Aric entrecerró los ojos, activando su visión de “esto no es problema mío” y escaneó la escena con la meticulosidad de un detective de novela barata.
Primero, los gamberros. Tres hombres con la misma pinta genérica de matones de relleno: barbas desprolijas, aliento a fermento y una evidente falta de perspectivas laborales.
El líder del grupo tenía una cicatriz en la mejilla, lo que según la legislación universal de los clichés, lo convertía automáticamente en el más peligroso. El segundo llevaba un pendiente en la oreja izquierda, claramente un intento desesperado por agregarle personalidad a su existencia. Y el tercero… bueno, el tercero no tenía ni cejas. Un tipo sin cejas era una bandera roja en cualquier situación. ¿A dónde habían ido? ¿Por qué decidió renunciar a la expresión facial? Nadie lo sabía.
Luego, la chica. Vestía como si hubiera caído de un catálogo de moda de la alta aristocracia. Joyas que podrían financiarle la jubilación a un asilo de ancianos. Postura confiada, manos relajadas, ni un solo atisbo de miedo. Su mirada, afilada, como la de alguien que ya ha vivido demasiados dramas innecesarios en su corta vida.
Conclusión: esa niña no necesitaba ayuda.
De hecho, si alguien corría peligro en esa situación, eran los tres idiotas.
«Caso cerrado.»
Justo en ese momento, la chica giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Aric.
—Oh, no.
Aric reaccionó de inmediato. Giró sobre sus talones y se alejó a paso rápido, luego a paso muy rápido, luego a paso extremadamente rápido, mientras el sistema empezaba su berrinche.
[¡¿Pero qué haces, desgraciado?! ¡Hay una niña en peligro y te largas como si hubieras visto a un cobrador de deudas!]
—¡Oh, vamos, no me jodas! Esa niña no necesita ayuda. Si alguien debería estar corriendo, son esos idiotas.
[¡Eres un cobarde sin corazón! ¿Acaso no tienes sentido de la justicia?]
—¿Justicia? ¡Tú lo que eres es una fábrica de enemigos en serie! Tus misiones de mierda siempre terminan igual.
El sistema se quedó en silencio por un instante, como alguien a quien acaban de pillar con las manos en la masa.
Luego carraspeó.
[Esa es una acusación muy seria y sin fundamento, amigo mío. Estás demasiado paranoico, ]
—¿Paranoico? Seguro que esa niña es el conveniente respaldo que necesitaba el idiota al que pretendías estafar, para cubrir sus espaldas hasta que pueda completar tus estúpidas misiones.
[¡PFFFFF! ¡JA, JA, JA! ¡Tú y tus teorías locas! ¡Qué imaginación!]
—¡Admite que tengo razón, condenado parásito digital! —lo acusó Aric, sin frenar el paso ni por un segundo.
El sistema reaccionó como un vendedor de seguros expuesto por fraude.
[Yo nunca haría algo así. Además, aunque " hipotéticamente" fuera cierto, ¿Qué problema habría? ¡Solo sería beneficioso para ti! ¿No querías vivir una vida fácil mientras te aprovechabas de este mundo? ¡Esta es la oportunidad perfecta! Tendrías a alguien que te protegiera, con riquezas para financiar todos los recursos que necesites. Piensa en eso… Una vida sin preocupaciones, sin peligros… solo lujos y seguridad…]
Aric se detuvo en seco… la idea sonaba sospechosamente bien.
No tener que preocuparse por enemigos, dinero o entrenamiento mientras una noble poderosa le debía un favor…
«Hmm... podría ser conveniente...»
—…
—…
—…
Entonces, como si le hubieran lanzado un cubo de agua fría, se estremeció y gritó
—¡Hijo de puta, casi caigo!
[¿Eh? ¿Qué hice? ¡Yo solo quiero lo mejor para ti!]
—¡Tú lo que quieres es que me meta en otro arco narrativo de sufrimiento! Esa niña está destinada a traerme más problemas de los que puede resolver. Seguramente, si me mezclo con ella, daré inicio al siguiente arco de antagonistas. ¡No tengo tiempo para eso!
El sistema suspiró con dramatismo.
[¡Oh, qué cruel juicio! ¡Me duele en el alma, Aric!]
—Ni siquiera tienes alma.
[¡Metafóricamente hablando, insensible! ¿Cómo puedes tener una opinión tan baja de mí?]
—Porque te conozco. A ver… dime. ¿Esa niña es una prodigio como no se ha visto en siglos?
