La semana siguiente fue un torbellino de emociones para mí. Damián y yo habíamos estado pasando más tiempo juntos, y nuestra conexión se estaba volviendo cada vez más fuerte. Sin embargo, comencé a notar que Damián se estaba alejando un poco de mí. No era nada obvio al principio, pero podía sentir que algo estaba cambiando.
Un día, mientras estábamos sentados en la biblioteca, Damián recibió un mensaje de texto de uno de sus amigos. Me mostró una sonrisa tensa y se disculpó, diciendo que necesitaba ir a hablar con ellos.
—¿Qué pasa? —pregunté, sintiendo una punzada de inquietud.
Damián se encogió de hombros.
—Nada importante. Solo necesito hablar con ellos sobre algo.
Pero yo sabía que algo estaba pasando. Pude verlo en sus ojos, en la forma en que se mordía el labio inferior.
Esa noche, Damián no respondió a mis mensajes. Me sentí ansioso y confundido, y comencé a preguntarme si había hecho algo malo.
Al día siguiente, en la escuela, Damián se acercó a mí con una sonrisa forzada.
—Hola —dijo, sin mirarme a los ojos—. ¿Cómo estás?
—Estoy bien —respondí, sintiendo una sensación de incomodidad—. ¿Qué pasa? ¿Por qué no respondiste a mis mensajes anoche?
Damián se encogió de hombros de nuevo.
—Lo siento. Estuve ocupado con mis amigos.
Pero yo sabía que algo estaba pasando. Pude verlo en sus ojos, en la forma en que evitaba mirarme.
—¿Qué dicen tus amigos? —pregunté, sintiendo una sensación de curiosidad y ansiedad.
Damián se detuvo y me miró con una expresión seria.
—No es nada importante —dijo—. Solo que... no les gusta que estemos juntos.
Me sentí como si hubiera sido golpeado en el estómago. No podía creer que sus amigos estuvieran interfiriendo en nuestra relación.
—¿Por qué no? —pregunté, sintiendo una sensación de dolor y confusión.
Damián se encogió de hombros de nuevo.
—No lo sé. Solo que no les parece bien.
Me sentí herido y confundido. ¿Qué iba a pasar con nuestra relación? ¿Iba Damián a elegir a sus amigos sobre mí?
—¿Qué vas a hacer? —pregunté, sintiendo una sensación de ansiedad.
Damián me miró con una expresión seria.
—No lo sé —dijo—. Pero necesito pensar en esto.
Me sentí como si estuviera en un abismo, sin saber qué hacer ni qué decir. ¿Iba a perder a Damián por culpa de sus amigos? La incertidumbre me estaba matando.