Capítulo 34 : Dragones, trampas y declaraciones fuera de lugar

—¡Y así concluye la participación del Equipo 3! —proclamó la profesora Arael Vynen desde la torre de vigilancia mágica, su voz amplificada por un encantamiento de eco—. Una actuación explosiva, literalmente. Y no, no pienso pagar los daños del campo.

Las gradas estallaron en aplausos, silbidos… y algún que otro hechizo de confeti.

Dargan, aún con la chaqueta negra sobre los hombros y su cabello algo revuelto por la reciente batalla, se acomodó entre Sylha, Ardyn y Erian, todos visiblemente exhaustos y con vendas mágicas flotando a su alrededor.

—¿Eso fue impresionante o traumático? —murmuró Erian, con una bolsa de hielo flotando junto a su mejilla.

—Ambas. Como todo en esta academia —respondió Sylha, estirando las piernas con gesto triunfal.

—Silencio —dijo Ardyn sin mirar a nadie—. Quiero disfrutar el desastre de los demás en paz.

Y justo entonces, los cristales flotantes cambiaron de tonalidad, anunciando al siguiente grupo.

—¡Equipo 5, "El Caos Elegante", al frente!

Sylvain Drakens, Karla Nimor, Toren Viess y Millo Crest.

—Ah, estos... los que parecen salidos de una ópera mágica fallida —comentó Sylha con media sonrisa.

—¿Ese no es el que dice ser un héroe reencarnado? —preguntó Juno desde una fila más abajo, mirando a Sylvain en la pantalla.

—Sí, y va a pelear como si estuviera en su propio musical de guerra —añadió Nella sin apartar la vista.

En el campo, Sylvain alzó los brazos hacia el cielo.

—¡Oh, gran destino, guíame en esta prueba ardiente! ¡Con la luz como escudo y el valor como espada!

—Sí, sí, destino y eso… ahora mueve el trasero, que el dragón no va a dormirse dos veces —bufó Karla, mientras hacía flotar su grimorio con ondas gravitacionales.

Toren, como siempre, no dijo una palabra. Pero una niebla espesa empezó a expandirse a su alrededor.

—Eh… mi golem tiene miedo de la niebla… —dijo Millo, abrazando a su criatura de roca que temblaba como un cachorro gigante.

La prueba para el equipo 5 era diferente: el dragón descansaba entre columnas flotantes, y al más mínimo cambio de energía mágica, una de las columnas se derrumbaba… sobre ellos.

—Genial —suspiró Karla—. Trampas, equilibrio y un tipo gritando poesía. ¿Qué podría salir mal?

Desde las gradas, Dargan se inclinó hacia Erian.

—¿Cuánto apuestas a que Sylvain cae por su propia luz brillante?

—¿Eso es una apuesta o una certeza? —respondió Erian.

La pelea comenzó. Rayos de luz, ondas gravitacionales y una niebla venenosa se entremezclaron en una coreografía caótica. Millo gritaba cada vez que una columna caía, mientras Sylvain seguía dando discursos incluso mientras esquivaba rocas.

En un momento particularmente caótico, alguien en las gradas gritó:

—¡Si Sylha y Dargan pelean así y Sylvain recita como si le pagaran, que se casen los tres y formen un culto al caos mágico!

Hubo carcajadas, incluso de la profesora Vynen.

El evento continuó con el Equipo 8: "Trampa Encantada".

Velira Moss, Orren Ghaz, Lio Daven y Frinta Belmare.

—¿Listos para perder todas las extremidades? —dijo Velira con entusiasmo perturbador mientras activaba una trampa mágica que parecía una flor carnívora de cristal.

—Sólo si no pierdo primero la paciencia —dijo Lio, acomodando su flequillo con coquetería.

Orren, el gigante, avanzaba con paso firme mientras Frinta… simplemente desapareció. Literalmente. Manipulación temporal. De nuevo.

—¿Ya empezó? —preguntó Dargan, mirando a su alrededor—. No veo a la cuarta.

—Tampoco ellos, y eso da más miedo —dijo Sylha.

Entre explosiones de trampas, gritos y música de Lio que parecía controlar el ritmo del campo, el dragón dormido despertó... solo para volver a dormirse con una trampa de Velira que cantaba nanas mágicas.

—Eso es nuevo —dijo Ardyn, visiblemente impresionado.

Por último, el Equipo 12: "El grupo 'normal'" entró al campo.

Mirven Thol, Tessia Run, Domel Irk y Ralia Zein.

—¡Esta es la nuestra, chicos! ¡Vamos con todo! —gritó Tessia, corriendo como un rayo.

—¡Espéranos, aún no activaron el campo! —chilló Mirven.

Ralia hablaba con una roca.

—Dice que el dragón está de mal humor. Lo respeto —comentó con absoluta seriedad.

Domel tropezó con su propio bastón y activó accidentalmente una trampa de luz.

—¡Cuidado! —gritó Tessia— ¡Estamos compitiendo, no haciendo ensayo de comedia!

—¿No es lo mismo? —respondió Dargan, divertido desde las gradas.

El evento terminó con Tessia gritando mientras usaba su velocidad para esquivar bolas de fuego, Mirven invocando un elemental de viento que se negaba a cooperar, y Domel encerrado en su propio escudo.

—No sé si lo hicieron bien, pero fue el número más entretenido de todos —dijo Juno, aplaudiendo.

Cuando todos los equipos terminaron, la profesora Vynen tomó el cristal de comunicación y habló con su tono seco habitual:

—Agradecemos su participación. El campo de batalla quedará cerrado por reparaciones, terapia para dragones y limpieza mágica profunda. Y por favor, el alumno que gritó "¡cásense ya!"... vuelva a hacerlo, fue excelente.

Las risas estallaron de nuevo.

Dargan sonrió, girando el anillo encantado en su dedo.

El evento había terminado.

Pero algo se movía…

Más allá de las columnas.

Una sombra observaba.

Fin del capítulo.