"Quiero vivir 100,000 años"
Capítulo 5: Lazos y té
—Jajajaja, no es lo que parece, hermano, no me he vuelto loco —pensó Hyeon, quien a su vez lo recibió con una sonrisa.
Maldición, ¿qué tanto escuchó? Aunque de todas formas una persona común de este mundo solo pensaría que estoy loco.
Han Yun, con expresión sombría, dijo.
—Tú, Hyeon...
—¿Sí, Han Yun?
—¡REENCARNASTE TAMBIÉN!
—No, hermano, no me comí un hongo ra- ¿Espera, qué? ¿Tú también...?
Solo hay una forma de estar seguros.
Una forma de poder reconocer al instante a alguien de la tierra moderna.
—Mi camino ninja.
—Aliens.
—¿Compañero?
—¿Compañero?
Luego de un rato diciendo cosas modernas al azar.
¿Han Yun reencarnó como yo? ¿Eso significa que también fue castigado? ¿Hizo algo similar a mí? ¿Él...?
Han Yun agarró por los hombros a Hyeon, que se encontraba reflexionando con la cara pálida.
—Si siempre fuiste un reencarnado, ¿por qué me ignoraste cuando te di señales antes?
—¿Señales?
—Espera un momento, ¿desde hace cuánto tiempo sabes que eras un reencarnado?
—Dos años.
Ah, tiene sentido. Después de que Hyeon cumpliera tres años me rendí por completo con la idea de que era un reencarnado, aunque eso no explica por qué yo estaba consciente desde el inicio.
¿... Seré yo especial?
De todas las habilidades que me podían dar, ¿me dieron la mierda esa de estar consciente desde el principio? Hubiera preferido un poder ocular fuerte como en los mangas o algo así.
Especial mi abuela...
—De todas formas seguimos siendo hermanos, ¿cierto, Hyeon?
Hyeon, que seguía reflexionando, repitió con la mirada perdida:
—¿Hermanos?
Ciertamente así era, conque hermanos...
—¿Pasa algo, Hyeon?
—No, nada.
Se escuchó el crujido de la puerta al abrirse.
¿Chung So? ¿Ling Xi?
—Ustedes dos, vengan, hay una reunión de la secta.
—¿Desde cuándo vamos nosotros a esas reuniones?
—¡No lo sé! Pero vengan, el líder de secta nos llamó.
Así, Han Yun y Hyeon fueron arrastrados.
—Hace mucho que no venía al edificio principal.
Han Yun recorrió con la mirada los pilares blancos de los alrededores, y a lo lejos se podía ver a una multitud organizada en filas.
De entre las filas uniformadas se escuchó el murmullo de unos jóvenes.
—Llegaron los Huérfanos.
Me había olvidado de estos bastardos, son la razón por la que el líder de secta nos cambió a un dormitorio aislado.
Respondió Chung So:
—Me iba bien, lástima que verte me dañó el día, Bai Gui.
—Maldit...
Fueron interrumpidos por una elegante presentación.
—Denle la bienvenida al líder de secta.
Todos se postraron.
—¡Bienvenido, líder de secta!
Huafeng, trigésimo líder de la secta del Monte Hua, entró al salón. Su mirada recorrió a los discípulos reunidos.
Se detuvo un momento sobre los jóvenes de cabello negro y dorado.
Y continuó:
—Gracias por la bienvenida. Reuní a los discípulos para anunciar una competencia que se celebra cada veinte años, una prueba para evaluar las habilidades de los más jóvenes, por lo tanto, los del primer y segundo dormitorio no podrán participar. El ganador tendrá el privilegio de solicitar una recompensa.
El líder de secta terminó el discurso mientras se volteaba.
—La competencia se llevará a cabo en tres años. Aprovechen este tiempo para entrenar arduamente.
Los discípulos, aún postrados, se despidieron del líder de secta gritando:
—¡Los discípulos despiden al líder de secta!
Tiempo después, en el edificio principal.
—Conque competencia, ustedes deberán rezar para que no les toque pelear conmigo —se burló Bai Gui.
Chung So frunció el ceño.
—Hablas mucho.
—Es demasiado cliché.
Hyeon asintió.
—Tienes razón, hermano.
—¿Qué dijiste, bastardo?
Dijo Ling Xi.
—Cada día que me levanto doy gracias al líder de secta por no ver tu cara.
Se escuchó el ladrido de los estudiantes del tercer dormitorio.
—Ustedes...
Han Yun, que estaba viendo la situación, propuso.
—Hagamos una apuesta, el dormitorio que gane la competencia le pedirá algo al ganador, cualquier cosa...
