Capítulo 38: El Verdadero Poder de los Alfa

El rugido del ser antiguo sacudió toda la Fortaleza de Sangre.

Las inscripciones en las paredes ardieron con un resplandor rojo, y la temperatura en el aire cambió drásticamente. Tsukihiko sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Esto no era solo un enfrentamiento con el Consejo Alfa.

Era una guerra contra algo más antiguo, algo que había estado esperando siglos para liberarse.

El anciano del Consejo, aún con la daga de obsidiana en la mano, sonrió con calma.

—Los Linajes Perdidos pensaron que podían sellar el destino de los cambiaformas… pero olvidaron que el verdadero poder nunca desaparece.

Las sombras a su alrededor comenzaron a retorcerse.

Y en un instante, los Alfa cambiaron.

---

Los Alfa Verdaderos

Los miembros del Consejo no eran simples cambiaformas.

Sus cuerpos comenzaron a expandirse, su piel endureciéndose, sus garras y colmillos alargándose.

Pero lo más aterrador era su aura.

La energía a su alrededor se volvió sofocante.

Oscura.

Demasiado poderosa para ser natural.

Kaoru retrocedió con una maldición.

—¡¿Qué demonios es esto?!

Minoru, que rara vez perdía la compostura, entrecerró los ojos.

—No están cambiando a su forma de bestia normal.

Renji, con el ceño fruncido, asintió.

—No. Esto es diferente.

Tsukihiko observó con atención.

Las marcas en sus cuerpos… no eran de cambiaformas normales.

Eran inscripciones antiguas, similares a las del Pacto de los Reyes.

El sistema vibró en su mente.

{ANÁLISIS EN CURSO…}

{ESPECIES ALTERADAS DETECTADAS.}

{"ALFA PRIMIGENIOS": CAMBIAFORMAS MODIFICADOS CON ENERGÍA ANCESTRAL.}

Tsukihiko sintió su corazón latir con fuerza.

Los Alfa nunca habían sido simplemente más fuertes.

Habían modificado su propia sangre usando el poder del ser sellado.

El anciano, ahora con un cuerpo cubierto de escamas oscuras y ojos ardientes, sonrió.

—¿Ves ahora, heredero? Tu poder es insignificante frente al nuestro.

Y con un solo movimiento, desató la tormenta.

---

El Caos Estalla

El primer Alfa Primigenio se lanzó contra Tsukihiko con una velocidad aterradora.

Tsukihiko apenas tuvo tiempo de esquivar.

El golpe destrozó el suelo donde estaba parado, enviando fragmentos de piedra por toda la sala.

Kaoru desenvainó su espada y atacó al segundo Alfa, pero su hoja se astilló al impactar contra su piel endurecida.

—¡Mierda!

Minoru desapareció en la penumbra, moviéndose con rapidez para analizar la situación.

Renji enfrentó a dos Alfa a la vez, esquivando con agilidad felina y contraatacando con ráfagas de energía dorada.

Pero no era suficiente.

Estos no eran los mismos Alfa que habían enfrentado en la guerra.

Eran monstruos.

Tsukihiko aterrizó de pie y levantó su espada.

—Si creen que voy a rendirme, están equivocados.

El sistema vibró en su mente.

{LIBERANDO RESTRICCIONES DEL PACTO.}

{HABILITANDO MODO HEREDERO.}

El poder estalló dentro de él.

Su cuerpo se envolvió en una luz dorada, y el dolor desapareció.

El verdadero poder de los Linajes Perdidos finalmente había despertado.

---

El Heredero Contra los Alfa

El Alfa Primigenio que lo había atacado volvió a moverse, pero esta vez Tsukihiko fue más rápido.

Su espada cortó el aire con un resplandor dorado, impactando contra el Alfa con una fuerza devastadora.

El monstruo rugió de dolor.

Kaoru, que aún peleaba contra otro Alfa, vio la escena y sonrió.

—Eso es lo que quería ver.

Minoru reapareció a su lado.

—¿Tienes algún plan brillante, príncipe?

Kaoru giró su espada en la mano.

—Matar a tantos como podamos.

Minoru suspiró.

—No esperaba menos.

Y con eso, volvieron a la pelea.

Renji, viendo que Tsukihiko finalmente había liberado su poder, se rió entre dientes.

—Así es como debe ser.

Y con una sonrisa feroz, se lanzó de nuevo al combate.

---

El Último Movimiento del Consejo

La pelea estaba equilibrándose, pero los Alfa no parecían preocupados.

El anciano, aún observando desde su trono, mantenía la misma calma de siempre.

—Impresionante. Pero no suficiente.

Y entonces, dio la orden final.

—Libérenlo.

Las llamas rojas en las inscripciones se intensificaron.

El ser sellado, que había permanecido en las sombras, rugió con furia.

—¡FINALMENTE!

Y con un solo movimiento, rompió sus cadenas.

Kaoru sintió su estómago hundirse.

—Oh, no.

Minoru maldijo.

—Sabía que esto iba a pasar.

Tsukihiko sintió la presión en el aire triplicarse.

El verdadero monstruo había sido liberado.

Renji se detuvo por un segundo y miró al ser con una expresión sombría.

—Ahora estamos jodidos.

La criatura levantó su enorme cabeza, su piel cubierta de una mezcla de escamas y sombras.

Era algo que no debía existir.

El sistema de Tsukihiko parpadeó con una advertencia de alto nivel.

{PELIGRO MÁXIMO.}

{ENTIDAD DESCONOCIDA SIN LÍMITES DETECTADA.}

El anciano del Consejo Alfa sonrió con satisfacción.

—Ahora, observa cómo la verdadera historia se repite.

Y el ser atacó.

---

El Verdadero Desafío

La energía oscura explotó en todas direcciones.

Tsukihiko apenas tuvo tiempo de protegerse.

Las paredes de la fortaleza fueron destruidas.

Kaoru fue lanzado hacia atrás, chocando contra una columna.

Renji cubrió su rostro mientras la onda de energía lo empujaba.

Minoru, con reflejos felinos, esquivó con dificultad.

Y en medio de todo…

Tsukihiko sintió una presión insoportable.

La voz del ser resonó en su mente.

—Tu linaje me selló una vez.

Los ojos rojos del monstruo se clavaron en él.

—Pero esta vez… serás tú quien sea destruido.

Tsukihiko se obligó a mantenerse en pie.

Sabía que no podía huir.

Sabía que esto no era solo su guerra.

Era la guerra de todo su linaje.

Y si no detenía a este monstruo ahora…

Todo el mundo de los cambiaformas caería en las sombras.

---

La Batalla Final Comienza

Apretó los puños, sintiendo la sangre caliente resbalar por su piel.

Levantó su espada.

—No voy a dejar que ganes.

El ser sonrió con ferocidad.

—Inténtalo.

La energía se acumuló a su alrededor.

Tsukihiko sintió su poder responder.

Kaoru, aún tambaleante, se levantó a su lado.

—Si piensas hacer algo estúpido…

Renji y Minoru también se acercaron.

—Entonces será algo estúpidamente épico —dijo Minoru con una sonrisa.

Tsukihiko respiró hondo.

Y entonces…

La verdadera batalla comenzó.