Capítulo 12: Elara - La Guarida del Dragón

Elara se deslizó por la estrecha abertura de la puerta con la fluidez silenciosa de un gato de sombras. La puerta se cerró detrás de ella con el mismo silbido neumático apenas audible, sumergiéndola en una oscuridad casi total y un silencio que presionaba los oídos. El aire aquí era diferente al del pasillo: rancio, cargado de polvo y del inconfundible olor a electrónica sobrecalentada y soledad prolongada.

Activó de nuevo sus gafas de visión nocturna. El apartamento se reveló en tonos verdes fantasmales. Su primera impresión fue de caos controlado. Montañas de componentes electrónicos, cajas de piezas, herramientas especializadas y viejos datapads se apilaban en cada superficie disponible. Cables de datos y energía serpenteaban por el suelo y las paredes como una jungla tecnológica. Había múltiples estaciones de trabajo, cada una con varias pantallas oscuras. Era la madriguera de un hombre obsesionado.

Y estaba silencioso. Demasiado silencioso.

¿Está Thorne en casa?

Se quedó inmóvil, aguzando el oído, usando la Percepción que el Sistema listaba como "Por encima de la media". Escuchó el zumbido bajo de los aparatos electrónicos, el clic ocasional de un disco duro antiguo, el murmullo distante del sistema de ventilación del edificio... pero ningún sonido de respiración, movimiento o vida humana. O Thorne no estaba, o era increíblemente sigiloso, o... estaba muerto. La última posibilidad envió un escalofrío desagradable por su espalda.

Comenzó a moverse, aplicando su Sigilo Nivel 3 con una concentración absoluta. Cada paso era deliberado, probando el suelo antes de aplicar peso, evitando los enredos de cables. Sus ojos barrían constantemente el entorno, buscando trampas. Vio lo que parecían ser emisores láser finos como cabellos cerca del suelo en algunos puntos – posibles tripwires. Detectó pequeñas cámaras de seguridad, diferentes a las del edificio, montadas en ángulos extraños, cubriendo puntos ciegos obvios. Thorne no confiaba en nadie, ni siquiera en sí mismo, parecía.

Su objetivo era el datapad con los 'Fundamentos de Seguridad de Redes Locales v2.0'. ¿Dónde lo escondería un paranoico? No estaría a la vista. Probablemente no estaría ni siquiera en una de las estaciones de trabajo principales, demasiado obvio.

Comenzó a registrar metódicamente. Evitó tocar nada innecesariamente. Usó el escáner de Jax, barriendo las paredes y los montones de equipo en busca de emisiones de energía ocultas o firmas de datos inusuales que pudieran indicar un compartimento secreto o un dispositivo activo escondido.

Encontró varias cosas extrañas: un pequeño dron desactivado con modificaciones caseras, diagramas de circuitos para dispositivos de interferencia de señales, notas escritas a mano llenas de galimatías conspirativas sobre "observadores" y "agentes durmientes". La paranoia de Thorne era palpable, casi una presencia física en la habitación.

Mientras examinaba una estantería sobrecargada de viejos manuales técnicos y unidades de almacenamiento de datos obsoletas, su pie rozó un cable suelto en el suelo. Un pequeño LED rojo parpadeó brevemente en un dispositivo oculto bajo una pila de placas de circuitos. Elara se congeló. ¿Un sensor de presión? ¿Un detector de movimiento vinculado a ese cable específico? Contuvo la respiración, esperando una alarma, un sonido, algo.

Nada.

¿Falsa alarma? ¿O una trampa silenciosa que ya la había registrado? No podía saberlo. La tensión aumentó otro nivel. Tenía que encontrar el datapad y salir de allí. Rápido.

Pensó de nuevo. ¿Dónde guardaría Thorne algo que considerara importante pero no necesariamente parte de su "trabajo" principal? Quizás no con su equipo de paranoia activa, sino en algún lugar más... personal. Si es que un hombre así tenía algo personal.

Sus ojos se posaron en una esquina del apartamento, parcialmente oculta por una pantalla de privacidad improvisada hecha con paneles de plástico corrugado. Parecía ser una pequeña área de descanso: un colchón en el suelo, una lámpara de lectura, una pila de libros de ficción desgastados (una anomalía en medio de tanto manual técnico) y una pequeña caja fuerte metálica cerrada con una cerradura de combinación digital.

