Nada especial [2]

—Entonces, ¿Ya te irás a casa?—Despues de relajarme y aclarar un poco mi mente pregunté.

Ella asintió.

—No tengo nada más que hacer. Quería practicar un poco más pero ya cerraron el gimnasio.

Supongo que su principal propósito al quedarse después de clases era mejorar lo máximo posible.

Ella era la última en irse, no había nadie mas, al menos del club de voleibol.

—Entonces déjame acompañarte.

No me estaba mirando directamente, de hecho su cabeza estaba un poco hacia abajo pero pude notar como sus ojos se abrían un poco.

—No... No es necesario.

—Tomamos el mismo tren, además ya es algo tarde, me sentiría inquieto si no te acompaño.

—...Bien.

Un poco vencida termino aceptado.

Creo que sabía que aunque intentará llevarme la contrario no iba a conseguir nada.

Seguiría insistiendo en acompañarla.

Si algo le pasará, aunque por muy exagerado que suene, no podría seguir viviendo con el pensamiento de que pude evitarlo.

Digo, tampoco es que sea la persona más capaz o fuerte del mundo pero creo que puedo manejar una situación de ese tipo.

—Entonces vamos.

Empecé a caminar lentamente, esperando a que ella igualara mi paso.

Pasamos por la entrada de la escuela donde el guardia nos despidió casualmente, luego caminamos por la acera, sin decir nada, fue un silencio largo pero por alguna razón no se sintió incómodo.

Fue algo más natural, como si fuese algo que debía pasar, solo dos personas caminando hacia el mismo lugar.

Caminar solo con una chica en el atardecer, debe parecer un poco atrevido. Pero en realidad no podía decir que lo que sentía era algo como "estoy enamorado de ella". No tenía esa clase de sentimientos o pensamientos cuando la veía.

Más bien era una sensación reconfortante.

Con ella podía ser yo mismo, me daba aquella sensación que alguna vez sentí.

Para empezar es raro que intente acercarme "tanto" a alguien por mi cuenta, soy más del tipo que espera pacientemente a qué le hablen primero.

Pero con ella había tomado la iniciativa un par de veces e incluso me ví obligado a retomar algo que había dejado de lado como lo era el deporte.

Aunque no pueda decir que me gusta románticamente, puedo decir que disfruto pasar tiempo con ella. Solo como dos personas que congenian bien, dos personas que intentan ayudarse.

Piense lo que piense solo debería disfrutar del momento. No me voy a preocupar por lo que puede pasar... ¿O si?

—Oye, ¿Tu por qué te quedaste en la escuela?—Sacamdome de mis pensamientos, Mich hizo una pregunta que no esperaba.

—Pues te estaba esperando.

Sus pasos se detuvieron abruptamente para después mirarme con los ojos ligeramente abiertos.

—¿Que?

—Pues si, espere hasta que salieras.

—...¿Enserio?

Asentí.

¿Que era algo raro?

—No, no, no, ¿Hiciste algo como eso? Quiero decir, digo, osea, ¡Gracias! Pero esperar varias horas ahí sin hacer nada, ¿Realmente eres el tipo inteligente y audaz que conozco?

¿Me miraba de ese modo? No me lo esperaba, pero...¿Ahora mismo me está llamando tonto?

—¿Que? ¿Me dices idiota?

Mich suspiro.

—Un poco, si, no quiero ni imaginarme lo que pensaba la gente que pasaba por ahí al ver a un chico parado sin hacer nada después de clases.

Vislumbre la imagen en mi mente.

...

Bueno, si era un poco estúpido.

¡Pero no fue con mala intención!

—Dejalo pasar, simplemente no podia esperar hasta mañana, ya era molesto que me evitarás.

Era así. Si esperaba hasta mañana no sabía que podía pasar, un día es demasiado tiempo.

—Quiza me pase un poco, pero....

Estaba apurando de decir algo demasiado vergonzoso, algo de lo que me arrepentiría toda mi vida. Por eso mismo mejor no lo dije.

—Como sea. Olvídalo.

—Pero no vuelvas a hacer cosas como esa, ¿Bien?

Ella se agachó un poco y me miró a los ojos.

Me estaba regañando.

No sé sentía como un regaño, pero esa era claramente su intención.

—Bien.

