Capítulo 5: Elara - Conexiones y Complicaciones

Habían pasado cinco ciclos aethelgardianos desde que la imposible interfaz azul había irrumpido en la vida de Elara. Cinco ciclos de cumplir misiones diarias con una disciplina casi robótica: correr por tejados asignados, recolectar datos inútiles de sensores olvidados, incluso forzarse a conseguir y consumir las calorías estipuladas, una tarea nada fácil con sus recursos limitados. Había acumulado 52 Puntos de Sistema. Una miseria, considerando los costes en la Tienda, pero era un comienzo.

Se había resistido a gastarlos impulsivamente. Cada punto era analizado, cada posible mejora sopesada contra su coste y beneficio a largo plazo. Finalmente, había invertido 40 PS en +1 Agilidad. No era una transformación dramática, pero sentía una diferencia sutil: un poco más de fluidez en sus movimientos, aterrizajes ligeramente más suaves, una fracción de segundo extra en sus reacciones. Podía ser la diferencia entre la vida y la muerte. Los 12 PS restantes los guardaba celosamente.

Ahora, una nueva complicación. La Misión Semanal activa – adquirir y leer 'Fundamentos de Seguridad de Redes Locales v2.0' – era un desafío diferente. No se trataba solo de esfuerzo físico o riesgo calculado, requería encontrar el manual. Y según sus búsquedas en las redes secundarias, ese texto específico era relativamente oscuro, probablemente usado en algún curso técnico corporativo o gubernamental. No era algo que encontrarías en un puesto de datos del mercado negro.

Necesitaba ayuda. Necesitaba a Jax.

El taller improvisado de Jax estaba escondido detrás de una lavandería automática que funcionaba a medias en un sector bajo pero relativamente estable. Olía a ozono, metal recalentado y el café sintético barato que Jax consumía constantemente. Lo encontró rodeado, como siempre, por un caos organizado de piezas desmontadas, herramientas especializadas y pantallas parpadeantes que mostraban diagnósticos o esquemas. Llevaba sus gafas protectoras sobre la frente y tarareaba una melodía desafinada mientras soldaba con precisión un microcircuito.

"Jax," dijo Elara desde la entrada, su voz plana.

Él levantó la vista, y una sonrisa amplia e instantánea iluminó su rostro. "¡Elara! ¡Fantasma! Justo a tiempo, mira esta belleza..." empezó a decir, señalando el circuito, pero se interrumpió al notar su expresión seria. "¿Qué pasa? ¿Problemas?"

"Necesito un datapad. Específico. 'Fundamentos de Seguridad de Redes Locales v2.0'," dijo ella, yendo directa al grano.

Jax arqueó una ceja. "Uh... eso es... específico. No es el tipo de lectura ligera que suele circular por aquí. ¿Nuevo hobby?"

"Trabajo," mintió Elara escuetamente. "¿Puedes conseguirlo?"

Él dejó el soldador y se frotó la barbilla, pensativo. "No es fácil. Probablemente esté en alguna base de datos corporativa o académica interna. Extraerlo limpio es arriesgado. Podría intentar buscar una copia física antigua, pero eso es como buscar una aguja en un pajar de chatarra..." Hizo una pausa, mirándola con sus ojos brillantes y curiosos. "¿Qué tan importante es?"

"Mucho," respondió Elara, manteniendo su mirada.

Jax suspiró, una mezcla de resignación y entusiasmo ante el desafío. "Está bien, está bien. Por ti, buscaré en el pajar. Pero me costará. Tiempo, recursos... y probablemente tendré que untar algunas palmas digitales."

"¿Cuánto?"

Él mencionó una cifra en créditos locales. No era exorbitante, pero era más de lo que Elara tenía disponible en ese momento. Maldijo internamente. Había estado tan centrada en los Puntos de Sistema que había descuidado la acumulación de créditos.

"Te conseguiré el dinero," dijo ella con firmeza.

"Lo sé," sonrió Jax. "Siempre lo haces." Hubo un momento de silencio incómodo, cargado con los sentimientos no expresados de él. Elara desvió la mirada.

"Avísame cuando tengas noticias," dijo, dándose la vuelta para irse.

"¡Espera!" la llamó Jax. "¿Estás bien, Elara? Pareces... diferente. Más intensa, no sé."

Ella se detuvo en la puerta, pero no se giró. "Estoy bien, Jax. Solo ocupada." Y desapareció en el bullicio de la calle.

Necesitaba créditos, rápido. Revisó las misiones diarias activas en la interfaz del Sistema. Nada ofrecía una recompensa de créditos significativa hoy. Tendría que buscar trabajo en el mercado negro, algún encargo rápido y sucio de recuperación de datos o sabotaje menor. Era arriesgado, siempre lo era, pero la misión semanal del Sistema y la promesa de una nueva habilidad eran demasiado tentadoras.

