Capitulo:Un buen motivo

David flexionó ligeramente las piernas y, en un parpadeo, desapareció.

Un solo salto fue suficiente para impulsarlo hacia los techos cercanos, dejando atrás a la multitud atónita. Los estudiantes no podían creer lo que habían visto; Algunos pensaban que era un truco, otros simplemente se quedaron en shock.

Desde la azotea, Aiko lo siguió con la mirada.

David se movía con una velocidad inhumana, saltando de techo en techo con la gracia de un depredador nocturno. Su cuerpo cortaba el viento, su silueta se desdibujaba entre las sombras de los edificios.

Cada aterrizaje era suave, preciso. Se desplazaba con la naturalidad de alguien que había pasado toda su vida en las alturas, alejado del mundo común.

En cuestión de segundos, había desaparecido por completo.

Aiko dejó escapar un suspiro divertido.

— Ahora sí me diste un buen motivo para seguirte, David…

Sus ojos brillaron con un interés peligroso.