Capítulo 32 :Fuego sellado, pasos en la oscuridad

—Bien. Esto no es una trampa. Para nada —dijo Sylha mientras miraba la entrada flotante hacia la simulación mágica.

—¿Estás diciendo eso porque el nombre es "El Dragón Dormido"? —preguntó Erian, temblando ligeramente mientras se ajustaba su cinturón de cristales mágicos.

—No, lo digo porque toda esa entrada está hecha con runas que chillan "¡esta cosa explota!" en idioma arcano —respondió Sylha con media sonrisa, dejando que una burbuja sombría le flotara en la palma.

Dargan estaba un poco más adelante, con su chaqueta de cuero puesta como siempre, las manos en los bolsillos, y una sonrisa que oscilaba entre el entusiasmo y la absoluta irresponsabilidad.

—¿Explota y ruge? Me están tentando demasiado —dijo.

—Deberías tatuarte eso en la frente —gruñó Ardyn, cruzado de brazos.

—¿Y ustedes no están nerviosos? —preguntó Juno, abrazando su bastón, que murmuraba cosas como "la muerte viene en llamas" y "ese dragón huele a pasado traumático".

—¿Nerviosos? ¡Estoy furiosa! —gritó Tessia, que no había dejado de bufar desde que se enteró del evento dos horas tarde—. ¡Pude haberme preparado mejor! ¡Podría haber entrenado una danza de distracción, o una rutina de gritos mágicos coordinados!

—¿Rutina de qué? —preguntó Nella, confundida.

—No la detengas. Déjalo pasar —murmuró Ardyn.

Mientras esperaban su turno, Dargan se apartó por un momento hacia el pasillo lateral. No era que desconfiara… pero sentía esa vibración otra vez. Esa sensación.

Y, como si respondiera a un pensamiento no dicho, ella apareció de nuevo.

Lyss Verhiel.

Pelo plateado recogido en una coleta alta, el uniforme negro con bordes morados apenas visible bajo una capa ligera. Silenciosa. Fría. Observadora.

—Es la cuarta vez que apareces así, Lyss —dijo Dargan sin voltearse del todo—. Si esto fuera un romance, ya habría música dramática de fondo.

—Esto no es un romance —respondió ella, caminando hasta ponerse a su lado—. Aunque, si lo fuera… sería uno peligroso.

Dargan giró la cabeza y la miró directamente.

—¿Y la figura misteriosa encapuchada? ¿Te la olvidaste en el decorado?

Lyss guardó silencio por unos segundos, luego susurró:

—No está lejos. Pero aún no es su momento. Primero necesito ver cómo reaccionas... cuando la llama se agite.

—¿El dragón? ¿Tú sabes más de esta prueba, cierto?

—Sé que esta prueba... es una máscara. Una distracción para medir otras cosas. Tus respuestas. Tus miedos. Tu potencial.

Dargan sonrió, ladeando la cabeza.

—Siempre hablas como si fueras parte del guion. ¿Quién demonios eres realmente, Lyss?

Ella lo miró por un segundo… y esa fue la vez que estuvo más cerca. Una expresión casi humana, casi triste.

—Alguien que no puede permitirse olvidar lo que ocurrió. Ni quién lo causó.

Y se fue. Rápida. Silenciosa. Como sombra entre columnas.

Dargan no tuvo tiempo de seguirla: su nombre resonó desde la entrada mágica.

—¡EQUIPO 3 – CAOS ESTRATÉGICO! ¡ES SU TURNO!

La entrada a la prueba era un círculo encantado que los absorbía con un destello de luz escarlata.

En segundos, todo cambió.

Ya no estaban en el hall. Ni en la academia. Ni en un lugar que pudiera considerarse real.

El entorno era una caverna colosal, iluminada por cristales flotantes, con pilares de piedra que exhalaban vapor azul. En el centro… una figura titánica. Cubierta de escamas rojas. Inmóvil. Durmiendo.

—Ohhh… qué bonita siesta infernal —susurró Erian, pegado al suelo.

—El "artefacto sagrado" debe estar en ese pedestal —dijo Nella, señalando un punto brillante detrás del dragón.

—Y yo que pensaba que íbamos a hacer algo tranquilo hoy —murmuró Sylha, ya formando un par de burbujas oscuras.

—Dargan —dijo Ardyn, girando a verlo con expresión seria—. ¿Qué piensas?

El chico se colocó al frente del grupo, con su chaqueta ondeando un poco por una brisa artificial dentro del entorno mágico.

—Pienso que estamos en el lugar perfecto… para probar quién de nosotros sabe bailar sobre lava sin quemarse.

—¿Eso es una estrategia o solo estás improvisando otra vez? —preguntó Juno.

—¿Cuál era la diferencia? —respondió Dargan mientras se lanzaba hacia adelante.

El dragón… abrió un ojo.

Y el caos comenzó.

Fin del capítulo.