Seguimos caminando.

—¿Cómo estuvo la práctica?

—Bien, creo que hemos mejorado mucho el trabajo en equipo. ¡Ah! Puse en práctica lo que me dijiste, creo que me está ayudando bastante, ¡Hoy hice más puntos de los que hago normalmente!

—¿De verdad? Me alegro que esas pequeñas observaciones te hayan ayudado.

Mich asintio con una sonrisa. Sus mejillas estaban ligeramente rojas, mostrando que se verdad estaba feliz.

—Eres bastante bueno dando consejos para los deportes, ¿No has considerado ser entrenador? Digo, eres bueno en el fútbol.

Con las manos en los bolsillos mi expresión cambio un poco, mire al cielo y respondí.

—Gracias, pero estoy bien, no soy alguien que sea capaz de dirigir a un equipo.

Creo que Mich entendió a donde iba a llegar si continuaba preguntando así que no dijo nada más por un momento...

—Es una lastima, creo que eres demasiado bueno, ¿No recuerdas el otro día? Cómo dirigirte al equipo.... Fue....

Pauso de la nada. Dirigí mi vista hacia ella pero no podía ver su rostro pues lo había movido hacia el lado contrario.

—Fue...

Acerque mi oído ligeramente hacia ella, tal vez estaba hablando bajito.

—¡Olvídalo!

Su mano derecha se extendió hacia donde estaba yo, directamente a dónde estaba yo.

—¡Ugh!

Había golpeado detrás de la oreja.

No dolió pero si fue sorpresivo.

—¡Perdón! ¡No fue intencional!

Vaya...

Me empecé a sobar dónde había recibido el golpe.

Ella me miraba con verdadera preocupación, sus cejas estaban un poco distorsionadas y sus ojos miraban atentamente hacia mi.

Hacia mucho tiempo que una chica no me golpeaba de este modo.

¿Cuánto tiempo paso....?

—Estoy bien, no te preocupes.

—Pero...

Levante el rostro.

Sin darme cuenta había sonreído ligeramente.

—¿Ves? No me dolió, solo fue un poco sorpresivo.

—¿Estás seguro?

Se miraba un poco linda preocupada.

—Si... Por cierto, parece que llegamos a la estación.

La estación estaba justo frente a nosotros.

Pasamos por la aglomeración de gente y llegamos a unos asientos libres.

La hora pico es una hora más y aunque hay muchas personas aquí no es ni de cerca la mitad de lo que hay a esa hora.

Por lo mismo logramos encontrar unos lugares libres.

Supongo que es una de las ventajas de vivir en el primer mundo, los impuestos se van en poner este tipo de cosas en las estaciones que facilitan mucho la vida diaria.

Suspiré un poco cansado.

—¿Estás agotado?

—Hoy fue un día raro.

—...Aparte de esperarme a la salida, ¿Que más hiciste hoy?

Preguntó, con cierto nerviosismo en su cara.

Era raro que ella preguntara algo sobre mi.

—No mucho. Solo hice los arreglos para entrar como ayudante del equipo de futbol y discutimos algunas cosas entre clases.

—¡Oh! Entonces al final si decidiste ir.

—Crei que ya lo sabías.

—Lo escuché, pero pensé que tal vez te retractarias... Conociendote.

—¿Me estás llamando cobarde?

Mich sonrió y dejo caer sus hombros.

—Tal vez.

Está chica...

Golpee ligeramente su brazo con mi dedo índice, cargandolo apoyándolo con el pulgar.

—¡Auch!

—Para que sepas, una vez que me comprometo a algo nunca me retracto.

—¿P-por que me pegaste?

Sus ojos estaban cristalinos, solo ligeramente, nada exagerado.

—Por decime cobarde.

Su expresión era graciosa.

—¡Ja!

Me rei ligeramente.

—¡No te rías!

Se limpio los ojos.

—Esperemos que sea cierto eso que dices de no retractarte.

Sonreí.

—Tenlo por seguro.

...

Hubo una leve pausa.

En ese instante mi celular vibró.

Era raro, pues lo tenía en silencio, solo vibraria en caso de que el mensaje o llamada fuera de 4 personas en específico.

Dos de ellas eran mis padres, quienes eran las personas más probables.

Levanté ligeramente mi ceja.

