El amanecer del día siguiente trajo una gran expectativa a cada rincón de la academia.
El estadio estaba abarrotado más allá de su capacidad normal. Los estudiantes de todos los años se amontonaban en las gradas. Los profesores de los últimos años de la academia, que normalmente mostraban poco interés en las competiciones de primer año, habían escuchado los rumores y ahora ocupaban las últimas posiciones.
Ren completó sus preparativos finales. Min y Taro lo acompañaron, ofreciéndole palabras de aliento con intentos de suavizar la tensión.
—Recuerda —insistió Min—, no te desviste como el día que te encontramos con ella en la habitación.
—Estarás frente a mucha gente —añadió Taro—. Deberías esperar hasta después del torneo.
Ren puso los ojos en blanco, pero a pesar de las bromas tontas, estaba agradecido por el apoyo de sus amigos. Su mente, sin embargo, ya estaba parcialmente enfocada en la forma en que enfrentaría el próximo combate.