El aire fresco de la tarde envolvía la pequeña cabaña donde Kael y Rin habían llegado tras la intensa batalla contra Laziel. El sol comenzaba a descender, bañando el paisaje con un tono dorado que contrastaba con el aura de tensión que los rodeaba. Aunque la victoria parecía estar de su lado, ambos sabían que esto era solo el comienzo.
Rin observaba en silencio a su alrededor, su mirada fija en el horizonte. Kael, mientras tanto, estaba en profundo pensamiento, evaluando cada paso que debían tomar a partir de ese momento. El conocimiento que habían obtenido de los tres magos derrotados del Escuadrón Vorpek seguía resonando en su mente, pero lo más importante era lo que sabían y lo que no.
"Cedric no sabe nada de las piedras", murmuró Kael, rompiendo el silencio. "Eso nos da ventaja. Si conseguimos más información, podremos adelantarnos a sus movimientos."
Rin asintió, manteniendo su postura firme. "No lo olvides, Kael. Aunque no sepan sobre las piedras, la guerra está en marcha. Y lo que hemos logrado hasta ahora no cambiará el hecho de que Cedric sigue siendo una amenaza."
Kael la miró de reojo, notando la seriedad en su voz. "Lo sé. Pero no estamos solos. La información que conseguimos de los magos derrotados podría darnos una pista más clara de lo que está buscando."
Rin se giró hacia él. "Es verdad. Pero también tenemos que considerar que nuestra ventaja no durará mucho. Cedric sigue teniendo su poder, y aunque no conozca las piedras, sus aliados son muchos."
Un suspiro escapó de los labios de Kael. "Y si algo me ha enseñado la vida, es que la mayor amenaza siempre es la que no ves venir."
De repente, un crujido en el borde del claro llamó la atención de ambos. Rin se tensó, sus sentidos alerta. Kael rápidamente se puso en guardia, su mano moviéndose hacia las pistolas que siempre llevaba a su lado. En un parpadeo, una figura apareció entre los árboles: una mujer encapuchada que parecía moverse con la misma fluidez que la sombra.
"¿Quién eres?", preguntó Kael, su tono serio, pero sin perder la compostura.
La mujer encapuchada no respondió inmediatamente. Su presencia era intrigante, y había algo en su mirada que dejaba entrever una intención oculta. Rin, de pie junto a Kael, observaba detenidamente cada movimiento, evaluando cada detalle de la extraña.
"Vengo en busca de respuestas", dijo finalmente la mujer, su voz grave, pero tranquila.
Rin se adelantó un paso, su mirada escudriñando a la extraña. "¿Respuestas sobre qué?"
La mujer levantó una mano, señalando el cielo con un gesto que parecía lleno de significado. "Sobre lo que está por venir. Y sobre lo que ya ha sucedido."
Kael frunció el ceño, no confiando en las palabras enigmáticas de la mujer. "¿Qué sabes de nosotros?"
"Más de lo que te gustaría saber", respondió la mujer. "No soy la única que te observa, Kael. Pero ahora... he venido a hablar sobre algo que puede cambiar el curso de todo esto."
"¿Por qué debería confiar en ti?", preguntó Kael, manteniendo su postura de desconfianza.
La mujer, al notar la incertidumbre en sus ojos, dio un paso hacia adelante. "Porque tú también tienes preguntas, y las respuestas no siempre vienen de quien esperas."
Rin, que se había mantenido en silencio, ahora se adelantó un paso más. "¿Y qué tipo de respuestas necesitas, exactamente?"
La mujer observó a ambos durante unos segundos, su mirada pasando de Kael a Rin. "No es sobre las piedras que buscan. Es sobre lo que Cedric está haciendo, y lo que planea hacer a continuación."
Kael y Rin intercambiaron una mirada, comprendiendo que esta extraña mujer no estaba aquí por casualidad. "¿Y qué es lo que sabe sobre Cedric?", preguntó Kael, su tono más curioso ahora.
La mujer suspiró. "Cedric no es quien parece ser. Hay algo más grande en juego, algo que ni siquiera él entiende completamente. Y si no actúan pronto, lo que él está buscando podría cambiar el equilibrio de todo lo que conocen."
Rin frunció el ceño. "¿Qué quieres de nosotros?"
La mujer hizo una pausa, observando a ambos detenidamente antes de hablar. "La verdad es que no vengo a ofrecerles ayuda directa, ni a ser su aliada. Pero necesito que entiendan algo. Cedric no está buscando poder por poder. Está buscando algo que podría acabar con todos, incluyéndolo a él."
Kael asintió lentamente. "¿Y qué es exactamente lo que está buscando?"
"Eso es lo que deben descubrir ustedes mismos", respondió la mujer, su tono misterioso. "Pero les daré un consejo: no se dejen engañar por sus propias expectativas. Lo que ven no siempre es lo que es."
Antes de que Kael pudiera responder, la mujer giró sobre sus talones y desapareció entre los árboles con la misma rapidez con la que había llegado. Rin la observó irse, con el ceño fruncido.
"¿Qué opinas de todo esto?", preguntó Kael, mirando a Rin.
"Lo que dijo no tiene sentido... pero no podemos ignorarlo", respondió Rin, con una expresión seria. "Cedric tiene más de lo que creemos. Y lo peor es que nadie parece tener una idea clara de qué está buscando realmente."
Kael guardó silencio por un momento, antes de soltar un suspiro. "Lo sé. Pero eso no cambia nada. Debemos seguir adelante."