Nada especial

Otro día de escuela.

Entre al edificio y camine entre pasillos para llegar a mi salón de clases.

Llegué un poco más tarde de lo normal porque olvide cambiar mi mochila mojada por la lluvia de ayer, así que perdí un poco de tiempo en eso.

De todos modos seguía siendo una buena hora, a esta hora ni siquiera han llegado todos aún. Había quienes llegaban justo a la hora o unos minutos después.

Los entendía, no todos tenemos las mismas posibilidades, hay quienes viven a 1 hora de la escuela o quienes tienen que caminar bastante para llegar ya que no se pueden permitir pagar el pasaje.

Todos tenemos situaciones diferentes, la frase "todos tenemos las mismas 24 horas" es completamente estúpida y poco empática.

—....Bueno, yo no soy quien para hablar de empatía.

Entre al salón y cierto chico de cabello rizado y lentes me recibió de frente.

—Debes ser bastante valiente como para ignorame por completo ayer, ¿No?

Mirándolo indiferente solo tuve que mover mi dedo hacia donde estaba su plexo solar, presione un poco y Kevin ahora estaba fuera de combate.

—Maldito... Me venciste.

Para alguien que va al gimnasio los golpes en partes que no se pueden entrenar son lo peor.

Camine a mi asiento dejando atrás a Kevin, tome asiento e inmediatamente Arthur y Kay habían llegado a mi pupitre, Arthur era alguien bastante despreocupado, Kay era alguien ordenado y siempre intentaba ayudar, así que las miradas que tenían cada uno eran las esperadas.

—Adrian, ¿Es cierto que no te unirás al equipo de fútbol?—Pregunto Arthur.

—¿Por qué Adrián? ¿Hay algo que te moleste?—Dijo Kay.

De nuestro grupo, había 4 integrantes del equipo, estos dos, Kevin y Jean.

Jean se unio apenas entrar, los otros 3 se habían unido apenas ayer tengo entendido, para eso fue el partido.

—No lo haré, no me interesa el fútbol.—Dije, notando a su vez como las orejas de cierta chica frente a mi se movían, en una reacción algo graciosa.

—¡Cómo es posible! Pero si eres muy bueno, remontaste un partido tu solo...

—Seria un desperdicio que no te unas, el intercolegial es la siguiente semana, contigo y Jean podríamos ganar.

...

Quizá era cierto.

Tenía que admitirlo, yo era bueno jugando fútbol. No era el mejor ni mucho menos, pero se me daba mejor que otros deportes y le tenía bastante afinidad, además de que disfruto verlo.

Pero solo eso, en algún momento hubo algo que me alejo de el y dejé de jugarlo, lo odie y desee nunca haber tocado un balón.

No es algo tragico o dramático, solo algo personal, algo que tiene que ver con mi convicción.

—Lo siento, pero ya tomé una decisión, me gustaría enfocarme en otras cosas y dejar el fútbol de lado, además no tengo buena condición, terminaría estorbando.—Dijo, con una sonrisa fingida.

—Amigo, es una lastima, hubiera sido increíble que te unieras.

—Este año podría haber sido el bueno.

Ambos agacharon la cabeza.

¿Estaba en lo correcto al rechazar? ¿No estoy siendo demasiado egoísta?

Esa frase que tenía que ver con que si podías hacer algo debías hacerlo vino a mi mente.

Si quisiera pudiera unirme y quizás asegurar si quiera ganar 1 partido, pero realmente no quiero.

Puedo, pero siento que no debo. Ya no.

—Tranquilos, se va a unir.

Repentinamente la voz de la chica frente a mi hablo, dirigiéndose a Arthur y a Kay.

—¿Eh? ¿¡Enserio!?—Exclamo Kay, con su cabello grisáceo moviéndose rápidamente cuando volteo a ver a Mich.

Ella asintió felizmente.—Si, me dijo que se uniría después de clases, solo los estaba probando.

—Oye, que mal tipo, ¿Esto solo era una prueba?

Arthur puso su mano en mi hombro.

—No...yo....

