Capítulo 17: Bajo un Cielo de Fuego

El bosque ardía.

Las llamas se extendían por las copas de los árboles, iluminando la batalla con un resplandor anaranjado. El aire estaba cargado de humo, sangre y el rugido de los cambiaformas enfrentándose en una lucha a muerte.

Tsukihiko apenas tuvo tiempo de esquivar cuando un Alfa se abalanzó sobre él con una velocidad imposible. Giró sobre sus talones, sintiendo el viento de las garras pasando a centímetros de su cuello.

No puedo seguir peleando así.

Las enseñanzas del Santuario resonaron en su mente. Observa. Anticipa. Actúa.

Se concentró en la respiración del Alfa, en la forma en que su peso se distribuía en el suelo.

Cuando el enemigo atacó de nuevo, Tsukihiko se inclinó en el último segundo, deslizando su daga con precisión quirúrgica a lo largo de su abdomen.

El Alfa gruñó, tambaleándose, y Tsukihiko no dudó.

Se impulsó hacia adelante y hundió la hoja en su cuello.

La sangre caliente le salpicó el rostro cuando el cuerpo se desplomó.

No tuvo tiempo de recuperarse.

Kaoru estaba peleando contra dos Alfa a la vez, su respiración entrecortada.

Tsukihiko corrió hacia él, lanzándose sobre uno de los cazadores antes de que pudiera asestar un golpe mortal.

Rodaron por el suelo, intercambiando golpes rápidos y brutales.

El Alfa era fuerte, más grande y rápido.

Pero Tsukihiko era más ágil.

Se retorció en el último segundo y clavó su daga en el costado del enemigo.

El Alfa gruñó, intentando apartarlo, pero Tsukihiko torció la hoja y la sangre brotó en un chorro caliente.

El cazador cayó de rodillas, jadeando.

Kaoru terminó con el suyo en el mismo instante.

Ambos intercambiaron una mirada rápida antes de girarse hacia el campo de batalla.

Aún quedaban demasiados enemigos.

Pero también había esperanza.

Los guerreros del Santuario estaban resistiendo, y con la llegada de Jin y sus fuerzas, los Alfa comenzaban a flaquear.

Pero entonces…

Un rugido ensordecedor resonó por todo el bosque.

Un Alfa gigantesco emergió de la oscuridad, su presencia opresiva.

No era como los otros.

Su poder era inhumano.

Jin maldijo en voz baja.

—El Alfa Supremo…

Tsukihiko sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Si el líder de los cazadores estaba aquí, entonces su objetivo era claro.

Kaoru.

El Alfa Supremo avanzó con pasos lentos, evaluando la situación con frialdad.

Su mirada dorada se fijó en Kaoru.

—Así que aquí estás.

Su voz resonó como un trueno.

Kaoru alzó el mentón, sin moverse.

—No voy a huir.

El Alfa Supremo sonrió con crueldad.

—Entonces morirás aquí.

Se movió.

Más rápido de lo que nadie pudo reaccionar.

Pero Tsukihiko ya se estaba moviendo.

No lo dejaría morir.

**Un Destino Sellado**

La batalla se convirtió en un caos.

Jin y Rei intentaron interceptar al Alfa Supremo, pero fueron rechazados con una facilidad aterradora.

Tsukihiko sintió un dolor punzante en sus costillas cuando una onda de choque lo lanzó al suelo.

Kaoru apenas logró esquivar un golpe que habría sido fatal.

El Alfa Supremo no estaba jugando.

Era una fuerza imparable.

Tsukihiko se levantó, tambaleándose.

Si no hacían algo, todo acabaría aquí.

Kaoru respiró hondo y cerró los ojos por un segundo.

Cuando los abrió, algo en su presencia cambió.

La sangre ancestral rugía en su interior.

Y el Alfa Supremo lo notó.

—Así que… finalmente despiertas.

Kaoru sonrió, pero no con alegría.

—No te dejaré ganar.

El aire vibró alrededor de él.

Y entonces…

Todo cambió.

**El Poder Ancestral**

Kaoru se movió con una velocidad que ninguno de ellos había visto antes.

Esquivó el siguiente ataque del Alfa Supremo con una facilidad imposible.

Sus ojos brillaban con un resplandor dorado intenso.

Estaba cambiando.

No en una transformación común de cambiaformas.

Era algo más.

Algo antiguo.

El Alfa Supremo entrecerró los ojos.

—Interesante…

Lanzó un golpe brutal.

Pero Kaoru ya no estaba allí.

Se deslizó detrás de él con una precisión aterradora y atacó con una fuerza que no debería haber tenido.

El Alfa Supremo gruñó, sorprendido.

Tsukihiko apenas podía creer lo que veía.

Kaoru no solo estaba peleando…

Estaba ganando.

Pero algo estaba mal.

La energía alrededor de Kaoru se volvía inestable.

Era como si estuviera perdiendo el control.

Tsukihiko sintió el instinto de moverse.

No podía dejar que Kaoru se perdiera en ese poder.

—¡Kaoru!

El chico se giró, sus ojos brillando con una intensidad inhumana.

Por un momento, Tsukihiko sintió que no estaba viendo a Kaoru.

Sino a algo más.

Algo antiguo.

Algo poderoso.

Pero entonces…

Los ojos de Kaoru se enfocaron en él.

Y el brillo comenzó a desvanecerse.

El Alfa Supremo aprovechó el momento.

Lanzó un último ataque.

Kaoru no tuvo tiempo de reaccionar.

Pero Tsukihiko sí.

Se interpuso en el último segundo.

Y sintió un dolor desgarrador cuando las garras del Alfa Supremo se hundieron en su abdomen.

**Un Nuevo Camino**

El mundo se volvió borroso.

El grito de Kaoru resonó en la distancia.

Tsukihiko sintió su cuerpo colapsar, pero antes de perder la conciencia, vio algo.

Kaoru rugió.

Y el Alfa Supremo…

Cayó de rodillas.

El poder de la sangre ancestral lo envolvió por completo.

Y con un último destello de luz dorada…

El líder de los cazadores fue derrotado.

La batalla terminó.

Pero Tsukihiko no pudo celebrarlo.

Porque todo se volvió negro.