En Su Propio Patio Trasero

—¿Dieciocho? —se burló Dante—. ¿No tiene solo cinco años? Eso es dentro de trece años. ¿Cómo vamos a tener los suministros para cuidar de todos ustedes? No vi ninguna señal de que Obispo trajera suministros mientras estábamos fuera. De hecho, en solo unos meses, Obispo logró que tres años de suministros salieran por esa puerta. Ya no puedo permitirme mantenerlos aquí.

—¡Por favor! —gritó la mujer de nuevo; sin embargo, esta vez, fue lo suficientemente fuerte como para despertarme—. Por favor, déjame quedarme.

—Está bien —bostecé mientras Tanque me ponía lentamente de pie—. Puedes quedarte —continué con una sonrisa mientras me acercaba a la mujer que había visto follando con Obispo en el sofá de Dante. Sí, realmente iba a tener que deshacerme de esa cosa lo más rápido posible.