Traicionado por la Sangre~
Habían estado caminando durante casi diez minutos y aún no habían llegado al lugar seguro del que había hablado el guerrero.
—Esto no se siente bien —dijo Avery, ralentizando sus pasos.
Miró alrededor. Ahora estaban lejos de la casa de la manada, dirigiéndose hacia la frontera sur, que estaba sorprendentemente tranquila considerando lo caótica que estaba la manada.
El agarre del guerrero se apretó.
—Está justo adelante —insistió, con un tono lo suficientemente cortante como para ponerle la piel de gallina.
Avery miró alrededor, su ansiedad aumentando repentinamente. Tragó saliva y dio un paso atrás, liberando su mano.
—¿A dónde vamos exactamente? ¿Qué tan lejos está? Tal vez deberíamos regresar. Ya parece tranquilo, y estoy segura... —las palabras murieron en su garganta cuando vio cambiar su expresión. La falsa amabilidad desapareció, reemplazada por un ceño irritado. Su mandíbula se tensó, como si no pudiera soportar el sonido de su voz.