El sistema hizo una pausa sospechosa.
[Bueno… digamos que tiene cierto talento…]
—Ajá. Y déjame adivinar… la comparan con la fundadora de su linaje o alguna otra basura legendaria.
[Eh… bueno… ejem… puede que su familia tenga ALTÍSIMAS expectativas sobre ella.]
[Pero eso solo refuerza mi punto. Es lógico que un sistema busque lo mejor para su usuario. ¡Todo interés romántico debe ser digno de ti!]
Aric sintió un escalofrío.
—… Espera. ¿Me estás diciendo que esa niña es mi interés romántico predestinado?
[¡Lo ves! ¡Lo has entendido!]
Aric se frotó la cara con ambas manos.
—No, maldito imbécil, ¡Eso es justo lo que quiero evitar! Porque si esa mocosa tiene un talento descomunal, eso significa que hay al menos un pretendiente lunático, de una familia más poderosa, obsesionado con ella hasta un nivel patológico.
El sistema tragó saliva.
[… Bueno, es normal que una chica bonita y con grandes aptitudes tenga pretendientes. Pero, vamos, amigo. ¿Tienes miedo de un poco de competencia en el amor?]
Aric soltó una carcajada seca y sarcástica.
—Te apuesto lo que quieras a que, si hubiera intervenido, esa niña me habría puesto en su radar. Luego, su pretendiente irracionalmente celoso se enteraría y, sin importar cómo terminara la situación, decidiría que soy su nuevo enemigo mortal. Primero intentaría humillarme. Cuando eso fracase, comenzará a conspirar para matarme. ¿Me equivoco?
El sistema carraspeó con nerviosismo.
[Bueno… verás… los sistemas no se hacen responsables de los celos enfermizos de personajes secundarios… Si alguno quiere matarte, eso es cosa suya. Así que, técnicamente, no puedes culparme por eso.]
Aric sintió deseos de estrellarse la cabeza contra una pared. Pero al final, solo suspiró, se acomodó la ropa y siguió caminando.
…
Había logrado llegar a su humilde casa sintiéndose orgulloso de haber evitado otro desastre en su vida.
Pero el destino tenía otros planes.
[Oye, oye, oye… Puede que quieras reconsiderar tu decisión .]
—No.
[¿Ni siquiera un poquito?]
—Ni un milímetro.
[Pero te perderás algo INTERESANTÍSIMO.]
—Si "interesantísimo" significa "potencialmente letal", paso.
[Bueno… en realidad significa que te perderás la escena legendaria en la que la MILF súcubo viuda aparece para regañar a su hija por su inexperiencia con los hombres….]
—… ¿Qué?
[Oh, ¿te interesa? Vaya, qué sorpresa.]
—¡¿De qué demonios estás hablando?!
[Verás, hay algo que no sabías… y que, técnicamente, revelártelo viola la Sagrada Convención de Sistemas Narrativos Autoindulgentes de la Gran Biblioteca de Isekai, pero meh, qué más da.]
Aric sintió que algo importante estaba a punto de revelarse. Algo impactante. Algo en lo que no quería pensar.
Pero el sistema continuó.
[Esta no es solo una novela de acción, fantasía y magia, mi querido Aric…]
—No, no, no, no, NO
[Es una novela erótica.]
—
—
—
—¿QUÉEEEEEEEÉ?
[Oh, sí. Y te presento el título del primer arco argumental: “Oscura Tentación Maternal: Cuando la Inocente Hija Cae en las Garras del Villano y de su Seductora Madre.”]
Aric sintió cómo su alma abandonaba su cuerpo y se iba a otra dimensión donde todo tenía sentido.
Un tic nervioso apareció en su ojo.
—Tú… ¿estás de joda?
[En absoluto, hermano. Esta es la oportunidad de una vida.]
[¿Ahora entiendes? ¡Estás a punto de perderte una escena mítica, una obra maestra del fanservice, una joya literaria de la decadencia narrativa!]
—No, no, no, NO. Esto es falso. Me quedare, seguiré con mi vida y…
[Pero piénsalo… ¿Y si te quedas y nunca descubres cómo era la MILF súcubo?]
—…
[Imagínala… Alta, curvas peligrosas, una mirada madura pero traviesa, con un vestido de luto que deja entrever…]
Aric ya estaba corriendo de regreso al callejón como si su vida dependiera de ello.
[¡Sabía que no te resistirías!]
—¡CÁLLATE Y DIME DÓNDE ESTÁ LA MALDITA SÚCUBO VIUDA!