Todavía no era ese día así que era un poco raro que me hablen así de la nada.

Saque mi celular y lo desbloquee.

La primera persona que aparecía en el centro de notificaciones era mi madre.

Era extremadamente raro que me hablara.

Decir raro se queda corto.

Es como la tasa de aparición de un objeto mitico dropeado por un mob de inicio.

Estaba algo nervioso y un poco intrigado.

Algo así significaba que era, o una noticia importante o malas noticias.

Abrí el mensaje.

[Estoy en casa].

—...Mierda

—¿Eh? Dijiste algo...

La chica a mi lado se sobresalto al escuchar lo que acababa de salir de mi boca.

—¡Eh! No, no es nada.

Mire nuevamente mi celular, pero de reojo podía ver a Mich confundida.

Al ver nuevamente mi celular no sabía que responder, aunque dijera algo no quitaba el hecho de que mi madre estaba en mi casa.

Lo más raro es que se supone que no debería estar aquí...

Ah...

Interiormente suspiré.

Y cuando los segundos pasaron el tren había llegado.

El mensaje de mi madre podia quedarse en visto.

Mich se levantó y camine detrás de ella.

Ambos entramos y nos sentamos en lugares vacíos.

Era lo bueno de la hora, no había demasiada gente.

—¡Wuuu! ¡Lugares vacíos!

—Por cierto, ¿En qué estación te bajas?

Solo para saber.

—En la 6.

Vaya... Entonces no vivíamos tan lejos. Yo me bajo en la 7.

—Oh, entonces no estamos tan alejados.

—¿Dónde vives tu?

—Cerca de la avenida 17.

—¡Oh! ¡Creo que se donde es!

—Bueno, es una zona transitada.

En realidad mi casa estaba bien ubicada.

......

Lo que siguió fue un silencio incómodo y largo.

Nadie dijo nada.

—¡Oh!—Se golpeó la palma de la mano con su puño.—Deja te doy esto.

Incline mi cabeza.

Ella saco una libreta y una pluma, anoto algo en ella, arranco la hoja y me la dió.

Antes de que mirara que era habló:

—Es mi contacto.

En el estaba un número de celular y un usuario.

—Oh...

No sabía que decir, era algo inesperado.

—Solo para que no vuelvas a hacer cosas como esperarme varias horas fuera de la escuela, si vas a hacer algo así primero pregunta.

—Pero eso fue porque me estabas evitan—

—¡Ignora eso! Además somos amigos, ¿No? Todos mis amigos tienen mi contacto.

Amigos...

¿Entonces ya habíamos llegado a ese punto?

No sabía si está persona era tan accesible, pero en tan solo unos días ya me consideraba su amigo.

Sonreí.

—Bien, lo usare.

Asintió satisfecha.

—Entonces, me bajaré.

Mich se levantó, viendo la pantalla a su derecha que indicaba dónde se encontraba el tren, que estaba a nada de llegar a su parada.

—Ten cuidado.

Me despedí levantando la mano.

—Tu también.

Mich sonrió, y cuando se abrieron las puertas salió del vagón.

Mi expresión de había ablandado durante todo este tiempo.

Pero al recordar el mensaje que había recibido ahora sentí como cambio a una expresión sería.

Deje caer mis hombros y mirando al techo el tren suspiré.

—Ah....

Cerré los ojos y me puse a pensar como lidiar con la siguiente situación.

*******************

Después de que el tren me dejará en la estación, camine lo más lento que pude a casa.

Incluso pase por una tienda para comprar algo.

Pero no cambio que después de unos 30 minutos llegué a casa.

La puerta estaba abierta y pude ver por las ventanas como las luces que yo había dejado apagadas estaban prendidas. Eso sin mencionar el auto negro que estaba estacionado afuera.

Sin preocuparme realmente por mi apariencia, si no por como manejar a mi madre, entré.

Cuando, pase por el vestíbulo y llegué a la sala de estar pude ver a mi madre, miraba su celular mientras permanecía sentaba en el sofá.

Tenía ya un tiempo sin verla.

Su cabello era de un tono negro y largo atado, al igual que yo usaba gafas y estaba vestida con un vestido azul de una pieza.

Su anillo dorado resaltaba al ver como tomaba su celular, cuando levanto su vista miro directamente a mis ojos.

