Capítulo 49: Kaelen – Pago en Óxido y Sangre

El aire en el callejón trasero era aún más fétido que en el interior del edificio abandonado. Olía a basura podrida fermentando en contenedores oxidados desbordados, a orina rancia, y al omnipresente hedor químico de Kratos, aquí concentrado y viciado por la falta de ventilación entre los altos y decrépitos muros de ferrocreto. La única luz provenía del resplandor sulfuroso del cielo tóxico, filtrado y fragmentado por las estructuras superiores, creando sombras profundas y engañosas que parecían moverse por sí solas. El suelo era una mezcla irregular de asfalto agrietado, tierra compactada y charcos de agua estancada que reflejaban la luz enferma como ojos muertos.

Kaelen se movió pegado a la pared, la superficie fría y húmeda rozando su hombro. Su vibro-cuchillo estaba firme en su mano derecha, la hoja desactivada por ahora para evitar el leve zumbido que pudiera delatarlo. Su Percepción P7 trabajaba a pleno rendimiento, procesando el torrente de información sensorial. Podía oír el goteo de agua de una tubería rota en algún lugar cercano, el correteo de alimañas entre la basura acumulada, y más importante, voces. Bajas, ásperas, provenientes de más adelante en el callejón, cerca de la ubicación que marcaba el HUD del Sistema.

[Objetivo: 22m]

[Tiempo Restante: 10 minutos 30 segundos]

[Señales Biológicas Hostiles Detectadas: 3 (Agrupadas)]

Tres Chacales. Agrupados. Probablemente holgazaneando, o quizás vigilando algo. El comunicador debía estar en posesión de uno de ellos, o cerca. Diez minutos y medio. El tiempo corría. Con solo 3 PS, un enfrentamiento directo prolongado era impensable. Necesitaba ser rápido, decisivo, y si era posible, silencioso. Pero el silencio era un lujo raro en Kratos.

Avanzó agachado, utilizando una pila de neumáticos desechados y el esqueleto oxidado de un viejo generador como cobertura. El marcador del objetivo pulsaba en su visión, superpuesto a la figura de uno de los tres hombres que ahora podía distinguir parcialmente. Estaban acurrucados alrededor de un bidón de metal del que salía un humo débil y negruzco, probablemente quemando basura para obtener un calor precario. Uno de ellos trasteaba con un dispositivo pequeño y cuadrado: el comunicador.

Kaelen evaluó la situación. Estaban en un pequeño ensanchamiento del callejón, con pocas rutas de escape obvias una vez que se comprometiera. Los tres parecían armados, al menos con armas blancas improvisadas visibles en sus cinturones. Eran matones de bajo nivel, probablemente, pero incluso los Chacales más estúpidos eran peligrosos en grupo y en su territorio.

«Piensa, Kaelen. Necesitas ese comunicador. Necesitas los PS. Necesitas información sobre Lena.» La cara preocupada de Lena flotó en su mente, endureciendo su determinación. No podía permitirse fallar.

Planeó una ruta de aproximación, un semicírculo pegado a la pared opuesta, utilizando las sombras más profundas. Su objetivo era llegar a un punto ciego detrás del Chacal que sostenía el comunicador, neutralizarlo rápidamente, agarrar el dispositivo y salir antes de que los otros dos pudieran reaccionar eficazmente. Era arriesgado. Mucho podía salir mal.

Comenzó a moverse, cada paso una eternidad silenciosa. El suelo estaba resbaladizo por la humedad y los detritos. Contuvo la respiración al pasar junto a una pila de bolsas de basura reventadas, el olor nauseabundo casi lo ahoga. Estaba a menos de diez metros. Podía oír fragmentos de su conversación, quejas sobre un reparto injusto, amenazas veladas a otra pandilla.

[Objetivo: 8m]

[Tiempo Restante: 8 minutos 15 segundos]

Estaba casi allí. Detrás de un contenedor de basura abollado, preparándose para el último movimiento rápido. Pero entonces, uno de los Chacales que estaba de espaldas a él se giró bruscamente, como si hubiera oído algo –quizás el leve roce de su ropa contra el metal, o quizás solo un sexto sentido nacido de la paranoia constante de Kratos.

Los ojos del Chacal se encontraron con los de Kaelen a través de la penumbra. Hubo un instante de confusión en su rostro lleno de cicatrices, seguido rápidamente por el reconocimiento del peligro. Abrió la boca para gritar una alarma.

No hubo tiempo para sutilezas.

Kaelen explotó desde las sombras. Activó el vibro-cuchillo –el zumbido agudo cortando el aire– y se lanzó hacia adelante. El Chacal que lo había visto intentó levantar su machete oxidado, pero Kaelen fue más rápido. Esquivó el torpe mandoble y hundió el vibro-cuchillo en el costado del hombre, justo debajo de las costillas. El Chacal soltó un grito ahogado y gorgoteante, cayendo de rodillas.

