Arrastrarse por el conducto secundario fue una prueba de resistencia física y mental. Era estrecho hasta el punto de la claustrofobia, obligándola a moverse como una serpiente, usando codos y rodillas para impulsarse. La oscuridad era total, la visión nocturna apenas revelaba las paredes lisas y curvas del tubo. El aire era estancado y olía débilmente a los mismos químicos residuales que había detectado antes. El zumbido y la vibración de la maquinaria desconocida eran más intensos aquí, una presencia constante y opresiva.
Perdió la noción del tiempo. ¿Minutos? ¿Una hora? El mapa fragmentado en su datapad era su única guía, pero la señal era débil aquí abajo, y tenía que detenerse a menudo para recalibrar y asegurarse de que seguía el camino correcto. Avanzó por giros y bifurcaciones en la red de conductos, siempre eligiendo el camino que parecía llevar hacia la designación "Contención Gamma - Cámara 14".
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el conducto terminó. No en una rejilla, sino en una placa de observación de un material transparente y grueso, similar al cristal blindado, empotrada en lo que parecía ser el techo de una habitación más grande.
Apagó sus gafas de visión nocturna. La habitación de abajo estaba iluminada, aunque no intensamente. Se pegó a la placa de observación, mirando hacia abajo.
Era una celda. O más bien, una cámara de contención. Las paredes eran del mismo metal oscuro y sin pulir que había visto en el pasillo exterior. El mobiliario era mínimo: una plataforma elevada que servía de cama, una unidad sanitaria básica integrada en la pared, y nada más. No había ventanas, solo la iluminación uniforme y sin sombras del techo. Pero lo más llamativo era que una de las paredes, la que estaba frente a su punto de observación, no era de metal. Era de un material transparente similar al de la placa por la que miraba, ofreciendo una vista (presumiblemente) a una sala de observación o control al otro lado. Era como una jaula de cristal dentro de una caja de metal.
Y en el centro de la habitación, sentada en el borde de la plataforma-cama, estaba una niña.
Tendría unos diez años, tal como indicaban los informes. Pelo oscuro y revuelto, vestida con un simple mono grisáceo. Estaba abrazando sus rodillas, mirando fijamente la pared transparente frente a ella con una expresión de miedo y confusión. Era Maya.
[Objetivo Primario Localizado: Espécimen 14 (Maya)]
Elara sintió una mezcla de alivio y horror. Estaba viva. Estaba aquí. Pero estaba encerrada como un animal de laboratorio.
Observó más de cerca. La niña no parecía herida físicamente, pero temblaba ligeramente. Alrededor de la habitación, incrustados en las paredes y el techo a intervalos regulares, Elara notó unos dispositivos metálicos planos que emitían un zumbido casi inaudible. Amortiguadores de campo, recordó de la conversación de los guardias. Estaban diseñados para suprimir algo... los "picos bio-eléctricos".
Mientras observaba, la niña levantó la cabeza de repente, como si hubiera oído algo. Miró directamente hacia la placa de observación en el techo donde estaba Elara. Sus ojos se abrieron de par en par, llenos de sorpresa y... ¿esperanza?
¿Podía verla? Imposible. Elara estaba en completa oscuridad. A menos que... a menos que la "firma bio-eléctrica anómala" de Maya le diera algún tipo de percepción extrasensorial. O quizás el Sistema dentro de Maya estaba reaccionando a la proximidad del Sistema de Elara.
Justo en ese momento, una voz resonó en la cámara de contención, proveniente de un altavoz oculto. Era una voz masculina, calmada, casi paternal, pero con un trasfondo frío y clínico.
"Espécimen 14. Detectamos niveles elevados de agitación. Por favor, mantén la calma. Los picos de energía son perjudiciales para tu bienestar y para la integridad de la contención."
Maya apartó la vista de la placa de observación y miró hacia la pared transparente, su expresión ahora una mezcla de desafío y miedo. "¡Déjenme salir! ¡Quiero ir a casa!" Su voz era infantil, pero tenía un borde de algo más, una energía contenida.
"Entendemos tu angustia, Maya," continuó la voz. "Pero estás aquí para tu propia seguridad y para ayudarnos a entender tu... condición especial. Cooperar hará que el proceso sea más fácil para todos."