—Vaya, llegaste.

Se rasco la frente.

—Tardaste bastante, ¿Tu hora de salida no es más temprano?

—Tuve algunas cosas que hacer después de clase.

—Son solos los primeros días, ¿Que tendrías que hacer?

—Solo algunas cosas.

Al evitar responder directamente la pregunta su mirada se afiló más.

Yo solo deje mi mochila en mueble.

—No me digas que de nuevo estás perdiendo tu tiempo con alguna novia.

Antes de mover algún dedo mi cuerpo estuvo a punto de paralizarse, pero sabiendo que ese sería un indicio se que ella estaba en lo correcto no me deje vencer.

Para empezar, no estaba tan equivocada, solo quitando la parte de que Mich no era mi novia.

—Te equivocas, madre.

—¿Me equivoco? Espero que sea así. Espero que te estés esforzando lo suficiente. Dijiste que lo harías bien y por eso tu padre y yo accedimos a apoyarte con esta idea pero ni siquiera dices como te está yendo.

Negó con la cabeza.

—¿Tan importante es?

Me quite la camisa del uniforme, dejando solo una camiseta normal.

—Claro que lo es, debes pensar en tu futuro.

Sonreí, pero no porque estuviese feliz.

Sonreí por lo irónico que era.

—Estoy bien, no era necesario que vinieras.

—Tuve algunos negocios por aquí.

—....Si, esperaba eso.

No estaba aqui para visitarme ni mucho menos.

Era por su trabajo.

—¿Entonces? Cómo te fue en ese examen que hiciste diagnóstico.

¿Cómo sabía eso?

—¿Cómo sabes eso?

—Por supuesto que debo conocer los métodos de la escuela a la que va mi hijo, si no sería más fácil para ti no darme tus calificaciones.

Cerré los ojos.

Había olvidado lo diligente que era ella.

—Me fue normal.

—Siempre dices eso, deberías esforzarte un poco más en tus calificaciones, solo haces lo necesario pero no vas más allá, ¿Es por aquello, lo de...—No termino.

—No es por eso, el examen fue un poco difícil está vez.

No termino porque la interrumpi.

—¿Dificil? Si claro, dejémoslo en eso.

Ella suspiró.

—Estoy algo cansada como para discutir contigo por lo de siempre. ¿Ya comiste?

—Si.

Entrecerró los ojos.

Era obvio, yo no tenía la mejor relación con mi madre.

Desde siempre fue muy estricta conmigo.

Quería más mejores notas, los mejores resultados, que fuese en mejor en todo.

Y bueno, eso no tiene nada de malo.

Pero debido a eso mi infancia no fue la que un niño común debió haber tenido.

A pesar de todo eso no creo que sea una mala persona.

Bueno si, quizá un poco, pero no a un nivel de que la odie.

Pero tampoco siempre aprecio hacia ella.

Sobre todo desde la última vez.

—Bien, me quedaré aquí durante un tiempo, espero no se una molestia.

Eso último fue con un tono sarcástico.

—¿Cuánto es "Durante un tiempo"?

—2 días.

Podía aguantar dos días.

Ella metió su mano a su bolsa.

—Bien, pero no puedes fumar dentro.

—...

Saco su mano sin sacar nada.

—Claro.

Molesta, cruzo sus piernas en el sofá y volvió a lo que hacía.

Al menos era lo suficientemente educada como para escucharme.

Y respetar mi espacio.

Pero solo era eso.

Si. No tenía ningún tipo de afecto por esta mujer

*

Al día siguiente, me levante como de costumbre. Fui al baño a lavarme la cara, me arregle el cabello, me cepille los dientes y me mire al espejo.

—Mi cabello está creciendo nuevamente...

Tal vez debía atarlo para el intercolegial.

Hoy es viernes, 6 de marzo.

Había leído que el intercolegial empezaba el 15 de marzo.

Pero nos querian ahí 6 días antes.

Es decir, iríamos el próximo lunes 9, y la "inauguración" sería el domingo.

Supongo que esto no va a afectar las calificaciones.

Para resumir estaríamos en la ciudad vecina 2 semanas.

Es más que un paseo escolar típico.

Supongo que en este lado del mundo el deporte se valora de este modo.

Para mucho, no es más que el único método para ser algo en la vida.