Pasó las siguientes horas buscando un encargo adecuado en los nodos de información clandestinos. Finalmente encontró uno: un pequeño comerciante necesitaba que alguien se infiltrara en el almacén de datos de un rival, 'OmniCorp Sector Bajo', y copiara los registros de envío del último ciclo. Competencia comercial de bajo nivel, pero el almacén tenía seguridad privada. Peligroso, pero pagaban decentemente y por adelantado una parte. Aceptó.

El almacén de datos de OmniCorp era un edificio anodino de permacreto en una zona semi-industrial. La seguridad consistía en cámaras básicas, algunas patrullas de guardias mal pagados y cercas electrificadas de bajo voltaje. Nada que Elara no hubiera enfrentado antes, pero ahora tenía el +1 de Agilidad y 12 PS en reserva.

La noche era su aliada. Esperó hasta el ciclo oscuro profundo, cuando las patrullas eran menos frecuentes. Usó sus habilidades de sigilo mejoradas (¿o era solo su percepción aumentada por el Sistema?) para deslizarse por los puntos ciegos de las cámaras. La cerca electrificada fue un desafío menor; encontró el panel de control y lo puenteó con una herramienta improvisada, agradeciendo su habilidad rudimentaria de reparación.

Dentro del perímetro, se movió como un fantasma entre las sombras de los contenedores de carga y la maquinaria silenciosa. El edificio principal tenía sensores de movimiento en las entradas principales, pero una ventana de ventilación en el segundo nivel parecía menos vigilada. Con una carrera corta y un salto impulsado por su agilidad mejorada, alcanzó el primer asidero y comenzó a escalar la pared rugosa.

Una vez dentro, el aire era frío y zumbaba por el funcionamiento de los servidores. Se conectó a un terminal de servicio con su datapad. El sistema interno era más robusto de lo que esperaba. El tiempo corría. Empezó a trabajar, sus dedos volando sobre la pantalla, sondeando firewalls, buscando exploits. Gastó 8 de sus 12 PS restantes en un impulso temporal a su habilidad de Hacking (una opción que descubrió en la tienda bajo "Consumibles del Sistema"). [Hacking Nv. 1 -> Nv. 2 (Temporal - 1 Hora)]. La diferencia fue notable. Las barreras cedieron más rápido.

Encontró los registros de envío y comenzó la copia. Mientras los datos se transferían, su paranoia la impulsó a explorar un poco más. Había directorios protegidos con niveles de encriptación mucho más altos de lo esperado para una simple operación comercial. Curiosidad, o quizás una intuición guiada por el Sistema, la hizo intentar acceder a uno etiquetado crípticamente como "Proyecto S".

Sorprendentemente, una de sus sondas de bajo nivel encontró una vulnerabilidad, una puerta trasera olvidada. Accedió. Dentro no había registros de envío ni datos comerciales. Había fragmentos de informes de investigación, menciones a "artefactos de origen desconocido", coordenadas geográficas en regiones remotas de Aethelgard, y... un símbolo.

Un pequeño archivo de imagen vectorial. Lo abrió. En la pantalla de su datapad apareció un árbol estilizado. Sus raíces parecían formadas por libros abiertos o pergaminos entrelazados. Sus ramas se extendían hacia arriba, culminando no en hojas, sino en pequeñas representaciones de estrellas y nebulosas. El Árbol del Conocimiento Cósmico.

Elara sintió un escalofrío recorrerla, unconnected con la temperatura fría de la sala de servidores. Había visto ese símbolo antes. En los pocos papeles quemados que sus padres habían dejado atrás, escondidos en un compartimento secreto. Un símbolo asociado con "Sphaera Cognita", el nombre susurrado que apenas recordaba de conversaciones fragmentadas de su infancia.

La copia de los registros de envío terminó. Sonó una alarma silenciosa en su datapad; había activado algún tipo de trampa de seguridad de bajo nivel al acceder al directorio "Proyecto S". Tenía que irse. Ya.

Desconectó, borró sus rastros digitales más obvios y salió por donde había entrado, moviéndose con una urgencia renovada. Llegó a la calle justo cuando las luces de una patrulla de seguridad doblaban la esquina. Se desvaneció en las sombras, el corazón latiendo con fuerza, no solo por el peligro, sino por el descubrimiento.

Mientras se dirigía a entregar los datos robados al comerciante y cobrar el resto de sus créditos (suficientes para pagarle a Jax), la imagen del árbol grabado en su mente. El Sistema. Sphaera Cognita. Sus padres. Grado Cero. Las piezas dispersas de su vida estaban empezando a encajar de maneras inesperadas y peligrosas.

El Sistema no era solo una herramienta de supervivencia. Era una conexión. Una pista. Y acababa de seguirla hasta el borde de un abismo mucho más profundo y oscuro de lo que jamás había imaginado.

Fin del Capítulo 5.