CAPÍTULO: Entre Sombras y Respuestas Rechazadas

David desvió la mirada, el ceño fruncido en una mezcla de irritación y desinterés. Todo esto le parecía una molestia innecesaria. Una conversación sin sentido que solo traía más preguntas de las que él quería responder.

No me importa lo que sea. — dijo , su voz firme , sin titube— dijo, su voz firme, sin titubeos. — No necesito descubrir nada, no quiero buscar respuestas. Solo quiero vivir mi vida tranquila. No te metas, Aiko.

La chica lo observó con atención, su expresión inmutable, pero sus ojos... sus ojos parecían encerrar algo más, algo que iba más allá de la simple curiosidad.

¿De verdad crees que puedes ignorarlo para siempre? —preguntó A.​— preguntó Aiko, con un tono que no era de burla, sino de genuina preocupación.

David soltó un suspiro pesado, visiblemente fastidiado.

No es que lo ignore. Es que no me interesa.

Su voz sonó cortante, definitiva, como una espada afilada que corta cualquier posibilidad de seguir con la conversación.

Aiko apretó los labios, como si estuviera conteniendo algo. Como si quisiera decir más, pero entendiera que, en este momento, no valía la pena insistir.

bien .—Está bien. - dijo finalmente . — Si eso es- dijo finalmente. — Si eso es lo que quieres... entonces no insistiré más. Pero recuerda esto, David: la verdad siempre encuentra la manera de alcanzarte, incluso cuando intentas huir de ella.

David no respondió. Simplemente se cruzó de brazos y dejó que el silencio hablara por él.

Aiko lo miró una última vez y luego giró sobre sus talones, alejándose del jardín.

David se quedó ahí, observando cómo desaparecía por la puerta, con el eco de sus palabras resonando en su cabeza.

Tal vez tenía razón.

Tal vez la verdad lo encontraría tarde o temprano.

Pero hasta entonces... él seguiría viviendo su vida como siempre. Como si nada de esto importa.