Gremio (2)

Lucavion giró la cabeza hacia un lado, escaneando la bulliciosa calle por un momento. Su expresión cambió de juguetona a pensativa mientras sus ojos se posaban en un vendedor cercano.

—Disculpe —llamó, agitando una mano al vendedor—. ¿No sabrá dónde está el Gremio de Aventureros?

El vendedor, un hombre corpulento con una espesa barba, levantó la vista de su puesto, mirando a Lucavion con leve curiosidad.

—¿El Gremio de Aventureros? Sí, está a unas pocas calles. Siga por aquí —señaló hacia el callejón estrecho a su izquierda—, luego gire a la derecha en la tercera esquina. No tiene pérdida. Es un edificio grande con un letrero en el frente.

Lucavion sonrió, dándole al hombre un rápido gesto de agradecimiento.

—Muy agradecido. —Se volvió hacia Valeria, con su habitual actitud despreocupada firmemente de vuelta—. ¿Vamos?