Chico Preocupante

—El dinero se convierte en una forma de poder, y es más insidioso que una espada en la garganta. Todos tienen su precio.

Mientras Lucavion hablaba sobre el poder del dinero para influir, Valeria no pudo evitar recordar el día del registro. Había esperado en esa interminable fila, siguiendo diligentemente cada regla, solo para que Lucavion se acercara casualmente y se colara frente a ella sin un ápice de culpa. Estaba furiosa cuando se dio cuenta de que había sobornado a los oficiales para adelantarse, y ahora, una leve sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios.

«Karma —pensó, complacida por la idea—. Se lo merece».

Lucavion la miró, notando su expresión presumida. Levantó una ceja, su sonrisa volviéndose más afilada. —Ah, ¿así que piensas que esto es mi karma, eh? —preguntó astutamente—. Si ese es el caso, entonces explícame algo, Valeria: ¿por qué estás en las calles conmigo?