CAPÍTULO: La Nueva Presencia

El murmullo en el aula se apagó en cuanto el profesor entró y se paró frente a la pizarra. Con voz firme, anunció:

—Les presento a su nueva compañera, Melissa.

Todos dirigieron la mirada hacia la puerta.

Allí estaba ella.

Melissa tenía el cabello negro, largo y liso, con un flequillo que enmarcaba su rostro pálido. Sus ojos eran de un rojo profundo, casi hipnótico, y su expresión era serena, sin mostrar nerviosismo.

Llevaba el uniforme de la secundaria impecablemente arreglado, pero había algo en su postura… una seguridad que no era común en los estudiantes normales.

David la observa sin mover un músculo.

Algo en ella le resultaba… familiar.

Melissa recorrió el aula con la mirada, y por un breve segundo, sus ojos se encontraron con los de David.

Él sintió un leve escalofrío.

Esa chica no era alguien común y corriente.

Y de alguna forma, sabía que su llegada no era una coincidencia.