—Corre —la mente de Ren gritó—. ¡CORRE!
♢♢♢♢
—La hidra giró ambas cabezas directamente hacia Ren, sus ojos brillando al reconocerlo como el ladrón del huevo.
—Esto ya no era un escape sigiloso... la bestia lo había visto.
—La sigilosidad ya no importaba.
—Ren corrió como nunca antes, cada paso resonando en los túneles mientras el rugido de la hidra hacía temblar las paredes.
—El conocimiento fluía: las hidras de rango plata nivel 3 podían disparar rayos de poder, haces concentrados de luz. Esta, de rango dorado, probablemente tenía capacidades aún más letales, pero el conocimiento no llegaba tan lejos.
—Una fuerte vibración sacudió los túneles.
—La hidra había comenzado a moverse, su cuerpo masivo aplastando roca mientras seguía a su presa.
—Afortunadamente no estaba disparando, necesitaba conservar energía. Con su alimentación de esa pequeña vena, cada uso de poder significaba minutos de recuperación.