CAPÍTULO 90 Zira

—¡No puedo creer esto! Todo este tiempo que pensé que me estaba volviendo loca, era ella manipulándome. Usando sus poderes de bruja, ¿y para qué? Para tener una vida que ya tiene. Lo tiene todo y aun así me ataca.

Estaba caminando de un lado a otro en mi habitación, tratando de descifrar qué hacer con la información que escuché de María y Victoria. Las voces en mi cabeza me decían que la confrontara. Sentí un poco de consuelo esperando que fueran de Nina. Ella totalmente diría que me saltara las cortesías y le pateara el trasero. Diosa, cómo la extraño.

«Ve a ella. Encuéntrala. Dile cómo te sientes», arrullaban las voces.

Me agarré el pelo con frustración. Odiaba estas voces. Quería que se detuvieran. Tal vez, solo tal vez, si hacía lo que pedían, se irían. Sí. No. Podría ser ella jugando conmigo. Quizás debería ir a buscarla y hacer que se detenga. Sí, iré a buscarla.