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Crónico - Capítulo 2°

Un nuevo día comienza, la mañana esta fría, casi nevando. La casa de Yuuki esta en silencio y casi totalmente a oscuras, solo entrando un poco de luz solar por las ventanas algo tapadas.

Movimiento de unas sábanas

Yuuki sale de su montaña de sábanas, tiene un aspecto de un notable cansancio. Estuvo los últimos días copiando y estudiando por los días que estuvo en el hospital, tampoco ha comido desde que salió del hospital…

Gruñidos del estomago

Yuuki se levanta y se mueve por el desorden de su habitación, sale y se dirige a la cocina y ya enfrente de la heladera, observando que esta absolutamente vacía…

-Hmmm…

De pronto del silencio y oscuridad de la mañana se escuchan unos golpes en la puerta. Llamando la atención de Yuuki, quien se dirige a la misma y observa por el ojo de pez…

(Susurrando) -¿Y estos…?

Yuuki observa como una chica de aspecto algo inquietante y ropas algo sueltas esta golpeando la puerta de forma inquieta, atrás de la chica hay un hombre con un aspecto rudo con lentes de sol, parece motero…

-¿¡hay alguien ahí dentro!?

La chica algo nerviosa y inquieta sigue llamando y golpeando a la puerta, Yuuki retrocede en silencio. Escuchando que la chica habla, pero esta vez no escuchando bien lo que dice…

¡CRUCH!

De repente hay un ruido de que alguien rompió el picaporte y la puerta se comienza a abrir lentamente...

Yuuki sorprendido y alarmado retrocede y entra al baño antes de que la puerta se abra por completo, encerrándose en el mismo.

"¿Qué demonios quieren estos?"

Yuuki mira a su alrededor, observando la ventana, un tanto diminuta y juntar unos baldes debajo de la misma, intentando trepar y salir por la ventana.

-¿¡Donde estas jodida rata!?

La chica grita, y comienza a moverse el picaporte de la puerta, alarmando y apurando a Yuuki, quien con esfuerzo logra salir de la ventana para afuera, tirándose al piso, golpeándose y raspándose.

A los pocos segundo se recompone poniéndose en pie, al mismo tiempo que escucha como el picaporte de la puerta del baño se rompe y entran.

La chica sigue gritando, mientras que Yuuki afuera de la ventana comienza a caminar rápido hacia el frente de la casa, observando como casi enfrente de la misma hay un auto negro con los vidrios polarizado, dirigiéndose a la izquierda, caminando rápido.

Después de unos momentos, sintiendo el frío y monotonía de la mañana, la chica sale junto al tipo y comienzan a correr hacia Yuuki.

-¿¡A donde crees que vas!?

Yuuki al darse cuenta que lo siguen comienza a correr y a meterse entre las casa y sus callejones, al mismo tiempo que la chica junto al tipo lo persiguen.

Pasado un tiempo de correr, Yuuki llega a una calle estrecha de un solo sentido, y cuando esta cruzando es atropellado por otro auto, este es azul oscuro y también tiene los vidrios polarizados.

(aturdimiento y sonido blanco)

La chica y el tipo que iban detrás de Yuuki se detienen en la salida del callejón y usas las paredes de cobertura.

Adentro del auto -Que fastidio

Lo dice un hombre joven bien vestido de traje que carga una pistola y saca de la guantera un fino saco de un polvo negro, baja del auto con mucho cuidado, y se cerca de la pared de la calle.

El hombre trajeado con la pistola en mano y en la otra el saco de polvo, tira este último a la entrada del callejón, llenando la escena de una gran nube negra, acercandose y tapándose la nariz y boca con una servilleta.

Debido a la nube negra la mujer y el hombre rudo comienzan a toser, aparentemente la nube de polvo es muy irritante. Finalmente el joven trajeado llega y toma por sorpresa por detrás a la chica ahorcandola hasta que la misma se desmaya, después intenta ir a por el hombre rudo pero este logra notarlo intentando apuntar al joven con una pistola.

El mismo se da cuenta de esto y dispara a la pierna del hombre dándole, y se apresura a taparle la boca para que no grite, saliendo de la nube de polvo debido a que no puede taparse con la servilleta.

Después de que la situación de calma y la nube de polvo se disipe, el joven trajeado va a al auto y del maletero saca unas bolsas de papas y unos precintos para atar las las manos y pies, y se los coloca tanto a la mujer y al hombre, además de cargarlos a ambos en el maletero.

Adelante del auto, sufriendo y aturdido por el choque, esta tirado en la calle Yuuki, dejando salir pequeños quejidos de dolor.

