Un fuerte golpe en la puerta interrumpió la tensa atmósfera entre Valeria y Lucavion. El sonido reverberó por la habitación, atrayendo inmediatamente su atención. Valeria se tensó instintivamente, su cuerpo poniéndose rígido mientras su mente corría para evaluar la situación.
Lucavion, por su parte, miró hacia la puerta, su sonrisa burlona desvaneciéndose mientras se enderezaba en su silla. Su postura cambió sutilmente, su actitud relajada dando paso a una de cautelosa preparación.
La puerta crujió al abrirse, y una figura entró con un aire de tranquila autoridad. El Marqués Ventor, vestido con un abrigo a medida que hablaba de riqueza y poder, entró en la habitación con pasos medidos. Su mirada recorrió el espacio antes de posarse en Valeria, y luego en Lucavion.
—Ah —comenzó, su voz suave pero autoritaria—, así que aquí es donde encuentro a nuestras dos estrellas en ascenso.