—¿Verdad que te unirás, Adrián?

La chica con una sonrisa me miraba. A pesar de que cualquier diría que se miraba linda con esa mirada a mí me pareció más como una sonrisa de la más pura y malvada amenza.

Era como si el mismísimo demonio me estuviese pidiendo que hiciese algo.

A pesar de que en condiciones normales me negaría, no puedo negarme ante una fuerza que está más allá de mi entendimiento.

Las mujeres dan mucho miedo.

Pero no me puedo retractar, ya me he negado.

—No lo haré, cambie de opinión.

—Ehhhhhhh.

Fue la reacción de ambos.

—Entonces hagamos algo.

Escuche la voz de Kevin detrás mío, lo que me llevo a voltear.

No dije nada, el miraba hacia nosostros con una sonrisa.

—No tienes que entrar al equipo como tal.

Dijo, con su dedo frente a mi.

—¿Que quieres decir?

—Puedes unirte como ayudante, no estarás en los entrenamientos ni tendrás la obligación de asistir a jugar, pero, si las cosas se ponen difíciles en el intercolegial estatal puedes ayudarnos en el partido.

—Entonces ¿quieres que el sea un comodín?—Pregunto Kay.

—Algo asi. Nos acompañará y todo, solo jugará cuando el partido se ponga difícil. Después de todo esta no es una novela de deportes.—Dijo eso último mirado hacia atrás, donde no había nadie.

—¿Estás bien de la cabeza?

—Asi no tienes que molestarte en papeleo o cosas innecesarias, solo anotate como ayudante y entra cuando te necesitemos.

—¿Y eso está permitido?

—En el reglamento no dice que no se pueda hacer.

—¿Lo leíste?

—Si quiero traer a un jugador como tu tengo que prepararme bien.—Dijo aparentemente orgulloso.

—Estas loco...

Ignoradome, Kevin me entregó un papel donde ya estaban todos los anotados para el intercolegial, solo faltaban los ayudantes y otros cupos en los jugadores.

Realmente no sonaba tan mal, no tenía porque unirme o jugar todos los partidos, podía solo ir a ver.

Además con Jean, no debería ser difícil que ganen.

Mire al tipo, que parecía estudiar.

Luego, mire a Mich, que estaba viéndome.

Cuando capto mi mirada se puso como un gato atrapado y me miró con los ojos entrecerrados.

Además, ella va a estar también ahí, ¿No es mala idea no?

Me ayudaría a convivir y tampoco tendría que estar viniendo a clases durante una semana.

Sin pensarlo más anoté mi nombre en la lista.

Tenía mis motivos.

—¡¡Si!! ¡Tenemos a Adrián!

Arthur grito.

—Bien, entonces te estaré avisando de que sucederá.

Los tres se retiraron, dejándome a mi y a Mích solos.

—Entonces, por fin te uniste.

—Solo va a ser temporal, será la última vez que juegue. Después quiero centrarme en mi mismo.

Decía la verdad, ahora sí en serio será la última vez que jugaré fútbol.

Si realmente me uniera al equipo de futbol me quitaría mucho tiempo, no podría vivir mi última etapa como adolecente libremente.

Además, hay otras cosas que quiero hacer.

Cosas que quiero experimentar, y el fútbol no me lo va a permitir.

—Y tu, ¿Como vas con el Volei?

—Excelente, estoy confiando en que podríamos traer el trofeo.

Dijo felizmente. Parecía otra en contraste a la de ayer.

—Debes estar entrenando duro.

Dije, mientras sacaba mi libro de matemáticas, que era la primer clase.

—Bueno, debo hacerlo.

—Tienes razón.

Su situación la obligaba a hacerlo.

—Creo que deberías practicar un poco más tu remate.

Dije, mirando hacia mi libro.

—¿Que?

La primera vez que la vi jugar había notado varias cosas de ella. Era una excelente jugadora, podía jugar en cualquier puesto pero había algo en lo que flaqueaba un poco.

—No es porque lo hagas mal, pero cuando saltas y rematas dejas un margen de tiempo en el que el bloqueador podría moverse y bloquear el remate.