Por eso las fundaciones y patrocinadores intentan que estos eventos duren el mayor tiempo posible.

Ayudan a las personas que realmente quieren ser deportistas y a su vez ganan dinero y se dan a conocer.

Pero, ¿Por qué nos querian allí 6 días antes?

Suspiré, realmente sin entender.

Quizá fue mala idea unirme.

Sali del baño y me dirigí a la cocina.

Normalmente la luz estaría apagada pero hoy estaba prendida. No solo eso, lo que más me sorprendió fue el olor y el calor que hacía a pesar de que el aire acondicionado estaba prendido.

En la mesa mi madre parecía estar comiendo algo.

Cuando llegue a la cocina y me puse frente a la mesa sin verme apunto a un plato que estaba frente a ella, al lado opuesto.

—No había mucho en el refrigerador, hice algo rápido.

No esperaba que cocinara.

....

—...Gracias.

Me senté y empecé a comer.

Era un huevo frito con salchichas.

Estaba bueno.

Ella era buena cocinando.

Ahora mismo parecía indiferente mientras comía tranquilamente.

De verdad no entendía está situación.

De todas maneras seguí comiendo.

Termine y dejé mi plato en el lavaplatos.

Tome mi mochila que estaba en un mueble y me prepare para salir.

—Me tengo que ir.

Abri la puerta y a su vez escuché los pasos de mi madre dirigiéndose hacia mi dirección.

—Te llevaré.

Inconscientemente abrí un poco los ojos.

—¿Que?

—Te llevaré a la escuela.

Eso lo había escuchado, pero ¿Que?

Ahora sí que ya no entiendia esto.

—No... No es necesario.

—No está tan lejos y resulta que me queda de paso, necesito comprar unas cosas.

¿Que pasaba con esta mujer ahora mismo? Primero me hace desayuno y ahora quiere llevarme a la escuela?

Vaya...

—Bien...

Sabía que si me negaba igualmente seguiría insistiendo.

Me parecía a ella en ese aspecto.

Ambos salimos, abrió el auto con el control y entre a el.

Entonces ella subió también y arranco, dirigiéndose hacia la escuela.

Era conveniente porque me ahorro un día de tren pero a su vez era extraño.

En realidad, durante toda mi vida mi madre nunca me llevo a la escuela ni una sola vez.

Incluso cuando eran días de juntas o días en los que los padres de familia tenían que visitar la escuela, tampoco me llevo.

Por lo que era demasiado raro que de repente me quería llevar.

No podía terminar de procesarlo.

La mire de reojo.

Cómo de costumbre parecía indiferente.

Tenía una leve sonrisa pero de alguna manera su cara era más como una cara de Poker.

Siempre fue así.

Paramos en un semáforo.

—Ah, tenía que decirte algo.

Hablé finalmente.

—¿Mmm?

Miro en mi dirección, con duda.

—Debido al torneo intercolegial, iré a la ciudad vecina unos días.

...

No dijo nada por unos segundos.

—¿Torneo intercolegial?

—Si, es un—.

—Se lo que es. Pero, ¿Te inscribiste a eso? ¿Tu?

—Si.

Lo único que escuche y vi fue una risa entre dientes.

—Vaya...¿Puedo preguntar por que?

—Me lo pidieron mucho, y alguien a quien le debo un favor.

Mi madre levanto una ceja.

—¿Le debías un favor a alguien? ¿Te lo pidieron mucho?

Asentí.

—Solo será está vez.

Ella se tocó la cabeza.

—Bien, no te diré nada, tu eres responsable de tus desiciones...

Hizo una pausa momentánea.

—Pero al menos intenta ganarlo, ¿Vas a fútbol verdad? Entonces no creo que sea un problema para ti.

???????

¿Que demonios le pasaba?

¿Por qué estaba tan...tan así? Tan buena.

¡No! Esto debió haberlo echo desde hace más de una década.

No ahora.

Ah...

Me tranquilice.

No dije nada cuando el semáforo se puso en verde, pero no podia evitar estar sorprendido.

Hoy parecía otra persona.

Los únicos recuerdos que tengo de mi madre son de ella poniéndome un peso muy grande en mis hombros.

Solo eso.

