Capítulo 21: “Chaquetas, sombras y declaraciones de guerra amistosas”

La sala estaba en silencio.

No porque no hubiera gente —estaba abarrotada— sino porque todos contenían el aliento.

El estruendo de pasos resonó desde el pasillo principal de la Academia Real de Magia de Asteria, acompañado de un vaivén de energía que parecía burlarse de la solemnidad del momento.

Dargan Zevalen apareció.

Con el uniforme de combate impecablemente desordenado, se echó la chaqueta de cuero negra sobre los hombros con una naturalidad que rozaba lo cinematográfico. La prenda ondeó un segundo al ritmo de una ráfaga mágica, como si la propia Academia lo presentara.

—Hora de cerrar esto con estilo —murmuró, ajustándose el arete.

En otro extremo, Sylha Nox ya lo esperaba en la arena flotante.

Su capa nueva —negra con bordes morados esta vez— colgaba como una sombra viviente. Tenía las manos en los bolsillos y una sonrisa ladeada. A su alrededor, burbujas sombrías giraban con ritmo lento pero impredecible, como si compartieran un secreto con ella.

—Tardaste, cuero dramático —dijo Sylha desde su plataforma.

—Disculpa, estaba eligiendo entre esta chaqueta… y otra chaqueta —respondió Dargan mientras subía al campo de batalla.

Las plataformas levitantes zumbaban, conectadas por puentes mágicos y runas brillantes. Alrededor, los profesores observaban desde balcones encantados, y los estudiantes ocupaban gradas flotantes que se acomodaban solas según el ángulo más dramático.

Erian y Ardyn, aún con vendas, estaban entre el público. Erian tragaba saliva. Ardyn solo cruzaba los brazos y murmuraba:

—Va a ser un desastre estéticamente glorioso.

Una voz amplificada resonó desde lo alto:

—¡Final del Desafío Individual Oficial! Sylha Nox contra Dargan Zevalen. Comienzo inminente. —Era la directora Aerith Thaloren, seria como una tormenta anunciada.

Dargan estiró los brazos. Su chaqueta crujió con una chispa.

—Entonces, Sylha… ¿alguna última frase antes de perder?

Sylha alzó una ceja.

—Sí: si me haces perder mi otra capa, te convertiré en globo flotante por una semana.

—Eso fue... creativo.

—Yo soy creativa. Tú eres caótico. Veamos cuál gana.

Ambos se posicionaron.

El aire se volvió denso. Las runas chispearon. El sonido del silencio fue roto por el zumbido de la magia contenida.

Un susurro recorrió las gradas:

"Ahora empieza."

Y entonces…

—¡COMBATE! —gritó la directora.

Sylha se desvaneció en una nube de sombra. Dargan sonrió y levantó las manos, la magia azul chispeando entre sus dedos como si estuviera emocionada por lo que iba a venir.

Fin del capítulo.