Ella no respondió, incitandome a seguir.

—Por lo que creo que deberías enfocarte más en que cuando saltes golpees el balón lo más rápido que puedas. Además de eso intenta practicar a dónde va el balón, cuando lo golpeas varias veces el balón va a cualquier lugar, se que es algo que incluso es difícil para los profesionales pero no vendría mal que en algunas situaciones puedas controlar su dirección.

Cuando mire a Mich para saber que pensaba su expresión era una de algo de sorpresa y risa.

—Eres muy observador, ¿No?

Ah...

Desvíe la mirada inmediatamente al darme cuenta de lo que insinuaba. No, en realidad me di cuenta de lo que había hecho, la había mirado mucho.

¿Pero como es que está chica puede notar algo así? Pensé que ella no se daba cuenta de estás cosas así de fácil.

—No no no no, no te hagas ideas equivocadas, solo me gusta observar los juegos.

—¿Es así?—Cuando dijo eso note su mirada provocativa pero con leve diversión.—Sabes de fútbol y voleibol pero dices que no lo haces, eres algo raro, ¿Sabes? Yo presumiria de lo que se siempre que pudiese.

—¿Raro? Si, me lo han dicho.

Ella rio suavemente.—Pero gracias, tomaré en cuenta tu consejo, ¡Creo que ahora estoy más inspirada!

Sonreí al ver su entusiasmo.

—Me alegro.

—Nuevamente, gracias.—Ella se volteo al escuchar que el profesor ya había llegado.

Pero mi corazón latiendo rápidamente aún no se calmaba.

¿Cómo es que una chica así me puede provocar eso? Es bastante normalita, digo, es linda y todo pero no siento algo como... ¡Ah!

Volteando a mi derecha pude ver la cara de felicidad fingida de Kevin mientras sonreía.

¿Era por lo del fútbol? ¿O por lo que acababa de ver y escuchar? En cualquier caso este tipo es algo peligroso.

Le lance una mirada de, "Deja de mirarme así, idiota".

El solo se volteo y la clase empezó.

Realmente todo esto me estaba molestando.

Todo por un partido de fútbol.

Admito que me solté un poco y si fue mi culpa haber sobresalido pero no imaginaba que llegaría a esto.

Abrí mi libro en la página que indico el profesor mientras pensaba.

Debería de dejar de hacer esto, creo que estoy dejando que mis instintos me impulsen a hacer cosas tontas.

Mis sentimientos respecto a dejar los deportes y concentrarme en hacer otras cosas eran reales. Quería salir con mis amigos a jugar en salas recreativas, quería jugar en un café internet o ir al cine, y a un café tampoco sonaba mal.

No solo jugar fútbol, o algún otro deporte.

Cerré los ojos, escuchando la explicación del profesor.

Creo que solo por esta vez está bien, tengo otros 5 semestres todavía.

Cerré mi mente.

************************

Cómo de costumbre las clases no eran muy interesantes, así que no ocurrió nada y ahora estoy en el receso.

Pero está vez era diferente a los días anteriores.

Kevin caminaba al lado mío.

—¿Vas a comprar a la cafetería?—Pregunte.

—Si, ¿y tú?

—Tambien.

Ambos caminamos en direccion a la cafetería.

Éramos un duo bastante raro. A pesar de que el iba al gimnasio era relativamente más bajo que yo, aunque parecía que la camiseta de la escuela apenas le quedaba.

—Entonces, ¿Cuando tengo que venir para lo del intercolegial?

—¡Oh, eso! Nos dijieron hace un rato que teníamos que está aquí el lunes en la madrugada, como a las 4 de la mañana. Llegaríamos a la ciudad vecina a las 8.

—Entonces tendré que levantarme temprano...—Suspire.

—Vamos, solo son 4 horas antes, además, esa chica que se sienta frente a ti, Mich, irá con nosotros.

Me empezó a dar golpecitos con su codo.

—¿Que te pasa?

—Fufu.—Kevin reía mientras se cubría la boca con una mano y me golpeaba con la otra.

