Torneo: Lucavion

El segundo día del torneo amaneció con la misma energía electrizante que había llenado la ciudad el primer día. Mientras el sol de la mañana se elevaba, proyectando un cálido resplandor sobre la arena, los terrenos ya bullían de luchadores y espectadores por igual. Las primeras rondas, diseñadas para reducir la multitud, estaban programadas para continuar a un ritmo implacable, mientras decenas de aspirantes buscaban demostrar su valía ante los ojos de Andelheim.

Mientras la atmósfera en la arena zumbaba de anticipación, la ausencia del Marqués Ventor fue notada agudamente por la multitud. Su asiento en el palco privado permanecía vacío, un silencioso recordatorio de que, aunque él había organizado el torneo, su atención no estaba completamente dedicada a estos combates preliminares. Había asuntos de estado que requerían su presencia, y había dejado que las primeras rondas procedieran bajo la atenta mirada de sus consejeros y asistentes.