📖 Capítulo 7 — La Ira del Concilio
La sala de reuniones estaba envuelta en una tensión mortal.
Los miembros del Concilio de la Luz, una coalición de los más poderosos hechiceros, nobles y guerreros del continente, se encontraban reunidos en la sala secreta de su bastión: el Círculo de los Eternos.
La oscuridad del lugar solo era rota por las luces mágicas que flotaban en el aire, iluminando los rostros de los más influyentes líderes.
En el centro de la sala, el Gran Maestre Valthior observaba un mapa antiguo del continente, sus ojos oscuros y calculadores fijos en la región de Duskvarr.
El reciente informe sobre la muerte de Alaric, el Cazador de los Caídos, había dejado al Concilio en un estado de shock. Sin embargo, lo que realmente había sacudido los cimientos de su poder era la alianza entre Caelan de Duskvarr y la Casa Sapharion.
—¿Cómo pudieron dejar que esto sucediera? —La voz de Lady Eveline, una noble poderosa con cabello plateado y ojos dorados, resonó en la sala, llena de indignación.
—El Fragmento del Corazón Primordial en manos de Caelan... y ahora esta casa traidora se une a su causa.
Valthior giró lentamente hacia ella, su rostro impasible.
—Calma, Eveline. —dijo, su tono grave como el trueno—.
—El error no fue de nosotros.
—Fue de Alaric y su arrogancia. Nadie podía haber anticipado que Caelan pudiera alcanzar tal poder.
—Ahora, debemos actuar.
Valthior levantó una mano, y los miembros del Concilio guardaron silencio, atentos.
—Caelan de Duskvarr no es solo un enemigo que debemos erradicar.
—Él representa un resurgir.
—El renacimiento de Duskvarr no es solo una amenaza para nosotros, sino una amenaza para el equilibrio de todo el continente.
—El fuego eterno de la Casa Sapharion ahora arde junto a él.
—Y con el Corazón Primordial, Caelan se ha vuelto una fuerza que desafía incluso nuestras capacidades.
Lady Eveline apretó los puños, pero no interrumpió.
—Necesitamos a alguien que pueda enfrentar a Caelan. —continuó Valthior, su mirada fija en los demás miembros del Concilio—.
—Alguien que sea capaz de derrotarlo y destruir esta alianza antes de que se convierta en una amenaza mayor.
—La magia del vacío ha fallado, pero eso no significa que estemos desarmados.
—El Cazador de las Sombras será enviado.
Un murmullo recorrió la sala.
El Cazador de las Sombras era un ser que solo se mencionaba en susurros. Un asesino legendario, imparable, cuya habilidad para moverse entre las sombras era más allá de cualquier magia conocida.
Se decía que no tenía alma, que solo existía para cazar a aquellos que amenazaban el orden del Concilio.
—¿El Cazador de las Sombras? —preguntó Lord Tyrann, un guerrero temido por su brutalidad—.
—¿No será demasiado... extremo?
Valthior asintió, su mirada fría y calculadora.
—Exactamente.
—Lo que Caelan ha desatado es un peligro que no podemos subestimar. El Cazador de las Sombras no fallará.
—Será la única forma de detenerlos a todos antes de que el caos consuma el continente.
Lady Eveline no pudo evitar mostrar una ligera sonrisa al oír el nombre de la temida Bestia de las Sombras.
—Entonces que lo envíen. —dijo, su voz decidida—.
—Caelan se cree invencible, pero aún no ha conocido a quien realmente lo puede destruir.
Valthior asintió, y levantó la mano una vez más.
—Es hora de actuar.
—El Cazador de las Sombras partirá esta misma noche.
—Y en cuanto a Caelan de Duskvarr y la Casa Sapharion, la caza ha comenzado.
[FIN DEL CAPÍTULO 7]