Esa risa... No me da nada de confianza.

—No intentes ocultarlo, pude darme cuenta al instante de que se trataba.

—¿Eh? ¿De que hablas?

Con verdadera duda cuestioné, realmente no sabía a qué se refería.

—Vamos...—Dejo caer sus hombros.—No me hagas decirlo.

Me resque la mejilla.

¿De que habla este tipo?

—Como sea.—Dijo cuando llegamos a la cafetería.

Vamos, realmente quería saber de qué hablaba.

No puede ser eso, ¿No?

Nah, ni de broma.

Caminamos en direccion a dónde se vendía la comida.

Había unas pantallas arriba que indicaban el menú y los precios de cada cosa.

Yo no tenía mucha hambre así que pedi solamente un jugo.

Kevin pidió un sándwich y una soda.

Últimamente yo no he tomado mucha soda, ahora que lo pienso.

Extrañaba el sabor, pero es demasiado para mí, mucha azúcar, sobre todo la de cola.

—Oye, ¿Por qué decías no sabes jugar fútbol?

Mientras me peleaba con mis más bajos instintos Kevin soltó una pregunta que no me esperaba.

Bueno, si la esperaba, pero pensé que no lo preguntaría.

No tenía una forma facil de responder, no es fácil responder a algo así. Más cuando ni siquiera tu tienes claro por que haces algo.

¿Por qué decía no sabes jugar fútbol cuando claramente si se jugar? Y no soy tan mal jugador.

Quizá tenía una respuesta.

Pero no quería esforzarme en recordarla.

Hacerlo me recordaría bastantes cosas malas y aburridas.

Cuando entre a la preparatoria me prometí a mi mismo llevar una pida estudiantil plena.

Disfrutar al máximo está etapa. Los edificios, el sentimiento de ir a casa con tus amigos, divertirte en hora de receso, bromear en clases, compartir tareas, romper ventanas, ir a dirección todos juntos por haber hecho algo malo, salir a hacer algo después de clases.

Todo eso para mí era poder disfrutar la preparatoria.

Si no hacia amigos no podría hacerlo.

Si entraba a un equipo de deportes no podría hacerlo.

Tendría que ir a las prácticas y perderme todo.

No podría ver a mis amigos en las salidas o tendría que perderme los recesos por actividades del club.

Era mucho rollo estar en un club. Y no me dejaría llevar una vida estudiantil plena.

Al final, está no era la respuesta que le daría a Kevin. El ya sabía que era bueno jugando y las excusas sentimentales como estás no valían.

El se ve como el tipo de persona que no rechaza su talento, así que si le digo que es porque no me gusta me va a decir algo como "Idiota, aprovecha mejor lo que sabes hacer bien".

No podía decirle mentiras, pero tampoco toda la verdad.

—Deje de disfrutar jugar.

No era lo mismo que decir, "Me dejó de gustar".

Disfrutar, y gustar para mí son cosas diferentes.

Cuando disfrutas hacer algo el sentimiento de satisfacción y emoción está en todo momento.

Cuando solo te gusta algo, puede ser solo porque te agrada o porque tienes una conexión especial con eso.

Yo había dejado de disfrutar el fútbol.

Todavía me gustaba, me agradaba. Pero ya no sentía la misma emoción al jugarlo ni al verlo.

Cuando patee ese balón el primer día lo hice para ver si podía volver a disfrutar patear el balón nuevamente.

Pero no hubo nada. No hubo emoción alguna.

—Asi que es por eso...

Si expresión no podía mentir, se miraba algo decepcionado. Tal vez esperaba una respuesta mas interesante o tal vez pensaba que era una lastima.

—Debes tener tus razones, de eso estoy seguro....

Su expresión había cambiado nuevamente.

Normalmente este tipo tiene una expresión despreocupada, no es alguien difícil de leer. Pero ahora, su expresión era difusa.

No sabía si era tristeza, entendimiento, molestia o decepción.

Pero definitivamente no era una emoción positiva.

—¿Puedo preguntar porque dejaste de disfrutarlo?