Elara sintió una oleada de ira. La condescendencia, la manipulación... estaban tratando a una niña asustada como a una rata de laboratorio.
"No soy un espécimen," gritó Maya, y mientras lo hacía, las luces de la habitación parpadearon violentamente. Los amortiguadores de campo en las paredes emitieron un zumbido más fuerte, brillando débilmente con una luz azulada. El aire en el conducto donde estaba Elara pareció vibrar.
[¡Advertencia! Detectada Emisión Energética Anómala de Alta Intensidad. Campo de Contención bajo estrés.]
La voz del altavoz se volvió más severa. "Espécimen 14, ¡cesa inmediatamente! Estás poniendo en peligro la estabilidad del campo. ¡Incrementen la potencia de los amortiguadores al 120%! ¡Preparen sedante!"
Maya gritó de nuevo, un sonido de pura frustración y miedo, y esta vez, una pequeña chispa azulada saltó visiblemente entre sus manos apretadas. La vibración en el conducto se intensificó.
Elara observaba, horrorizada y fascinada. Esto era lo que Grado Cero buscaba. Esta era la "habilidad inusual". Maya no solo tenía un Sistema latente o pasivo; parecía tener algún tipo de manifestación energética activa, probablemente vinculada a sus emociones. Y Grado Cero no solo la estaba estudiando, la estaban provocando.
La situación era crítica. Si el campo de contención fallaba... ¿qué pasaría? ¿Podría Maya controlar ese poder? ¿O sería peligroso para ella y para cualquiera que estuviera cerca? Y si la sedaban, ¿cuánto tiempo pasaría antes de que pudieran moverla o hacerle algo peor?
Tenía que actuar. Pero ¿cómo? Estaba atrapada en un conducto sobre una celda de alta seguridad. No podía simplemente romper el cristal y sacarla. Necesitaba una forma de desactivar la contención o crear una distracción lo suficientemente grande como para permitir una fuga.
Miró su interfaz del Sistema. 27 PS. Casi nada. Revisó sus habilidades: Sigilo, Hacking, Seguridad de Redes. Útiles para entrar, pero ¿para salir con una niña bajo fuego? Necesitaba algo más.
Mientras su mente trabajaba frenéticamente, su mirada se posó en los amortiguadores de campo zumbando en las paredes de la celda. ¿Qué pasaría si, en lugar de intentar desactivarlos, pudiera sobrecargarlos? Usar la propia energía de Maya contra el sistema de contención. Era una idea increíblemente arriesgada. Podría herir a Maya, podría causar una brecha catastrófica, podría atraer a todos los guardias del complejo. Pero podría ser su única oportunidad.
Necesitaría hackear el sistema de control de los amortiguadores. Un sistema que probablemente estaba aislado y fuertemente protegido. Su Hacking Básico Nv. 1 no sería suficiente.
"Sistema," pensó desesperadamente, "¿hay alguna forma de aumentar mi Hacking temporalmente? ¿Alguna misión, alguna opción de emergencia?"
La respuesta fue inesperada.
[Detectada Situación Crítica y Proximidad a Otro Fragmento Activo. Protocolo de Sinergia Temporal Disponible.]
[Opción: Establecer enlace neural limitado con 'Espécimen 14' a través del Sistema. Permite compartir temporalmente habilidades y PS. Riesgo: Exposición neural mutua, posible retroalimentación inestable, alta probabilidad de detección por sistemas externos. Duración: Máximo 5 minutos. ¿Activar Sinergia? (Requiere Consentimiento Implícito del Otro Portador)]
Compartir habilidades. Podría usar su Hacking a través de Maya, o quizás Maya podría prestarle su energía o alguna habilidad desconocida. Era una opción demencial, llena de riesgos desconocidos, y requería el "consentimiento implícito" de una niña aterrorizada al otro lado del cristal.
Pero mientras miraba a Maya abajo, que ahora lloraba mientras los amortiguadores zumbaban con más fuerza, sintió una conexión extraña, una resonancia débil a través de la interfaz del Sistema, como un eco distante. Quizás... quizás funcionaría.
Era la apuesta más grande de su vida.
Fin del Capítulo 34.