Se acercó con cautela, barriendo el área con el escáner. La caja fuerte no emitía nada inusual, parecía ser un modelo estándar, aunque de buena calidad. La cerradura digital era el problema. Podría intentar hackearla, pero eso llevaría tiempo y probablemente activaría alguna alarma interna.

Fue entonces cuando notó, junto a la pila de libros de ficción, un viejo lector de libros electrónicos, un modelo casi antiguo, cubierto de polvo. Parecía fuera de lugar entre la tecnología más avanzada (aunque caótica) del resto del apartamento. Por pura intuición, lo recogió con cuidado usando sus guantes. Estaba apagado, la batería probablemente agotada hacía años. Pero tenía una ranura para tarjeta de memoria externa.

Usó su multiherramienta para abrir con cuidado la carcasa del lector. Dentro, además de la circuitería obsoleta, encontró lo que buscaba: una pequeña tarjeta de memoria de alta densidad, insertada y casi oculta. ¿Podría ser?

Conectó la tarjeta de memoria a su propio datapad usando un adaptador. La exploración inicial mostró cientos de archivos de libros electrónicos de ficción... pero también un directorio oculto, protegido por una contraseña simple. Demasiado simple. Era una fecha. Buscó en las notas de Thorne que había visto antes, encontró una referencia a un "aniversario del Proyecto Quimera" y probó esa fecha como contraseña.

Acceso concedido.

Dentro del directorio, varios archivos. Uno se llamaba Fundamentos_Seguridad_Redes_v2.0.pdf. Bingo.

[Objetivo de Misión Semanal 'Adquirir/Leer Fundamentos...' localizado.]

[¿Iniciar copia de archivo? (Tiempo estimado: 2 minutos)]

Necesitaba copiarlo. Era demasiado arriesgado quedarse a leerlo allí. Inició la copia. Mientras los lentos porcentajes subían en la pantalla de su datapad, su mirada recorrió los otros archivos en el directorio oculto. Uno llamó su atención: Diario_Reflexiones_SQ.txt. ¿SQ? ¿Sphaera Quimera? No, probablemente Silas Quimera... no, Silas Thorne. Eran sus iniciales.

La curiosidad luchó contra la prudencia. Solo un vistazo rápido mientras el archivo principal se copiaba... Abrió el archivo de texto.

Era un diario personal, errático, paranoico. Hablaba de su trabajo en OmniCorp, de un "Proyecto S" que iba mucho más allá de lo que la corporación admitía, de "artefactos" que reaccionaban a ciertos individuos. Hablaba de su miedo a Grado Cero, a quienes culpaba de la "purga" de colegas y del cierre del proyecto. Mencionaba nombres que Elara reconoció vagamente de los papeles de sus padres. Y luego, una entrada que le heló la sangre:

"...la niña Vance. Sobrevivió. Imposible. Los protocolos de contención fallaron o... ¿fue intencional? ¿El Sistema la eligió? Si Grado Cero lo descubre... Pobre niña. Debí haber destruido todos los registros. Todos..."

La niña Vance. Ella. Thorne sabía de ella. Sabía de la supervivencia. Sabía del Sistema.

La barra de progreso de la copia del PDF llegó al 100%. [Copia completada.][Misión Semanal completada. Recompensa: 50 PS, Habilidad: Seguridad de Redes [Básico] Nv. 1 adquirida.]

Elara sintió un flujo de información entrando en su mente, no doloroso, pero sí denso: conceptos de firewalls, protocolos de encriptación básica, vulnerabilidades comunes de sensores... La habilidad era suya. Ahora tenía 52 PS de nuevo.

Pero la entrada del diario... Thorne sabía. ¿Qué más sabía? ¿Dónde estaba él ahora?

Justo en ese momento, oyó un sonido. Un clic suave, proveniente de la puerta principal del apartamento, la que ella había abierto. Seguido por el inconfundible sonido de un mecanismo de cierre volviendo a activarse.

Alguien acababa de cerrar y asegurar la puerta desde fuera. O peor aún, el sistema de anulación temporal que ella había usado acababa de expirar, sellándola dentro del apartamento.

Estaba atrapada.

Fin del Capítulo 12.