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Después de que todo estuviera resuelto, Rayne guió al grupo de personas fuera de la ciudad. Caminaron hacia el rancho para ver si Fred estaba dispuesto a acoger a alguno de ellos.
—Bien, todos, por favor esperen aquí. Voy a hablar con el líder del rancho y ver si están dispuestos a acogerlos a todos —dijo Rayne. Actualmente estaban en un viejo restaurante no muy lejos de la entrada al rancho.
Rayne y Julian partieron para reunirse con Fred, junto con un líder designado del grupo. Caminaron por el familiar y largo camino de entrada, rodeado de pastos a cada lado.
Mientras se acercaban a la casa blanca de la granja, Fred acababa de salir, notándolos desde el porche.
—¡Oh, hola! ¡Han vuelto! —saludó Fred con su característico modo alegre.
—Hola, Fred. Lo logramos salir, y tenemos un grupo de refugiados. Queríamos discutir si estarías dispuesto a acogerlos —dijo Julian.
Fred sonrió.