El chico del traje se acerca a él para examinarlo, y después de unos momentos.

-Hmp…

El chico lo agarra de la remera y lo levanta a Yuuki llevándolo a la parte de abajo de los asientos traseros, colocándole la bolsa y unos precintos para tenerlo atado, cierra la puerta.

"Quizás seas útil"

Arrancando de nuevo el auto, y dirigiéndose a un lugar desconocido.

Nuevamente, la casa de Yuuki queda en un silencio abrumador, junto a una oscuridad casi absoluta en toda la casa únicamente siendo iluminada por unos pocos rayos de sol de la mañana que atraviesan las viejas cortinas, la puerta de la entrada y de la ventana del baño, así mismo, están ambas puertas forzadas y rotas.

Las plantas mueren sin que nadie las presencie marchitarse. Poco a poco.

En una habitación vieja y desgastada se encuentra Yuuki, amarrado con cuerdas a una silla y con un trozo de tela rasgada tapándole los ojos. La habitación está en un total silencio frío y húmedo sin ventana, únicamente tiene una puerta metálica, con un foco en el techo que ilumina con una luz blanca. No sabe cuanto tiempo ha pasado.

De repente la única puerta metálica de la habitación se abre para dejar pasar a una chica de rasgos comunes que entra con un balde de agua fría para tirarle a Yuuki en la cara, con tal fuerza que le saca la venda de los ojos, aunque la chica se va de la habitación antes de que Yuuki pueda verla.

Yuuki respira desespera y profundamente como si se hubiera ahogado.

Unos pocos jadeos después, poco a poco Yuuki se va calmándo a medida que se escucha entrar una mujer con tacones, cubrierta de varias prendas blancas, inclusive hasta la cara, se acerca lo suficiente a Yuuki.

-¿Quién eres?

Un pequeño silencio incómodo se ve interrumpido por el fuerte cerrar de la puerta metálica, y con ello Yuuki intenta hablar pero se arrepiente a último momento, pensando unos segundos mas el que decir.

-Yu-Yuuki, Yuuki Fu-Fuyuki, ¿dond-

Antes de que Yuuki pueda seguir hablando es interrumpido nuevamente por la mujer tapada en prendas.

-¿Que sabes sobre el líquido?

Nuevamente un leve silencio tapa la habitación hasta que Yuuki vuelve a contestar.

-em-eh, ¿Causa locura?

Silencio, hasta que la mujer lo rompe acercando su mano a la cara de Yuuki, y de repente de la palma de la mujer hay unos polvos negros que la mujer sopla a la cara de Yuuki.

Hay una notable irritación y molestia de Yuuki por recibir estos polvo, moviéndose frenéticamente en la silla.

Se siente y se escucha como si unas hormigas comieran y se llevaran cada parte de él.

Yuuki intenta con molestia abrir los ojos, y como si todo fuera un sueño la habitación esta vacía, sin la mujer y sin el polvo negro.

"¡¿Qué mier-?!"

-¡¿Qué quieren de mi?!

De la nada aparece la mujer enfrente de Yuuki con si nunca se hubiera ido, pero nuevamente vuelve la molestia ocasionado por los polvos negros, sintiendo como si se le metiera en los oídos y en los ojos.

-¿Sabes lo que tienes en la espalda no?

Unos pocos segundos de jadeo de Yuuki y después de recuperar el aliento.

-Si...

Entre jadeos para parece que Yuuki se va calmando de a poco, mientras la mujer comienza a caminar de un lado a otro en la habitación, como si estuviera pensado en algo.

En un momento se va de la habitación a través de la puerta metálica, cerrandose detrás de ella.

Yuuki sigue en la silla agonizando del dolor, tratando de respirar con dificultad, mientras que de su ojo y boca salen gotas del líquido, recuperando la conciencia Yuuki mira hacia abajo dándose cuento de cuanto del líquido negro hay tirada.

El escenario es crudo.

Pasado unos minutos se abre nuevamente la puerta metálico entrando otra chica con un balde de agua fría tirándole en la cara a Yuuki.

La chica se retira y rápidamente entran un montón de hombres con traje y con las caras tapadas por pasamontañas, uno le coloca una bolsa en la cabeza a Yuuki y otro lo inyecta con algo que casi inmediatamente lo pone somnoliento, lo desenredan de la silla para amarrar sus brazos y piernas, cargándolo entre dos y llevándoselo.

En la oscuridad de la bolsa, Yuuki casi perdiendo el conocimiento y por dormise escucha a lo lejos.

-Gracias por su participación.