenzaba a sacar.
—Entonces... —Taro comenzó nerviosamente, aún sorprendido por tener a la estudiante más prometedora de la clase como su pareja—. El escarabajo excavador —Luna fue directa, su voz apenas un susurro mientras fingía revisar un diagrama—. ¿Ya has empezado con el método que mencionó Ren?
La tensión en los hombros de Taro se relajó un poco.
Hablar con una chica era algo difícil para él pero... Este era un tema sobre el que podía discutir cómodamente.
—Anoche procesamos los primeros cristales —explicó mientras fingían trabajar en el ejercicio asignado—. Ren utilizó un método con luz de luna concentrada...
—¿Y funcionó? —Los ojos de Luna mostraron un destello de interés genuino.
—Esta mañana absorbí el primer cristal. Fue... intenso.
Mientras supuestamente analizaban los componentes de cultivo de sus bestias, Luna mantenía un flujo constante de preguntas precisas: ¿Cómo concentraban exactamente la luz? ¿Qué lunas usaban? ¿Cuánto tiempo de exposición?
De repente, se detuvo a mitad del análisis, sus ojos fijos en Taro con una intensidad que lo hizo incomodar.
—Hay algo diferente en ti —murmuró, su lobo sombrío manifestándose sutilmente en sus ojos.
—¿Diferente?
—Tu mana —Luna entrecerró los ojos, estudiándolo—. Los patrones de flujo... se mueven diferente en tu cuerpo. Mi lobo lo puede ver claramente. Es como si...
—Ah —Taro sonrió ligeramente, comprendiendo—. Durante el cultivo esta mañana. El primer cristal fue procesado de manera diferente, como Ren dijo que debería ser. Al principio pensé que era envenenamiento de mana, pero...
—Interesante —Luna lo interrumpió suavemente.
Aunque no hizo más preguntas, Taro podía sentir su mirada estudiándolo periódicamente, como si monitoreara los cambios en el flujo de su mana.
♢♢♢♢
Continuaron con el ejercicio asignado.
Taro, tras mucho análisis, solo logró identificar un componente correcto para el cultivo del lobo sombrío, la necesidad específica de cristales nocturnos para mantener su afinidad con las sombras.
Luna, por su parte, identificó dos elementos para el escarabajo: la importancia crítica de la luz de luna en el procesamiento y, sorprendentemente, la necesidad de tierra profunda.
—El segundo es incorrecto —señaló Taro, recordando claramente las explicaciones de Ren sobre el procesamiento puramente lunar—. El método solo requiere luz de luna específica.
Luna lo miró con una expresión curiosa, casi confundida, pero no discutió. Sus ojos, todavía influenciados por su lobo sombrío, se estrecharon.
Cuando el ejercicio terminó, ella se levantó con la misma gracia silenciosa con la que había llegado.
Sin decir otra palabra, volvió a su asiento, dejando a Taro preguntándose si lo que acababa de suceder había sido real.
Klein intentó captar su atención de nuevo cuando ella pasó, pero Luna lo ignoró por completo como la primera vez.