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Antes de que pudiera entrar a la cocina, Sandra y Alex se le adelantaron por la otra entrada de la cocina.
Se acercaron a Audrey con pasos cautelosos, Alfa Lago pensó que ella habría detectado su presencia, luego recordó que ella no tenía un lobo, no tenía un súper oído. Estaba ocupada pelando papas para Ms. Bridget, ajena a las personas que venían detrás de ella.
—¿Audrey? —llamó Sandra esperanzada.
Audrey sabía el momento en que sus amigos entraron a la cocina, esta era la primera vez que los veía después de que se separaron en la parra hace un año. Quería dejar todo lo que estaba haciendo y correr hacia ellos para un largo y cálido abrazo, pero también sabía que el Alfa estaba en la puerta, observándola con sus ojos de halcón.
Levantó suavemente la cabeza hacia sus amigos, le dolía ver sus rostros esperanzados, sabía que se entristecerían tan pronto como abriera la boca.