Silencio

Damián y yo nos quedamos en silencio durante un rato, sin saber qué decir ni qué hacer. La tensión entre nosotros era palpable, y podía sentir que nuestra relación estaba en peligro.

Finalmente, Damián rompió el silencio.

—Lo siento —dijo, mirándome con una expresión de arrepentimiento—. No sé qué hacer. Mis amigos me están presionando para que me aleje de ti.

Me sentí herido y confundido. ¿Por qué sus amigos no podían aceptar nuestra relación?

—¿Qué les pasa? —pregunté, sintiendo una sensación de frustración—. ¿No pueden ver que somos felices juntos?

Damián se encogió de hombros.

—No lo sé. Solo que no les parece bien. Dicen que no soy lo suficientemente "normal" contigo.

Me sentí como si hubiera sido golpeado en el estómago. ¿Qué querían decir con eso? ¿Que nuestra relación no era lo suficientemente "normal"?

—¿Qué significa eso? —pregunté, sintiendo una sensación de dolor y confusión.

Damián se detuvo y me miró con una expresión seria.

—Significa que no entienden nuestra relación. Dicen que es rara, que no es como las demás.

Me sentí herido y enojado. ¿Por qué tenían que juzgar nuestra relación de esa manera?

—No somos raros —dije, sintiendo una sensación de determinación—. Somos diferentes, pero eso no significa que nuestra relación no sea válida.

Damián me miró con una expresión de admiración.

—Lo sé —dijo—. Pero mis amigos no lo entienden. Me están presionando para que me aleje de ti.

Me sentí como si estuviera en un abismo, sin saber qué hacer ni qué decir. ¿Iba a perder a Damián por culpa de sus amigos?

—¿Qué vas a hacer? —pregunté, sintiendo una sensación de ansiedad.

Damián me miró con una expresión seria.

—No lo sé —dijo—. Pero necesito pensar en esto. Necesito decidir qué es lo que quiero de verdad.

Me sentí como si estuviera en una encrucijada, sin saber qué camino tomar. ¿Iba a seguir luchando por nuestra relación, o iba a dejar que la presión de sus amigos nos separara?

Damián y yo nos despedimos sin saber qué pasaría después. Me fui a casa sintiendo una sensación de incertidumbre y dolor. ¿Qué iba a pasar con nuestra relación?

Esa noche, no pude dormir. Me quedé despierto pensando en Damián y en nuestra relación. Me preguntaba si iba a ser lo suficientemente fuerte como para luchar por lo que sentíamos.

Al día siguiente, decidí hablar con mi mejor amigo, Alex. Él siempre había sido un buen oyente y me había ayudado en momentos difíciles.

Le conté todo lo que había pasado con Damián y sus amigos. Alex me escuchó atentamente y luego me dio su opinión.

—No puedes dejar que la presión de los demás te separe de Damián —dijo—. Si realmente lo amas, debes luchar por él.

Me sentí conmovido por sus palabras. Tenía razón. No podía dejar que los demás decidieran por mí.

Decidí hablar con Damián de nuevo y decirle que estaba dispuesto a luchar por nuestra relación. Pero cuando lo llamé, no respondió. Me sentí ansioso y preocupado. ¿Qué estaba pasando?