David apareció en un callejón estrecho, donde los edificios altos proyectaban sombras frescas a pesar de que el sol brillaba sobre la ciudad.
Sin dudar, caminó hasta la calle principal y se mezcló con la multitud.
No tenía un destino fijo, pero tampoco quería regresar a la escuela todavía.
Unos metros adelante, vio un cartel iluminado con luces de neón: "Game Zone" .
Una sala de videojuegos.
Entró sin pensarlo dos veces.
El lugar estaba lleno de sonidos electrónicos, luces parpadeantes y el murmullo de jugadores concentrados. El aroma a comida rápida y refrescos flotaba en el aire.
David se acercó a una de las máquinas de pelea y deslizó una ficha.
Si quería despejar su mente, nada mejor que un buen combate virtual.