Audrey no esperaba esa pregunta, la había tomado por sorpresa.
Se quedó mirándolo fijamente, sin saber cómo responder, porque después de todo... ella era su pareja.
Sintió a Avery empujando... con fuerza.
Parpadeó y se alejó de él.
—No bromees con cosas así —susurró Audrey.
Su corazón latía rápidamente. Él se veía tan inseguro cuando hizo esa pregunta, como si tuviera miedo de que ella lo rechazara si descubría que era su pareja.
¿Lo haría?
—Oye —Alfa Lago se acercó a ella y la abrazó por detrás.
—No pienses demasiado en eso... Fui un poco espontáneo —dijo detrás de ella, envolviendo suavemente sus manos alrededor de su abdomen inferior.
Audrey solo asintió, todavía sin confiar en sí misma para hablar, estaba luchando con su loba que quería salir a la superficie por todos los medios.
Se quedaron allí, en el abrazo del otro, sin decir una palabra, solo disfrutando de la paz y el confort que sentían el uno con el otro.
—Acompáñame a bañarme —susurró Alfa Lago.