El panel de mantenimiento cedió con un chirrido apenas audible. Detrás, la oscuridad del conducto de servicio era absoluta. Elara activó sus gafas de visión nocturna y se deslizó dentro, cerrando el panel detrás de ella. Este conducto era diferente a los que había navegado antes. Más estrecho, rectangular en lugar de redondo, y revestido con un material polimérico liso que amortiguaba el sonido pero ofrecía pocos agarres. El aire aquí era frío y olía a ozono y a algo metálico y estéril.
Según el mapa fragmentado que había obtenido, este conducto descendía casi verticalmente durante varios niveles antes de ramificarse horizontalmente cerca de la supuesta ubicación de la Zona de Contención Primaria. El descenso inmediato era una chimenea estrecha con barras de mantenimiento empotradas a intervalos irregulares.
Comenzó a bajar, la gravedad doble haciendo que cada movimiento hacia abajo fuera precario. Tenía que mantener una tensión constante en brazos y piernas para controlar el descenso y evitar caer. El silencio era casi total, roto solo por su propia respiración controlada y el roce ocasional de su traje contra el polímero liso.
Descendió un nivel, luego otro. El frío se intensificó. El escáner de Jax, que mantenía activo en su muñeca, empezó a registrar lecturas energéticas inusuales: campos electromagnéticos fluctuantes de baja intensidad que no correspondían a la red eléctrica normal del edificio. ¿Equipamiento especializado? ¿Sistemas de contención?
En el tercer nivel de descenso, encontró el primer obstáculo. Una rejilla de sensores infrarrojos cruzaba el conducto. Era un modelo más avanzado que los láseres del Edificio Caelus, casi invisibles incluso con sus gafas de visión nocturna mejoradas, detectables solo como ligeras distorsiones térmicas. Su habilidad de Seguridad Nv. 2 le permitió identificar el protocolo de comunicación inalámbrica que usaban para reportar al sistema central. No podía desactivarlos fácilmente, pero notó que tenían un ciclo de barrido muy rápido pero predecible. Había una ventana de menos de medio segundo entre barridos en la que podía pasar si era increíblemente rápida y precisa.
Se posicionó justo encima de la rejilla. Observó el patrón durante un ciclo completo. Respiró hondo. Y en el instante preciso, se dejó caer, flexionando las rodillas al aterrizar silenciosamente en la barra de mantenimiento justo debajo de la rejilla, antes de que el siguiente barrido la detectara. El corazón le martilleaba en el pecho. Estuvo cerca.
Continuó descendiendo. El conducto empezó a mostrar signos de deterioro aquí abajo. Grietas finas en el revestimiento polimérico, manchas de corrosión donde algún líquido desconocido se había filtrado, y un sonido nuevo: un zumbido bajo y profundo que parecía vibrar a través de las propias paredes del conducto.
Al llegar a lo que estimaba era el nivel justo por encima de la Zona de Contención, el conducto principal se bifurcaba horizontalmente. Eligió el ramal que, según el mapa fragmentado, pasaba más cerca del área designada como "Contención Gamma" (donde probablemente estaba Maya).
Este conducto horizontal era aún más estrecho, obligándola a arrastrarse sobre manos y rodillas. El zumbido se hizo más fuerte aquí, acompañado por una sensación de vibración constante en el suelo y las paredes. El escáner de Jax mostró lecturas de energía aún más intensas y erráticas. ¿Maquinaria pesada? ¿Campos de fuerza?
Encontró más sensores: placas de presión en el suelo (las evitó moviéndose por los bordes superiores del conducto siempre que era posible), y micrófonos sensibles al sonido (lo que la obligó a moverse con una lentitud exasperante). El progreso era agónicamente lento.
Entonces, oyó algo más. Débilmente, a través del zumbido y las vibraciones, oyó voces amortiguadas. Parecían venir de una rejilla de ventilación más adelante. Se acercó con infinita cautela.
La rejilla daba a un corredor diferente a los que había visto antes. Las paredes eran de un metal oscuro y sin pulir. La iluminación era más tenue, rojiza. Y había guardias. Dos de ellos, con equipo táctico aún más pesado que los de arriba, armados con lo que parecían ser rifles de energía no letal (pero de aspecto doloroso), estaban parados cerca de una puerta enorme y reforzada que tenía la etiqueta "ACCESO ZONA DE CONTENCIÓN GAMMA".
Estaban hablando.
"...dicen que el Espécimen 14 está mostrando picos de actividad bio-eléctrica otra vez," dijo uno. "Los amortiguadores de campo apenas pueden seguirle el ritmo."
"Mientras la contención física aguante..." respondió el otro. "No quiero ni pensar qué pasaría si uno de estos... 'activos'... se soltara aquí abajo."
"El Dr. Aris mencionó que podrían necesitar aumentar la sedación si los picos continúan."
"Siempre dice eso. Como si fuera tan simple. La última vez que lo intentaron con el Espécimen 12..." El guardia se estremeció visiblemente.
Elara procesó la conversación rápidamente. Espécimen 14 - Maya. Picos bio-eléctricos. Amortiguadores de campo. Un tal "Dr. Aris" (¿relacionado con Aris Vance, su padre? Imposible... ¿o sí?). Sedación. Y una referencia ominosa al Espécimen 12. Confirmaba que Maya estaba aquí, que era considerada peligrosa o inestable, y que la situación era tensa.
La puerta etiquetada como "ACCESO ZONA DE CONTENCIÓN GAMMA" era su objetivo. Pero con dos guardias pesadamente armados justo delante, era impenetrable por ahora.
Retrocedió silenciosamente por el conducto, alejándose de la rejilla. Necesitaba otra forma de entrar o, al menos, de observar lo que sucedía dentro de la Zona Gamma. Consultó de nuevo el mapa fragmentado en su datapad. Mostraba varios conductos de servicio más pequeños que parecían entrar directamente en las diferentes cámaras de contención individuales dentro de la Zona Gamma, probablemente para mantenimiento de sistemas de soporte vital o monitorización.
Si pudiera encontrar la entrada a uno de esos conductos secundarios desde aquí...
Siguió avanzando por el conducto principal, escaneando las paredes y el techo. Encontró una unión marcada con un código de mantenimiento casi ilegible. Coincidía con una de las ramificaciones secundarias en su mapa. La cubierta de acceso era pequeña, apenas lo suficiente para que ella pasara, y asegurada con pernos de seguridad.
Sacó su multiherramienta y la cortadora de plasma de mano que Jax le había dado. La cortadora era silenciosa, como prometió, pero increíblemente lenta. Trabajó con paciencia, cortando los pernos uno por uno, el olor a metal quemado llenando el aire confinado. Finalmente, la cubierta cedió.
El conducto secundario era minúsculo, apenas un tubo de un metro de diámetro, completamente oscuro. Pero según el mapa, debería llevarla directamente a una posición adyacente o por encima de la cámara de contención designada para el Espécimen 14.
Respiró hondo, guardó sus herramientas, y se introdujo en el tubo oscuro y claustrofóbico. La verdadera infiltración en el corazón del peligro acababa de comenzar.
Fin del Capítulo 33.