Nunca hubo muestras de afecto de su parte o algo que le diera el titulo de madre, de manera abstracta.

No de ella.

Pero aun así, hoy, se esta comportando como tal.

No sé sentía mal.

Pero era raro.

El silencio reino durante lo que restaba del viaje y finalmente después de unos 5 minutos más llegamos.

—Gracias, nos vemos luego.

—Si.

Mi madre asintió y lo baje del auto.

Si ella estaba haciendo las cosas bien no veia motivo para yo hacerlas mal.

Cuando baje del auto pude sentir algunas miradas, no era común que un estudiante viniera en auto así que lo entendía.

Era una escuela bastante clase media, así que la mayoría venía en autobús, tren o bici.

Y el carro de mi madre era uno... Un poco llamativo.

Entre a la escuela, cuando un brazo rodeo mi cuello.

—¡Mi as! ¿Cómo te va hoy?

Era Kevin.

—¿As?

—Oh, cierto, cierto, tengo que explicarte eso...—

—No, no hace falta.

Ignore su intento de diálogo y camine.

—Tan frío como siempre, ¿Listo para el lunes?

Asentí, acomodandome el cabello.

—Por cierto, ¿Sabes por qué tenemos que estar ahí casi una semana antes?

Kevin asintió con una risa.

—Sobre eso, resulta que oficialmente el torneo empezará el día 15, pero antes de llevarán a algunos eventos como una fiesta, unos partidos preliminares y algunas otras cosas.

Levanté una ceja.

—¿Fiesta? ¿Eventos?

Quizá lo esperaba, pero ¿Desde cuándo esté tipo de eventos intercolegiales eran así?

Es un evento de preparatotia, tal vez en universidad lo vería normal pero ¿Ahora?

Supongo que el dinero no es un problema.

—Sip, personalmente pienso que intentan promover el buen ambiente y ayudarnos a que nos conozcamos con los demás.

—Mmmm, suena interesante.

Realmente lo hacía.

Los que organizaban esto no escatimaban.

Mi predicción de este intercolegial es que sera uno bastante grande.

Antes de darnos cuenta Kevin y yo ya estábamos en el salón de clases.

Saludamos a Arthur que ya había llegado, por otro lado Jean que también había llegado estaba limpiando el pizarrón.

Hoy le tocaba a el esto.

El tipo tenía una miraba fuerte, eso no lo voy a negar, pero a pesar de si apariencia tenía cierto nivel de responsabilidad.

Si se esfuerza lo suficientemente podra llegar a ser un buen jugador.

Muchos llegaron a la cima empezando desde lo más bajo.

....

Me quedé pensando un rato, sin sentarme.

—¡Hola!

Una mano fría tocó mi hombro.

—¡Ah!

Me asusté un poco, no había escuchado muy bien la voz ya que estaba absorto en mis pensamientos.

Cunado reaccione, tenía una cara un poco cerca de la mía.

—¿Estas bien? Estabas algo raro.

Mich quien me miraba fijamente parecía estar analizandome.

—¿Que? Ah, si, estoy bien.

Me aleje un poco.

—Hola, por cierto.

Ella sonrió de oreja a oreja.

—Me alegro que estés bien.

Hoy era deslumbrante.

—¿Llegaste bien a casa ayer?

Pregunté.

—Ughhhhhhhhhh.

—Woa.....

—.....

Ciertos sonidos raros provenían de mis alrededores pero no les tome importancia.

—Sip, todo en orden, gracias por preguntar. ¿Tu también llegaste bien? Antes de bajar estabas un pálido.

La verdad hay un motivo detrás de eso.

Recordé está mañana.

Pero no hacía falta decirlo.

—Tambien, todo en orden.

—En ese caso... Espero que estés listo para el Intercolegial.

—Ah si, si, estoy listo, creo...

Entrecerró los ojos.

—Vaya entusiasmo....

—¿Verdad?

Ambos reímos.

Ella se rió más.

Hacia mucho tiempo que nos disfrutaba así una conversación tan trivial.

—Bueno, iré a revisar algunas cosas, nos vemos después.

Ella se dió la vuelta y se despidió, al ver mi gesto con la mano ella también hizo uno y se fue.

Después me senté en mi lugar.

—Increible.

—Asi que esto era lo de ayer.

—Parece que ya están bien.

