CAPÍTULO 93: Pensamientos Que No Duermen

David subió las escaleras arrastrando los pies, como si cada paso pesara más que el anterior.La casa seguía en silencio, apenas roto por el crujido de la madera vieja bajo sus pies.

Entró a su habitación, se tiró en la cama de espaldas, y se quedó mirando el techo.La oscuridad pintaba sombras raras en el yeso agrietado.

Una hora.Una hora con los ojos abiertos, viendo nada y pensando en todo.

En el clan.En Aiko.En Melissa.En Hana.En su madre.En su abuelo.

En la absurda carga de ser "el heredero".En la absurda esperanza de ser solo "David".

El sueño, terco, tardó en vencerlo.Pero al final cayó, atrapado en un descanso imperfecto, con la mente aún peleando contra los fantasmas de sus propios pensamientos.

Mañana sería otro día.Otra guerra silenciosa.Otra oportunidad para perderse... o encontrarse.