Bebi de mi jugo para refrescar mi garganta.

—No estoy seguro de por qué. Solo sucedió, deje de jugar por un tiempo y cuando volví a tocar un balón la emoción ya no era la misma, me aburría, no tenía ninguna motivación...

Intente no cambiar mi expresión, pero era difícil. Toda esa ola de recuerdos me golpeaban y no esa fácil contener las emociones que tenía reprimidas, pero de alguna manera logre no demostrar de más.

—Entiendo. También debes tener tus problemas.

—Supongo.

Parecía que no quería presionarme.

Aprecio eso.

—Si no quieres jugar no tienes porque hacerlo... Pero sabes, cuando te vi jugar pensé que eras un profesional.

¿Profesional?

—Me emocione. Fue emocionante tener a alguien que sabe leer el campo y cambiar completamente el juego con pura estrategia. Cuando conocí a Jean pensé que era el tipo más talentoso que habia visto, pero cuando te vi mi visión se amplio, me di cuenta que el mundo es mucho más grande.

—Kevin...

—Si pudieras, estadía bien que uses ese talento para ayudarnos... Te lo pido.

Su expresión era difícil, pero está vez podía leerla.

—Lo intentaré, pero no prometo nada. Aunque me hayas dicho todo esto y lo aprecie no es fácil para mí, no por mis condiciones, es algo personal.

—Lo entiendo, no te preocupes, no hagas algo que no quieras hacer, nosotros aún podremos hacer algo.

Asentí.

Sin darme cuenta el tiempo había pasado demasiado rápido, nuevamente era hora de clase.

Kevin era consciente de ello, por lo que no fue raro que ambos cambiaramos de dirección.

Caminando por los pasillos no parecía haber nada inusual, hasta que me tope a Mich.

Parecía ir con sus amigas también al salón.

Se miraba feliz, más de lo normal.

¿Por qué era?

No tenía idea y no pensaba indagar en eso.

Ella también me noto, su expresión de felicidad no cambio.

Fue algo incómodo pero seguimos caminando al salón.

Pude ver como este tipo al lado mío me lanzaba miradas y luego miraba a Mich que iba detrás de nosotros.

No le dije nada. No sabía que pretendía pero si le llamaba la atención ahora mismo otras personas se darían cuenta y sería algo raro.

Deje caer mis hombros. Cuando menos me di cuenta llegamos al salón.

Me senté en mi lugar. Kevin estaba a mi derecha, hablando con Kay. Después Mich se sentó frente a mi, agarrando su cabello.

Parecía estar sudando. Probablemente estaba jugando. Aunque no había visto a nadie en la cancha de voleibol por las ventanas.

Quien sabe.

Si está feliz creo que esta bien. Aunque me da algo de curiosidad lo que hacía. Digo, ya somos amigos o al menos compañeros, ¿No? Después de mi declaraciones y que ella no estuviera reacia creo que es adecuado decirlo así.

Suspiré un poco.

No sé que me está comiendo tanto la cabeza.

Ya daba igual todo.

—Oye, Mich.

Hablé.

Me había atrevido. Probablemente termine avergonzado de mi mismo, pero ya no me importa.

La razón por la que yo no era quien solía iniciar las conversaciones y mucho menos con chicas era porque me daba algo de pánico pensar en que podía hacer o decir algo mal.

No sé si llamarlo ansiedad, pero si me daba algo de temor.

Pensé que me ignoraria pero ella volteo casualmente.

—¿Que pasa?

—Estas sudando bastante, ¿Todo bien?

Ella se dió cuenta de lo que hablaba, tocó su cuello y noto de que si había algo de sudor.

—¡Oh! Si, todo bien, estuve practicando en el gimnasio, por eso estoy algo sudada.

Así que era en el gimnasio, con razón no la había visto.

—Asi que de eso se trataba.

—¿Mmm?—Inclino la cabeza, con duda.

—¡Ah! Es que bueno, crei que tal vez había pasado algo, venías bastante sudada así que pensé que algo te tenía preocupada...

