Gabriel, evita el ansia de sangre

—¿Qué están haciendo ustedes tres aquí? —preguntó Casaio, con los ojos abiertos de sorpresa al ver a Katelyn y Dominick en el pasillo del hospital. Había sentido su presencia antes y siguió el rastro para confirmar sus instintos.

Dominick arqueó una ceja. —La verdadera pregunta es ¿qué haces tú aquí?

Casaio exhaló bruscamente y dio un rápido resumen de todo lo que había ocurrido en la Manada del Río Rojo.

—Estamos aquí por Amelie —explicó Katelyn con preocupación en su voz—. De repente empezó a sentir un dolor agudo en la parte baja del abdomen.

La expresión de Casaio cambió inmediatamente, la sorpresa casual fue reemplazada por preocupación. —¿Es grave?

—Aún no estamos seguros —respondió Katelyn, mirando hacia las puertas dobles de la sala de operaciones.

Los tres dirigieron su atención al pasillo de enfrente, donde Gabriel estaba de pie en silencio junto a la puerta.

Casaio caminó hacia su hermano menor y se paró junto a él.