Capítulo 6: Kaelen - El Eco en la Arena

Los últimos ciclos en el Distrito Kratos habían sido... iguales, pero diferentes. El trabajo en la fundición seguía siendo brutal, el aire seguía siendo irrespirable, y la violencia seguía siendo la moneda de cambio más común. Pero ahora, Kaelen tenía la constante presencia de la interfaz azul en su visión periférica, un recordatorio persistente de que las reglas habían cambiado, al menos para él.

Había completado las misiones diarias con una disciplina sombría. Levantamientos, patrullas improvisadas alrededor de zonas que consideraba vagamente "suyas" para proteger, incluso la misión de consumir calorías, que lo obligaba a gastar sus escasos créditos en comida ligeramente mejor o a tomar mayores riesgos para conseguirla. Había acumulado unos 40 PS más, llegando a un total de 42 después de comprar ese pequeño aumento de Resistencia. No era mucho. Cada punto ganado costaba sudor, dolor y riesgo.

La pelea con los 'Perros de Escoria' había tenido consecuencias. Su antebrazo había necesitado más puntos de sutura por parte de Lena, y aunque se curaba rápido (¿efecto secundario del Sistema o solo su propia constitución?), el dolor había sido un lastre. Peor aún, la banda lo miraba con un odio renovado. Sabía que solo era cuestión de tiempo antes de que intentaran algo más serio.

Visitó a Lena de nuevo, esta vez no por una herida propia, sino porque había oído que su pequeño puesto había sido vandalizado la noche anterior: suministros robados, equipo dañado. La encontró barriendo cristales rotos con una expresión de agotamiento y furia contenida.

"¿Los Perros?", preguntó Kaelen, su voz un gruñido bajo.

Lena asintió, sin mirarlo. "Probablemente. Buscaban medicinas, supongo. O solo querían causar daño." Hizo una pausa, luego lo miró. "¿Valió la pena, Kaelen? ¿Esa pelea?"

Él no respondió. La pregunta era estúpida. La violencia era un hecho en Kratos. Pero ver el daño, ver el impacto en una de las pocas personas que respetaba... solidificó algo en él. Necesitaba más. Más fuerza, más recursos. No solo para sobrevivir él, sino para que lugares como el de Lena pudieran resistir.

"¿Cuánto necesitas?", preguntó él bruscamente, refiriéndose a los suministros perdidos.

Lena suspiró. "Más de lo que tienes, Kaelen. Mucho más."

Él asintió lentamente. Lo sabía. Pero ahora tenía una vía. Miró la interfaz del Sistema, la pestaña de Misiones. La Misión Semanal seguía allí, esperando.

[ ] Ganar una pelea clasificada en la Arena de Chatarreros (Recompensa: 60 PS, 50 Créditos Locales)

Sesenta PS. Cincuenta créditos. Era la recompensa más grande que había visto hasta ahora. Suficiente para una mejora significativa de Fuerza o Resistencia, y los créditos ayudarían a Lena, al menos un poco. La Arena de Chatarreros era un agujero infernal, un círculo improvisado en medio de un depósito de chatarra donde se celebraban peleas brutales y sin reglas para el entretenimiento de los desesperados y el beneficio de los corredores de apuestas locales. Peligroso. Impredecible. Pero la recompensa...

"Aceptar Misión: Arena de Chatarreros," pensó. [Aceptada]

Esa noche, se dirigió a la Arena. El lugar apestaba a sudor, alcohol barato y sangre vieja. Una multitud ruidosa y harapienta rodeaba un círculo de tierra apisonada iluminado por focos parpadeantes alimentados por generadores ruidosos. Las apuestas se gritaban, los créditos cambiaban de manos mugrientas.

Se inscribió con el organizador, un hombre tuerto con dientes de metal llamado Gus. Gus lo miró de arriba abajo. "Reyes. Hacía tiempo que no te veíamos por aquí. ¿Necesitas pasta, eh? Te pondré contra el 'Machacador'. Es nuevo, grande y feo. Las apuestas están altas en su contra."

Kaelen solo asintió. Le daba igual quién fuera. Necesitaba ganar.

Esperó su turno, observando las peleas anteriores. Brutalidad sin sentido, a menudo terminando con huesos rotos o algo peor. Vio a un luchador usar lo que parecía un implante cibernético de fuerza barato en un brazo. Vio a otro usar drogas de combate para ignorar el dolor. Ventajas compradas o robadas. Él solo tenía su fuerza, su resistencia, y los 42 PS que aún no había gastado.