Mi voz salió rápido, intentando evitar el malentendido, pero al pensarlo bien creo que no debí haber hecho eso.

Aunque para mí sorpresa ella soltó una risilla entre dientes, mirando en mi dirección, note como un rubor se formaba en sus mejillas.

—Entonces, ¿Estabas preocupado?

Su mirada era juguetona, por alguna razón sentí eso como un ataque crítico.

Pero no cedi.

Cerré los ojos, sonreí y la mire nuevamente.

—Si... Supongo que puedes llamarlo preocupación, estaba algo preocupado.

Sentí como aquella chispa y actitud que había tomado antes en el partido volvía por un momento.

Mich se volteo inmediatamente sin decir nada.

¿Eh? ¿Dije algo mal?

¿Fue por haber dicho eso tan casualmente?

Estoy jodido.

Seguro se molestó o le pareció raro.

Suspiré para mi mismo.

Lo arruine.

Intente mirarla, quizá podría ver su expresión y determinar si estaba molesta.

Pero no lograba ver más que sus orejas levemente rojas.

Creo que sí está molesta.

—Este...¿Mich?

No respondió.

Intente hablar de nuevo pero el profesor llegó.

No tuve tiempo de hacer algo, y me quedé preocupado.

...

¿Pero por qué?

Aún no comprendía este sentimiento.

¿Así es como alguien muestra afecto por sus amigos?

Intente hablar entre clases pero no lo logré. Finalmente Mich se sentó más enfrente con una de sus amigas, ignorandome por completo.

—¿Que te pasa? Te ves derrotado.

—Esto es inusual.

—Parece que nuestro comodín incluso puede librar batallas difíciles.

Arthur, Kevin y Kay fueron los que miraban como estaba tirado en mi asiento.

—....Las mujeres son un misterio

Murmuré en voz baja.

—¡Oh! Así que es una mujer, vaya vaya,

—En ese caso, Kay puede ayudar.

—¿Yo?

—¿Quien más? Eres el más mujeriego aquí.

—¿¡Que!?

El grito fue lo suficientemente fuerte como para sacarme de mi mundo.

—¿Que te sorprende?

—N-no soy un mujeriego, idiota.

Incluso ayer te miramos con una chica diferente a la de antier caminando en la estación.

—¿Es eso cierto?

Pregunte a Arthur quien había dicho eso sobre Kay.

El asintio.

—Eso es... Esa chica se me pego y bueno... No podía ignorarla...

Mire al tipo.

Claramente era guapo.

No es raro que tenga una que otra chica detrás de el.

—Creo que deberías ayudar a esta pobre alma descarreada.—Kevin apunto a mi.

—¿De que hablas?

—Amigo, te ves patético.

¿Tan mal me miró?

Tal vez estoy exagerando.

—....

No dije nada, desvíe la mirada a la ventana.

—¿Entonces si es una chica?

—Mmm, no esperaba que alguien como Adrián tuviera esos problemas.

¿Que insinua?

—Bueno, puede parecer el tipo de persona que no está interesado en su entorno, pero es bastante sencillo.

—¿Que chica es?

Cuando Arthur pregunto eso voltee a Kevin, lo fulmine con la mirada, sabiendo que el probablemente sabía que era el problema.

No espere ni un segundo, era posible que primero volteara a ver a Mich y desencadene que todos los hagas.

El miro mi mirada amenazante.

—¿Quien sabe....?

—¿Tampoco lo sabes? Inútil.

Kevin no dijo nada, solo miro su teléfono aparentando ignorancia.

Después sentí la mirada de Arthur.

También lo mire.

Me estaba preguntando con la mirada.

Encogiendome de hombros respondi.

—No se trata de una chica...

—No puedes mentirme. Ya lo admitiste hace un rato.

—...No sé de qué hablas.

—¡Ja!

De repente se rió.

—¿Ah?

—Nada, es que no es pensé verte así.

Hizo una pausa al ver que no respondí.

No sabía que responder.

¿La gente esperaba algo de mi?