Los otros dos reaccionaron con la velocidad del pánico y la furia. El que sostenía el comunicador lo dejó caer sobre el bidón humeante y sacó una pistola láser de aspecto tosco y poco fiable. El tercero, un bruto corpulento con nudilleras metálicas, cargó directamente hacia Kaelen con un rugido.

Kaelen no tenía tiempo para recuperar su cuchillo del primer Chacal caído. Se agachó instintivamente justo cuando un rayo láser de color rojo anaranjado chisporroteó sobre su cabeza, impactando en la pared con un fuerte ¡PZACK! y dejando una marca humeante. El olor a ozono quemado llenó el aire.

El bruto de las nudilleras estaba encima de él. Kaelen rodó hacia un lado, esquivando un puñetazo que habría roto huesos, y se puso en pie de un salto. Su Resistencia R9 le permitía absorber castigo, pero prefería evitarlo. Su Percepción P7 le dio una fracción de segundo de preaviso sobre el siguiente movimiento del bruto: un gancho derecho telegrafiado. Kaelen se deslizó por debajo del golpe y contraatacó con un puñetazo brutal a la garganta del hombre, usando todo el peso de su cuerpo. El bruto soltó un sonido ahogado y retrocedió, agarrándose el cuello.

Otro disparo láser pasó zumbando cerca de su oreja. El Chacal de la pistola estaba apuntando de nuevo, aunque su mano temblaba. Kaelen necesitaba neutralizarlo rápido. Cogió la tapa metálica de un cubo de basura cercano y la arrojó como un frisbee hacia el tirador. El Chacal se sobresaltó, desviando el disparo, que impactó inofensivamente en el suelo.

Esa distracción fue todo lo que Kaelen necesitó. Se lanzó hacia el bruto que aún se ahogaba, le dio una patada en la rodilla que cedió con un crujido desagradable, y le arrebató una barra de metal corta y pesada que el hombre llevaba en el cinturón.

El primer Chacal yacía inmóvil, el vibro-cuchillo aún alojado en su costado. El bruto estaba incapacitado en el suelo, gimiendo. Solo quedaba el tirador.

El Chacal de la pistola láser retrocedió un paso, sus ojos desorbitados de miedo y rabia, intentando apuntar de nuevo. Pero Kaelen ya estaba sobre él, blandiendo la barra de metal. Bloqueó el cañón de la pistola con un golpe seco hacia arriba y golpeó con la barra en la sien del hombre. El Chacal se desplomó sin un sonido.

Silencio. Roto solo por los gemidos del bruto herido, el crepitar del fuego en el bidón y el propio jadeo áspero de Kaelen. El callejón apestaba ahora también a sangre fresca y ozono quemado.

[Tiempo Restante: 6 minutos 50 segundos]

Se movió rápidamente. Recuperó su vibro-cuchillo del primer Chacal, limpiando la hoja vibrante en la ropa sucia del hombre. Luego se acercó al bidón humeante. El comunicador estaba allí, sobre una pila de basura humeante, la carcasa de plástico ligeramente chamuscada pero aparentemente intacta. Lo agarró. Era un modelo estándar de comunicaciones de corto alcance, probablemente robado o modificado, con una pequeña pantalla y un teclado numérico.

En cuanto sus dedos se cerraron sobre el dispositivo, una notificación del Sistema llenó su visión.

[Sistema: Misión Completada - Interferencia Oportunista (M)]

[Objetivo Recuperado: Unidad de Datos (Comunicador Chacal)]

[Recompensa: +15 PS, Componente Electrónico Básico x1 añadido al inventario.]

[PS: 3 -> 18]

Un torrente de alivio, frío y agudo, lo recorrió al ver el aumento de PS. Dieciocho puntos. No era una fortuna, pero era infinitamente mejor que tres. Era un respiro, una pequeña ventaja, munición para la Tienda del Sistema. El componente electrónico también era bienvenido; nunca se sabía cuándo podría ser útil.

Pero el alivio duró poco. Los sonidos de la lucha, especialmente los disparos láser, seguramente habrían atraído atención no deseada. Podía oír gritos lejanos, quizás otros Chacales alertados. Y el bruto seguía gimiendo en el suelo. No podía quedarse allí.

Miró el comunicador en su mano. ¿Contendría algo útil sobre Lena? ¿O solo basura de pandilleros? No podía analizarlo allí. Necesitaba un lugar seguro, o al menos, más seguro que ese callejón lleno de sangre.

Tomó una decisión rápida. No podía dejar al bruto consciente; podría identificarlo más tarde. Con fría eficiencia, lo silenció con un golpe preciso de la barra de metal. Luego, agarró el comunicador, echó una última mirada a la carnicería y se deslizó de nuevo hacia las sombras más profundas del callejón, alejándose de la escena lo más rápido que su cuerpo magullado le permitía.

Tenía 18 PS. Tenía el comunicador. Y tenía más problemas de los que podía contar. Su prioridad ahora era desaparecer y encontrar un lugar donde pudiera examinar los datos del comunicador sin que le dispararan por la espalda. La búsqueda de Lena acababa de volverse un poco más complicada, y mucho más sangrienta.