CAPÍTULO 70: La Guerra del Papel y la Tinta

Las sirvientas se movían por la casa como sombras con delantal,ligeras y sabias, como si hubieran nacido para sostener la paz entre huracanes de pasiones adolescentes.

Una de ellas, de cabello recogido en un moño tan tenso como su autocontrol,se acercó a Aiko y Melissa con sigilo,como quien lanza una shuriken de sabiduría sin levantar sospechas.

Se los diré solo una vez, señoritas, —murmuró en voz baja,con esa cadencia de secreto ancestral—si quieren que el joven amo las mire como a su hermanita…vayan ahora mismo a la tienda de mangas.Compren uno de shinobis.De ninjas.Pero uno bueno.Que él admire.Uno que él respete.Y cuando se lo den…no se lo entreguen como quien da un regalo.Sino como quien comparte una parte de su alma.

Aiko y Melissa se miraron por un segundo.Solo un segundo.

Y después:¡Fuuuushhh!Ambas salieron corriendo como si la vida dependiera de ello,las puertas temblaron,los árboles del jardín se inclinaron al paso de sus pisadas decididas,y la competencia comenzó.

Aiko, con su melena rubia ondeando como bandera de guerra, gritó:

—¡El manga más raro y difícil de encontrar será mío!

Melissa, con los ojos rojos brillando de furia elegante, respondió:

—¡Pero el que le guste a David lo encontraré yo primero, mocosa de ramen instantáneo!

Y así,mientras David pasaba la página número 36 de su manga en completa calma,sin saber nada,el destino de su paz descansaba ahora en las manos de dos chicas corriendo entre estantes,buscando el tesoro que podría acercarlas al muro frío de su corazón.

La guerra…había cambiado de campo de batalla.

Ahora se luchabacon portadas brillantes,dibujos de acción,y tinta negra en papel satinado.