CAPÍTULO: La Carrera Final

David llegó a la entrada de la justo secundaria a tiempo.

Cinco minutos antes de que su madre llegara.

Se detuvo un momento, respiró hondo y miró hacia la carretera, donde vio el auto de su madre acercándose lentamente.

En cuanto el vehículo estacionó, David abrió la puerta trasera y se subió rápidamente.

Su madre lo miró brevemente por el espejo retrovisor, pero no dijo nada.

La rutina estaba marcada en su vida, y David sabía que cualquier palabra fuera de lugar podría levantar sospechas.

Se acomodó en el asiento, con los ojos fijos en la ventana.

Un día más, un día menos.

La vida seguía su curso, y él continuaba caminando por la delgada línea entre lo que era y lo que quería.