—En el partido del otro día te veías endemoniado, ¿Sabes? Cómo si nada te importara, no se, crei que contigo en el equipo no habría de que preocuparnos. Transmitias un aura intimidante y parecias algo como el dueño del campo...

—Es una rara forma de describir a alguien, "Endemoniado" ¿No sé te ocurrió nada mejor?

Pregunto Kevin.

—Callate. Me costó mucho decir eso.

—Sonaste... Algo raro la verdad.—Kay hablo después de recuperarse de que lo llamarán mujeriego.

—Intente darle ánimos.—Se aclaro la garganta.—En fin. Pienso que sea quien sea la persona, lo mejor es intentar hablar con esa persona, ¿No? En vez de dar lastima como lo estabas haciendo antes.

—....

Supongo que tenía razón. No estaba llevando la situación de la mejor manera, más bien parecia que intentaba dar lastima.

No sé porque deje que me afectará tanto algo tan trivial como esto.

Bueno, aunque en realidad tampoco fue tanto, solo me desanime. Pensé que ya me había ganado el odio de alguien aquí.

No quería eso. Además, ella y yo hicimos una promesa.

—Tienes razón. Debería hablar con esa persona después.

Los 3 sonrieron.

—No se que haya pasado, pero no presiones demasiado, solo se tu y ya.

—Si...

Suspiré.

De alguna manera me sentía mejor.

Deberia agradecerles después. Una bebida servirá.

Sonreí.

Mire a Mich que se sentaba algo distante con Amy, una de sus amigas y la capitana del equipo de Volleyball.

Se miraba algo inquieta, pero mentenia una conversación con Amy.

En eso ella volteo hacia atrás.

Pero en cuanto vio que yo estaba mirando en esa dirección apartó su mirada inmediatamente.

Sus orejas nuevamente parecían rojas.

No podía ocultarlo, después de todo su cabello atado ayudaba a revelarlo.

¿Por qué estará así?

Ya me lo había preguntado varias veces este día.

No comprendía nada.

Pero voy a hacer el intento de intentar aprender más de ella.

********************

Ya era hora de irnos. De hecho, había pasado un tiempo desde que fue la hora de salida.

Estaba fuera del edificio principal, con las manos en los bolsillos observando el cielo.

Hoy todo estaba despejado, nada que ver con con ayer.

La mayoría ya se había ido, solo quedaban algunos estudiantes aquí que pertenecían a clubes.

Yo no estaba haciendo nada en particular, hace rato estaba matando el tiempo con el celular y ahora solo estoy mirando a la nada, esperando.

¿Esperando que? Pues a Mích.

No sé que me había llevado a querer esperarla, pero ya había perdido demasiado tiempo aquí como para arrepentirme.

No había ido a trabajar, había avisado que faltaría y el jefe no tuvo problemas en dejarme hacerlo. Después de todo ir todos los días durante un buen tiempo y hacer bien mi trabajo me ayudaría a poder conseguir unos días de inasistencia.

Incluso había faltado a trabajar para esto...

Suspiré mirando a un árbol de cerezos.

Era raro ver uno aquí, y ahora mismo estaba dejando caer unas hojas rosas.

Las hojas caían tranquilamente, el leve viento que había las hacia flotar un poco para eventualmente caer al suelo.

Era un escena tranquila, linda y reconfortante. Sonreí, un poco embelesado.

Últimamente estoy usando mi mente bastante más, creo que me merezco un descanso.

Cerré los ojos y respire.

Cuando pasaron unos segundos unos pasos se volvieron audibles a mis oídos.

Voltee hacia mi derecha y pude verla.

Estaba sudando un poco, su cabello seguía atado y traía puesto un short y una sudadera algo delgada con el logo de la escuela junto a el número 6.

Ya no había mucho rastro de su maquillaje, ahora se miraba mucho más natural y agradable a la vista.

Sus respiraciones eran erráticas, podía ver lo mucho que de había esforzado.

Cuando me noto sus cejas y ojos cambiaron a mostrar duda, cuando pasaron unos instantes parecían haber cambiado y se apresuró hacia el otro lado.

—¿A dónde vas? ¿La práctica no había terminado?

