Capítulo 27: La Ciudad Olvidada

El silencio se hizo pesado en la habitación mientras Minoru mantenía su mirada fija en Tsukihiko.

—Hablas de recuperar lo que me pertenece —dijo Tsukihiko con voz tensa—. ¿A qué te refieres?

Minoru sonrió con calma y golpeó el mapa con dos dedos.

—La Ciudad Olvidada.

El nombre flotó en el aire como un eco de un pasado enterrado.

Kaoru frunció el ceño.

—Nunca he oído hablar de ella.

Renji suspiró.

—Porque los Alfa se aseguraron de borrar su existencia de la historia.

Minoru se acomodó en su silla con una sonrisa astuta.

—La Ciudad Olvidada fue la última fortaleza de los Linajes Perdidos antes de su caída. Era su centro de poder, su cuna de conocimiento… y el lugar donde se selló su mayor secreto.

Los ojos de Tsukihiko se estrecharon.

—¿Qué clase de secreto?

Minoru entrelazó los dedos sobre la mesa.

—Uno que puede cambiar el curso de esta guerra.

Kaoru exhaló con impaciencia.

—Deja de hablar en círculos.

Minoru soltó una leve risa.

—Muy bien. El secreto que el Consejo Alfa teme no es solo el linaje de sangre de Tsukihiko o su conexión con Renji.

Su mirada se oscureció.

—Es el Pacto de los Reyes.

Renji inhaló profundamente, como si el nombre trajera consigo un peso insoportable.

—Pensé que el pacto había sido destruido.

Minoru negó lentamente con la cabeza.

—No. Fue sellado en la Ciudad Olvidada… junto con algo más.

Se inclinó hacia Tsukihiko.

—Si logras llegar allí, podrías desbloquear el poder que el Consejo Alfa teme más que cualquier ejército.

Tsukihiko sintió su estómago retorcerse.

—¿Qué clase de poder?

Minoru sonrió.

—El poder para controlar a todos los cambiaformas.

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El Último Legado

Las palabras de Minoru cayeron como un rayo en la habitación.

Kaoru palideció.

—Eso es…

—Increíble —terminó Renji, aunque su expresión no era de entusiasmo, sino de preocupación.

Tsukihiko sintió que su respiración se volvía más pesada.

¿Controlar a todos los cambiaformas?

No podía ser cierto.

Minoru notó su expresión y sonrió con satisfacción.

—No me crees, ¿verdad?

Tsukihiko apretó los dientes.

—Me cuesta pensar que un poder así pueda existir.

Minoru chasqueó la lengua.

—Porque nunca te han contado la verdad.

Su mirada se volvió fría y calculadora.

—Los Alfa no tomaron el poder por simple fuerza. Lo hicieron porque destruyeron el Pacto de los Reyes. Antes de eso, todos los cambiaformas coexistían en equilibrio. No existían las castas como las conocemos hoy.

Kaoru inhaló bruscamente.

—Entonces… lo que dijiste en la fortaleza era cierto.

Renji asintió con gravedad.

—Las castas son un invento del Consejo Alfa para dividirnos.

Tsukihiko sintió que la ira se removía en su interior.

Toda su vida le habían dicho que los omegas eran débiles. Que estaban destinados a ser sometidos.

Pero si todo era una mentira…

Minoru continuó.

—Si el Pacto de los Reyes sigue intacto en la Ciudad Olvidada, entonces significa que alguien con la sangre adecuada puede reclamarlo.

Se inclinó hacia Tsukihiko con una mirada intensa.

—Y tú eres el único que puede hacerlo.

Tsukihiko sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

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Un Camino Sin Retorno

Renji cruzó los brazos, evaluando la situación.

—Si lo que dices es cierto, entonces el Consejo Alfa debe tener la ciudad bajo vigilancia.

Minoru asintió.

—Exactamente. Pero no pueden acceder al pacto sin un descendiente legítimo de los Linajes Perdidos. Por eso lo han mantenido sellado en lugar de destruirlo.

Tsukihiko inhaló profundamente.

—Si nos dirigimos allí, será una trampa.

Kaoru chasqueó la lengua.

—Lo cual significa que tenemos que ser más listos que ellos.

Minoru sonrió.

—Por eso me necesitan.

Renji rió entre dientes.

—Sabía que habría una trampa en tu oferta.

Minoru alzó las manos con una expresión inocente.

—No me malinterpretes. Quiero ver al Consejo Alfa caer tanto como ustedes. Pero si voy a ayudarles a llegar a la Ciudad Olvidada sin morir en el intento, quiero asegurarme de que haya un lugar para mí cuando la guerra termine.

Kaoru lo fulminó con la mirada.

—No eres más que un oportunista.

Minoru sonrió con calma.

—Lo llamo supervivencia.

Renji suspiró.

—Hijo, la decisión es tuya.

Tsukihiko sabía que aceptar la ayuda de Minoru era un riesgo.

Pero no tenían otra opción.

Finalmente, asintió.

—Nos llevas a la Ciudad Olvidada y nos das la información que necesitamos. A cambio, te aseguramos un lugar en el nuevo orden.

Minoru sonrió con satisfacción.

—Trato hecho.

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Hacia la Ciudad Perdida

La mañana siguiente, el grupo se preparó para partir.

Renji, Tsukihiko, Kaoru y Minoru viajarían juntos, con un pequeño escuadrón de guerreros exiliados.

La Ciudad Olvidada estaba al sur, oculta entre montañas y cubiertas de niebla.

Nadie que había intentado encontrarla había regresado.

Pero Tsukihiko sabía que no podían dudar.

Si el Pacto de los Reyes realmente existía…

Entonces era su única esperanza de vencer a los Alfa.

Kaoru ajustó su capa y se giró hacia Tsukihiko.

—¿Listo para descubrir tu destino?

Tsukihiko sonrió levemente.

—No sé si estoy listo… pero no voy a detenerme.

Renji rió.

—Esa es la actitud de un verdadero rey.

Minoru suspiró.

—Bueno, espero que su actitud nos mantenga vivos.

Y con eso, partieron.

El destino de todos los cambiaformas dependía de lo que encontrarían en la Ciudad Olvidada.

Y el tiempo para descubrir la verdad se estaba acabando.