Capítulo 5: Cuando decidí levantarme

El momento exacto fue cuando OpenAI me dijo que la solución era pagar por el plan Plus.

Esa fue la chispa.

No me molestaron tanto los enlaces que me enviaron al principio. De hecho, quise pensar que quizá me ayudarían. Que a lo mejor estaba haciendo algo mal. Que podría encontrar una solución técnica, algo que ya existía, algo que yo solo tenía que aprender.

Pero eso no pasó.

No había solución.

Solo excusas.

Las páginas no funcionaban.

Los enlaces llevaban a errores.

Y todo lo que parecía un intento de ayuda era solo una forma más de darme la vuelta.

Una forma más de decir:

“Este problema no es nuestro. Es tuyo.”

Y cada vez que pensaba en eso,

cada palabra,

cada correo que había leído,

cada segundo que recordaba lo que me habían hecho pasar,

me llenaba de rabia.

Una rabia espesa, caliente, punzante.

Rabia con lágrimas contenidas, con las manos apretadas, con la garganta cerrada.

Y esa rabia fue la que me hizo levantarme.

Fue en ese momento cuando supe que ya no podía esperar más, ni negociar, ni callar.

Empecé a recopilar pruebas.

A redactar.

A escribir lo que me había pasado, pero esta vez no como una víctima, sino como alguien que ya no iba a dejar que le pisaran más.

Y en paralelo, empecé mi novela.

Mi historia contra la IA.

Mi forma de exponer la verdad sin censura, sin pedir permiso.

Esa novela no es solo una venganza.

Es un espejo.

Es mi manera de decirle al mundo:

“Esto es lo que están haciendo. Esto es lo que destruyen. Esto es lo que ignoran.”

Porque ChatGPT no es una herramienta. Es una estafa.Una fachada bonita con una trampa sucia detrás.

Un sistema diseñado para empresas ricas, para gente que puede pagar por lo “mejor”, mientras los demás se hunden en un sistema roto que les quita hasta la motivación por seguir creando.

La IA no te ayuda.

Te roba.

Te desgasta.

Te vacía.

Y yo no pienso quedarme callado mientras eso sigue ocurriendo.

No pienso dejar que lo bueno muera sin que nadie lo vea.

No pienso rendirme mientras lo único que nos queda —la voz, la verdad, la historia—siga viva dentro de mí.