Cuando llamaron su nombre, entró en el círculo. El 'Machacador' era tal como Gus lo había descrito: un bruto enorme, más alto que Kaelen y casi el doble de ancho, con cicatrices queloides cubriendo sus brazos y rostro. Rugió a la multitud, que le devolvió el rugido.

Kaelen se plantó frente a él, tranquilo, evaluando. Fuerza bruta contra fuerza bruta. Pero el Sistema le daba una opción. Gastó 40 PS. "Mejora: +1 Agilidad." [-40 PS. Agilidad 5 -> 6]. Le quedaban 2 PS.

No era mucho, pero esperaba que fuera suficiente para darle una ventaja que el Machacador no esperara. La campana improvisada (un golpe en un tanque de metal) sonó.

El Machacador cargó como un rinoceronte furioso, buscando un agarre aplastante. Kaelen, en lugar de chocar frontalmente como esperaba el otro, usó su recién aumentada (aunque todavía baja) agilidad para esquivar el primer embiste por un margen mínimo. El Machacador tropezó ligeramente por su propio impulso.

Kaelen no desperdició la abertura. Golpeó rápido y con fuerza: un directo al costado que sonó como golpear un saco de arena, seguido de un codazo a la sien cuando el Machacador se giraba. El gigante rugió de dolor y rabia, sorprendido por la velocidad.

La pelea se convirtió en un intercambio brutal. El Machacador tenía un alcance superior y una fuerza monstruosa. Kaelen absorbía golpes que habrían derribado a otros, su alta Resistencia y su tolerancia al dolor manteniéndolo en pie. Pero también esquivaba más de lo que solía hacerlo, moviéndose ligeramente mejor, usando ángulos inesperados. La pequeña inversión en Agilidad estaba dando sus frutos.

En un momento, el Machacátor logró agarrarlo, levantándolo del suelo en un abrazo de oso que amenazaba con romperle las costillas. Kaelen sintió que la visión se le nublaba por la presión. Enfocó su intención. "Sistema: ¿Debilidad?"

Por un instante, una línea roja parpadeante apareció en su visión sobre la rodilla izquierda del Machacador, donde había una vieja cicatriz mal curada. [Punto Débil Detectado - Baja Probabilidad de Éxito]

Era una apuesta, pero no tenía muchas opciones. Reunió todas sus fuerzas y lanzó una patada brutal y precisa con el talón directamente a la cicatriz en la rodilla del Machacador. Hubo un chasquido nauseabundo.

El gigante aulló, un sonido inhumano de agonía, y su agarre se aflojó. Kaelen cayó al suelo, jadeando, pero se recuperó de inmediato. El Machacador intentó apoyarse en la pierna herida y se derrumbó.

Kaelen no le dio oportunidad de recuperarse. Se abalanzó sobre él, una ráfaga de puñetazos precisos y brutales a la cabeza y al cuerpo hasta que el gigante quedó inmóvil.

Silencio momentáneo en la multitud, seguido de una explosión de gritos y abucheos (probablemente de los que habían apostado por el Machacador).

[Misión Semanal Completada. Recompensa: 60 PS, 50 Créditos Locales]

Kaelen se puso en pie, ignorando el dolor de sus propias heridas. Ahora tenía 62 PS y 50 créditos. Se acercó a Gus, quien le entregó los créditos con una mueca.

"Impresionante, Reyes," dijo Gus, mirándolo con una nueva chispa de interés en su único ojo bueno. "Muy rápido para tu tamaño. Oye, hablando de gente que aparece fuerte de repente... han corrido rumores últimamente. Gente rara haciendo preguntas, buscando 'talentos especiales'. Algunos dicen que buscan niños... otros dicen que buscan luchadores que... mejoran demasiado rápido. Ten cuidado ahí fuera."

Kaelen tomó los créditos sin decir palabra, pero las palabras de Gus resonaron. ¿Gente rara buscando talentos? ¿Niños? ¿Luchadores que mejoran rápido? Era vago, probablemente solo chismes de Kratos, pero una pequeña alarma sonó en el fondo de su mente pragmática. Algo más estaba sucediendo.

Se dio la vuelta y se alejó de la Arena, dejando atrás el ruido y el hedor. Tenía puntos para gastar, créditos para Lena, y una nueva y vaga inquietud que añadir a su carga diaria. El camino para proteger lo poco que le importaba se estaba volviendo más complicado.

Fin del Capítulo 6.