Capítulo cinco: La ciudad en las nubes

La llegada a la que se refiere no es a la llegada a la ciudad de Cuzco, sino la llegada a la base de la montaña que se tendría que subir para llegar a la ciudad en las nubes: la capital ceremonial del Imperio Inca, Machu Picchu. Una maravilla de construcción que no tiene que envidiarle a ninguna otra capital en el mundo por su desarrollo o imponencia. El lugar de entronización para el Sapa Inca, donde los descendientes del Sol están más cerca del contacto con él en la tierra.

A la llegada a la base de los escalones dispuestos para subir la montaña, que en sí mismos son una obra de artesanía indiscutible, había un chasqui esperándonos al pie de la montaña. Los chasquis, los reconocidos transmisores de mensajes bajo un sistema de efectividad y tiempo de entrega que no tiene nada que envidiarle a los mensajes enviados por caballos, simplemente fascinante. Constan de una serie de mensajeros que han sido seleccionados desde una temprana edad y entrenados en técnicas de respiración y aguante para poder avanzar largas distancias en el menor tiempo posible. Si bien el rigor del entrenamiento que reciben desde una temprana edad forma y lleva a sus límites sus cuerpos, no es la única composición para que los mensajes lleguen a su destino en el menor tiempo posible. No se podría hablar de que supere a los caballos solo dependiendo de personal cualificado, sino que en estos caminos únicos creados para que lleven sus mensajes también se encuentran estaciones de relevo, donde otro chasqui tomará el mensaje para seguir su camino. Todos estos puntos están instalados a la distancia promedio que pueden lograr en una caminata en un día, para garantizar que los mensajes estén en movimiento constante día y noche, garantizando que lleguen lo más rápido posible.

Este sistema era tan fascinante que encantó a Cápac en su vida anterior. La facilidad y las posibilidades de comunicación que le permitirían una mejor gestión, junto a la estabilidad propia del Imperio Inca, le permitirían vislumbrar posibles caminos para el desarrollo que se requería con gran urgencia y que simplemente no le permitiría a Cápac abordar todos los proyectos al mismo tiempo. Ahora solo necesita habilidosos artesanos, porque después de estas horas de camino, definitivamente ha identificado el primer proyecto que tiene que desarrollar: los carruajes de transporte de carga liviana. Este es su objetivo a corto plazo. Necesita fomentar la facilidad de transporte de materia prima liviana, necesita que se desarrolle en las ciudades. Cápac necesita que la facilidad del comercio para las personas aumente, tiene que lograr que el transporte interno de las ciudades logre que puedan entregar, ya sea las cerámicas, más rápido y más fácil. Esto definitivamente permitirá la innovación de proyectos o productos que, por la dificultad de transporte o la dependencia de la mano de obra humana, retrasan la productividad. Cápac sabe muy bien que la poca productividad retrasa el desarrollo. Si desea iniciar proyectos de construcción o proyectos de producción, no puede depender de lo que un humano pueda llevar en sus manos o cargado en una pequeña canasta. Necesita duplicar, por lo menos, la capacidad de carga.

Cápac tiene dos vías de desarrollo para fomentar este proceso. La primera fase es el desarrollo de carros manuales que permiten a las personas mover la materia con su fuerza bruta en el interior de la capital de Cuzco. La capital, la ciudad más desarrollada, tiene caminos empedrados en su interior. Si algo se sabe bien es la habilidad de mampostería que tiene el Imperio Inca. Simplemente observe las construcciones de roca que han desarrollado, la precisión milimétrica con la que se han cortado y unido, sorprende hasta en la era moderna. Los espacios entre cada corte y unión de roca son tan perfectos que ni siquiera un pelo de cabello puede pasar por ahí. Y Cápac planea aprovechar esos valiosos artesanos para realizar un boom de desarrollo industrial en los próximos 7 años.

Cápac se ha propuesto una participación activa hacia los europeos. No planea esperar a que establezcan una base y un control en el continente americano para facilitar sus acciones y dificultar su defensa. No es posible, no es viable que eso suceda. Las plagas acabarán con la población y la fuerza productiva y militar antes de siquiera poder lograr tener la fuerza para negociar. Además, Cápac necesita productos que en este instante no están disponibles en el continente, véase los caballos, productos necesarios, los animales de crianza, el conocimiento. En fin, necesita un sinfín de materias primas y conocimiento con el que no dispone en este instante.

La caminata se hizo corta con todos los pensamientos y planes futuros de Cápac. Además, aunque se dice caminata, en ningún momento Cápac estuvo caminando. Siempre fue llevado en una cesta adaptada para el cargue de los infantes. Es imposible que un niño camine un trayecto tan largo sin cansarse, y si fuera así, aún no tendría el ritmo de velocidad de los adultos, lo cual hubiera ralentizado todo el camino desde la finca. Y la última razón es que el hijo del emperador, si fuera visto sin ser tratado con la dignidad mínima que debería tener, entonces los rumores sobre el desdén o la poca preocupación de la familia imperial correrían más rápido por la región y darían lugar a los malos entendidos.

Finalmente, después de una larga escalada, la cima se asomaba. La grandiosa y majestuosa ceremonia capital de Machu Picchu se podía observar en todo su esplendor.

Fin del quinto capítulo.