Los 3 idiotas hablaban entre ellos, pero mirándome a mi.

—No se de que hablan.—Respondi revisando algunas cosas de mi mochila.

—Claro...

De reojo pude ver como los 3 tenían una mirada de complicidad.

Estos tipos...

Bostece.

Aún tenía algo de sueño. Con la situación de ayer no dormí tanto como hubiese querido.

Voy a tener que intentar descansar lo máximo posible porque hoy si iré a trabajar.

Cierto, tengo que avisar al trabajo que estaré fuera durante un tiempo.

Espero no se molesten porque estaré tanto tiempo sin ir a trabajar.

El dueño es buena persona así que intuyo que no habrá problemas, pero me mortifica un poco.

—Hey, decidimos que hoy habrá una práctica en la hora de descanso.

Alguien se acercó a mi y me habló.

Para mí sorpresa no era ninguno de los 3 que se sientan a mi alrededor.

Los busque y rápidamente mire que estaban a la otra punta del salon.

Levanté el rostro.

El que me habló era Jean.

Lo mire a los ojos.

—¿En la hora de descanso? No sé si pueda, además no estoy inscrito como un jugador oficial.

En realidad quería tomarme la hora de descanso para descansar. Tal vez dormir un poco.

—No es obligatorio que vengas, pero pensamos que podriamos empezar a entender nuestro juego.

Contrariamente a la primera impresión que tuve de este tipo, no tan malo, pero si pude notar como en realidad no le gustaba hablar conmigo.

Definitivamente esos 3 lo habían enviado aquí al ver que el tenía ciertas diferencias conmigo.

A mí no me agradaba ni me desagradaba, pero...

Recordé la cara que hizo después del partido, y durante...

El tipo que gozaba de ser un prodigio y tenía todos los focos en el había perdido.

Todo el mundo se sentiría molesto con la causa que los hizo caer.

Más allá de eso, en realidad no sabía porque mi existencia lo molestaba.

Y no me importa.

—Lo pensaré, gracias por avisar.

Amablemente lo rechace y volví mi a el libro de texto que estaba sacando.

Sin verlo, escuché como se iba.

No creo poder llevarme bien con ese tipo.

*

Hoy no fue un día muy relevante.

En el descanso dormí un rato en el salón, comí algo, entre clases hablaba casualmente con Kevin que estaba sentado a un lado de mi y de vez en cuando me dirigía a Mich.

Creo que fue una buena primera semana.

Sonreí, mirando como empezaba a atardecer poco a poco.

Pensé que fracasaría al socializar pero no fue así, me fue mejor de lo que pensaba.

Nada paso en el intervalo de caminar hacia el autobús y después ir al trabajo.

Me encontré con mi superior en el trabajo y le conté acerca de que tendría unas cosas que hacer durante una semanas y estaría fuera de la ciudad.

—¡Claro! Se lo diré al Jefe, no te preocupes el dijo que sentía que te estaba haciendo trabajar mucho, el no tendrá problemas.

Sonreí.

De verdad era un buen hombre.

—Gracias.

—Diviertete.

Se despidió y se fue, dejándome solo en el local.

La tarde transcurrió tranquilamente, hubo el número de clientes habitual pero nada más.

Finalmente llegué a casa dónde aún estaba mi madre.

—Hola, ¿Cómo te fue?

Ella parecía estar viendo un drama en la tele.

—Bien.

—¿Comiste?

—Comi en el trabajo.

—Ya veo...

¿Por qué parecía decepcionada?

Bah, ignorare eso.

Ahora solo quiero descansar.

Tengo que reponer fuerzas para el lunes.

Camine a mi habitación, me tire en la cama y revise la hora.

Eran las 6:40.

—Ah.... Que flojera.

El fin de semana no podía solo hacerme el tonto.

No estoy en condición.

*************

Era una mañana un poco más fría de lo normal.

Bueno, más que mañana era de madrugada.

Me puse suéter y salí de mi casa, dejando todo cerrado.

Mi madre ya se había ido así que podía dejar la casa como si no hubiera nadie.

Ya era lunes.

Hoy daba inicio está rara situación en la que me metí.

Probablemente estos sean los días más largos de mi vida.

Pero... Al menos no quiero ser una decepción para esa persona.

Con una sonrisa avance.