Capítulo 109: LYON

Hoy fue el día anual de actos de bondad al azar de la pandilla. Aunque no sé qué tan al azar es, ya que teníamos algunas cosas que siempre hacíamos en esta época del año.

Aunque puede que yo no le dé mucha importancia a la Navidad en sí, todavía había un buen porcentaje de la población que sí lo hacía. Cada año durante los últimos cinco más o menos, las hermanas horneaban galletas y pasteles y esos pequeños hombres de jengibre que luego envolvían en estas lindas cajitas para que nosotros los hombres las repartiéramos.

Luego, más tarde en la noche, las llevábamos al refugio de mujeres y al pabellón infantil del hospital. Recaudábamos dinero para comprar regalos para los niños y nos asegurábamos de que también tuvieran algo que esperar con ilusión.

Este año esa mierda significó un poco más para mí que en años anteriores. La idea de esos niños pequeños, algunos no mucho mayores que Caitie, era difícil de soportar.