Los sentimientos que albergas

En la sala de estar, Casaio estaba en medio de una conversación con Katelyn cuando notó que Gabriel se acercaba. Una mirada al rostro de su hermano menor, y se le formó un nudo en el estómago.

Gabriel se detuvo junto al sofá.

—¿Cómo se enteró Mamá de la verdad sobre Zilia?

—¿Verdad sobre Zilia? —Las cejas de Katelyn se juntaron—. ¿De qué estás hablando?

Casaio intentó responder con una postura relajada.

—Alguien de la mansión debe haberle informado. Me confrontó poco después. Iba a hablar contigo, Gabriel, pero no me diste exactamente la oportunidad.

Katelyn parpadeó, entreabriéndose su boca.

—Espera... ¿Zilia es una espía?

Gabriel permaneció en silencio, con los ojos fijos en Casaio.

—Es una larga historia, Kate. Te explicaré más tarde —murmuró Casaio.

—Amelie está sola en la habitación. Sería bueno que te quedaras con ella —solicitó Gabriel a Katelyn.