Ella no respondió, solo aceleró el paso.

Me preocupé. Realmente pensé que lo había arruinado.

Pero yo no iba a perder tan fácilmente.

Entender a las personas y desempacar sus verdaderos pensamientos es algo que quiero aprender.

Cuando ella comenzó a correr más rapido en dirección al campo de futbol la alcance, camine rápido y la tome por el hombro.

En realidad, no miraba ningún motivo real por el cual me quisiera evitar tanto, y admito que yo también estoy exagerando al hacer tanto.

Pero da igual, hacer cosas estúpidas o exageradas es parte de la naturaleza.

Cuando toque su hombro ella dió un leve salto, se quedó de espalda sabiendo que no podía huir ahora.

—¿Que pasa?

Pregunté, no esperando una respuesta.

—N....

Intento decir algo pero nada salió de su boca.

—¿Por qué de repente empezaste a evitarme?

No iba a dejarla ir tan fácilmente. No sin saber si existe algún motivo.

Ella era la primera persona en mucho tiempo que me hizo reformular mi forma de vivir. En realidad, es la primera persona en mucho tiempo que me hizo reír.

Ahora entendía que quería a esta persona en mi vida. Cómo una amiga o conocida.

—Eso es porque...

Ella suspiro.

—Tal vez te mostré un lado demasiado infantil, ¿No?

Finalmente me miró, sus cejas se calmaron y su ls hombros cayeron.

—No lo sé, no hay una razón...

Por segunda vez la mire en este estado.

No era igual a la primera vez cuando se miraba decaída completamente, ahora se miraba vulnerable.

—Quiza me puse nerviosa.

—¿Nerviosa?

—...Es la primera vez que hablo tanto con un chico.

Respondió en voz baja.

Pero alcance a oírla.

—¿Cómo?

—¡No me hagas repetirlo!

Reí.

—Lo siento, lo siento, no te escuché bien.

Ahora mismo ambos permanecimos parados, ella estaba frente a mi, era más baja que yo pero podía ver claramente que estaba sudando un poco, a pesar del sudor su perfume se sentía claramente y su respiración agitada cada vez que hablaba.

—...Me sorprendió escuchar que estabas preocupado por mi.

¿Eso?

Levanté la cabeza y mire al cielo.

—Es normal, ¿No? Preocuparse por alguien cercano.

—¿Eh?

Dudó.

No sé si mi afirmación había sido demasiado temeraria, pero algo causó.

—...No sé cómo responder a eso.

—No tienes nada que decir, no busco nada.

—¡Entonces!

Su cabeza se levantó, sus ojos buscaban a los míos.

—¿Por qué quieres ayudarme?

¿Por qué quería hacerlo? ¿Por qué había usado tanta energía en algo como esto? ¿Por qué había faltado al trabajo por esto? ¿Por qué me vi orillado a volver a lo que se supone había abandonado por esto?

Ni yo mismo lo sabía. Pero sentía que era lo que debía hacer.

No había una razón en particular para nada.

Entonces si la respuesta mas apropiada que encontré.

—Ni yo mismo lo sé. Creo que tu me motivaste a querer ayudarte, tu entusiasmo me dijo algo.

—...Bastante ambiguo, ¿Sabes?

—Si.. Algo

No era nada especial, solo era eso, ganas de querer ayudar a alguien.

—Tal vez es un poco raro, ¿No? También apresurado

—Quiza. Pero gracias nuevamente.

En realidad solo era el brillo que transmitía el que me había querer estar cerca de ella.

Tal vez sea porque yo era alguien demasiado oscuro y sombrío que quería esto.

—Pero no quiero depender solo de ti, creo que ayudarme con mis calificaciones y eso es demasiado...

Entonces mirándola sonreí.

No era capaz de hacer esto tantas veces en el pasado.

Solo éramos dos conocidos intentando ayudarse.

No.

Seguramente era ella la que pensaba que estaba dependiendo de mi, que era yo quien la estaba ayudando a ella.

Pero en realidad para mí.

Ella era quien me estaba ayudando a mi.