Regalos de despedida

Los siguientes días fueron como un borrón para Rayne. Pasaba sus días practicando tiro, viendo programas de televisión y caminando sin rumbo.

Sentía que incluso la comida no sabía tan bien cuando comía sola.

«Chica, necesitas reaccionar. Lo más probable es que él ya tenga a alguien que le gusta, ¡y no tiene sentido sufrir por alguien que solo conociste durante unos días!», se dijo a sí misma, volviendo a la realidad.

Sentía que se había puesto demasiado cómoda en su pequeño paraíso al aire libre y necesitaba un recordatorio de la realidad en la que vivía. El mundo a su alrededor estaba cambiando lentamente, y el apocalipsis ya había comenzado.

Cerró los ojos y reprodujo en su mente las escenas de su pesadilla. Esta era la realidad que le esperaba, y no quería perder el tiempo sintiéndose triste porque alguien a quien solo conoció durante unos días se había ido.