Pensaron los perr... estudiantes del tercer dormitorio entre risas.
¿Son idiotas? Ellos son solo cuatro y nosotros somos más de diez, obviamente tendremos más probabilidades de ganar.
—Aceptamos.
—Es un trato entonces.
Se dieron la mano.
Los tres rodearon a Han Yun con cara de desesperanza.
—¿Hermano, qué hiciste?
—De otra forma no apostarían. ¿En serio creen que vamos a perder?
—Sí.
—Sí...
—Sí.
—.....
—No podemos rendirnos, hay que dar nuestro mayor esfuerzo. ¿No quisieron alguna vez vengarse de esos bastardos?
Chung So cruzó los brazos.
—Bueno, el daño está hecho, solo nos toca intentar.
Ling Xi:
—Nunca pensé decir esto, pero estoy de acuerdo con Chung So.
Hyeon:
—Ya, qué más da.
Al día siguiente.
Campo de entrenamiento.
Los cuatro discípulos con gran voz juntaron sus puños con sus manos e hicieron una reverencia.
—Maestro, como ya sabe, pronto se realizará una competencia entre los discípulos jóvenes. ¡Le pedimos que nos entrene lo más que pueda en el resto del tiempo!
Baek Ho arqueó una ceja y preguntó.
—¿Se puede saber por qué están tan entusiasmados? ¿No será por la recompensa?
Respondieron los alumnos mirando hacia otro lado:
—N-no, maestro, solo queremos demostrar los resultados de su enseñanza.
Definitivamente es por la recompensa.
—Acepto enseñarles de manera más seria, ¿pero están seguros de poder soportar el trabajo duro?
—¡Sí, maestro!
—¡Sí, maestro!
—No puedo enseñarles la técnica de espada de la secta sin enseñar una técnica de juego de pies, comencemos aprendiendo la danza flor de ciruelo.
—¿Juego de pies?
—¿Danza flor de ciruelo?
Baek Ho levantó su espada y explicó.
—La danza flor de ciruelo es la base de todas nuestras técnicas.
Recogió una flor con la punta de su espada.
—Al igual que esta flor, nuestros movimientos deben ser fluidos y adaptables. Esta danza no solo mejora tu agilidad y equilibrio, sino que también desarrolla tu capacidad para reaccionar a cualquier situación. Es la base sobre la que construiremos tu habilidad, no solo con la espada, sino con cualquier arma.
Han Yun, con brillo en los ojos, levantó la mano.
—Esa técnica suena perfecta para robar, ¿no fue quien la inventó un ladrón experto?
—.....
Pido perdón al creador de la técnica.
—Les mostraré —dijo Baek Ho mientras caminaba dejando marcas de sus pisadas.
Preguntaron los alumnos:
—¿Solo tenemos que hacer eso?
Baek Ho se rió internamente.
—Inténtenlo.
Haa, haa...
Es difícil, aunque los tres primeros pasos son fáciles de seguir, el resto es prácticamente imposible.
Se burló Baek Ho.
—¿Ya se rindieron?
Los alumnos, que ya habían aceptado su destino, dijeron silenciosamente:
—Sí.
—Sí...
—Maestro, ¿nos puede decir el truco?
—No hay trucos. ¿En serio pensaron dominar una de las mejores técnicas de la secta en un solo día?
—N-no.
Sí lo pensaron.
Baek Ho sacó un libro de entre su ropa.
—Tengan, practiquen en su tiempo libre. Si no pueden aprender eso, no podrán aprender las otras técnicas correctamente. No vuelvan hasta dominar la técnica de pies.
—¿Un manual de artes marciales?
Susurró Chung So.
—Entonces sí había un truco.
—Solo quería hacerse el interesante.
Preguntó Han Yun.
—¿Qué les pasó? Antes no eran así.
—Desde que los invitaste a robar han comenzado a actuar extraño, hermano.
—¿En serio?
Pabellón del líder de secta.
Así que aquellos dos han crecido.
HuaFeng agarró la taza de té y tomó un sorbo largo.
Sigo sin saber el origen del otro, pero definitivamente hoy pude notar un gran parecido con "él".
Ellos no son tan tontos como para no notarlo, parece que tendré que abstenerme de recibir visitas por un tiempo.
Volvió a poner la taza en la mesa de madera.
¿Seré capaz de apagar las llamas que queman la vela o solo aceleraré su consumo?
La taza de té se agrietó, causando así una risa momentánea en aquel anciano de pelo blanco.
—De todos modos, el murim está destinado a perecer.