emyshchion

En un mundo donde cada ser humano nacía con un Guardián Bestial, criatura forjada de la magia de los elementos primordiales —fuego, agua, viento, tierra—, la vida era una danza eterna entre el poder y el destino. Desde su primer aliento, a cada niño se le concedía no solo una bestia, sino también un Dominio: una afinidad mágica que moldearía su camino, ya fuera la invocación de tormentas, la manipulación de las llamas, la comunión con la tierra o el fluir del agua.
La nobleza y la realeza eran castas no solo de sangre, sino de poder. Las Casas más antiguas dominaban elementos raros: hielo, relámpago, sombras, incluso éter espiritual. Ángeles custodiaban antiguos pactos de equilibrio. Demonios susurraban tentaciones en las noches más oscuras. Hadas y espíritus vagaban entre los mortales, invisibles para la mayoría, pero vitales en los hilos del destino.
En este mundo nació —o más bien, renació— Caelan Duskvarr, un alma vieja atrapada en un cuerpo joven, sin memoria clara de su vida anterior, pero con la sensación ardiente de que había dejado asuntos inconclusos. Esta vez, en su nacimiento, su Guardián no fue un lobo de fuego ni un tigre de viento... sino una criatura prohibida: un Dragón de Sombra, un ser que no pertenecía a ningún elemento natural conocido.
Marcado por la sospecha, temido por los sabios, y vigilado por la realeza, Caelan tendría que navegar una vida plagada de secretos, donde su Dominio —aún desconocido y errático— lo conectaba tanto a la luz de los ángeles como a la oscuridad de los demonios.
El equilibrio del mundo se resquebrajaba. Familias nobles caían, reyes morían sin dejar herederos, y bestias salvajes surgían de grietas en la tierra misma. A medida que su poder crecía, Caelan descubriría que su reencarnación no era un accidente. Él era la pieza clave en un juego ancestral entre fuerzas divinas y malditas... y el mundo entero era el tablero.
Para sobrevivir, Caelan tendría que domar su Guardián, desentrañar el misterio de su pasado, formar alianzas improbables con hadas y espíritus, y desafiar a la mismísima nobleza y realeza que pretendían usarlo como un arma o destruirlo.

"El Guardián de las Sombras Primordiales"

# 📖 Capítulo 27 — Ecos en la Ceniza

### 🌘 Fortaleza Filo Carmesí — Noche sin Luna

Han pasado solo tres días desde la misión al Bastión Quebrado. El cristal permanece sellado en una caja rúnica reforzada con obsidiana y fuego espiritual.

Desde que tocó el fragmento, **las pesadillas lo persiguen**. Sueños que no le pertenecen. Recuerdos que no son suyos. Visiones de una era donde humanos, bestias, espíritus y demonios **luchaban juntos… y luego se traicionaron**.

En el más reciente sueño, se ve a sí mismo parado entre ruinas, empuñando **una llama azulada que no quema carne… sino alma.**

Y una voz lo llama por un nombre que jamás ha escuchado:

> —**Kael-Razeth… Heredero del Filo Ardiente.**

### 🔥 Estado físico y mental de Caelan

Sus compañeros empiezan a notarlo:

- **Su cuerpo fluctúa en calor cuando se concentra**, incluso sin usar mana.

- A veces sus ojos brillan con una llama azulada que **no le pertenece.**

- **Tahr'vel**, por primera vez desde que lo eligió, parece nervioso.

—Ese cristal… **no fue forjado para portadores modernos**, Caelan.

—Está resonando contigo porque algo **dormido en ti ha respondido.**

—¿Crees que fui el primero en tener una segunda vida, Fénix?

—¿Y si esto… me está recordando la anterior?

### 💭 Ecos del pasado: Fragmentos

Cada noche, el cristal parece **mostrarle más**. No en palabras, sino en imágenes, visiones, sensaciones:

- **Una guerra ancestral** donde el cielo fue dividido entre ángeles y demonios, y los hombres luchaban por sobrevivir.

- Un escuadrón liderado por él… pero **no como Caelan**, sino como un guerrero de otro nombre, otro tiempo.

- Una traición entre casas nobles antiguas… y una **decisión prohibida**: unir un alma humana con un fragmento de dominio puro.

Y en el centro de todo… **él**. Portador de la llama imposible. Heraldo de algo olvidado a propósito.

Una noche, **Naelrin** —el chico de dominio espiritual— lo confronta:

—Tus sueños… están afectando el ambiente.

—La energía del fragmento vibra cuando duermes.

—Y algo más... en una visión vi tu alma rodeada de fuego, pero con **tres sombras detrás**.

—Otra… **te protege sin que lo sepas.**

—Y la última… espera el momento exacto para **reemplazarte.**

### 🕯️ Final del capítulo — Una elección

Caelan despierta, cubierto en ceniza, tras una nueva visión. Esta vez, ve el trono de fuego… vacío. Y un eco de sí mismo, más antiguo, más cruel, le habla:

> —O **otro lo hará en tu lugar.**

El cristal arde sin ser tocado. Y Tahr'vel dice una sola frase:

—El pasado… **ya no está dormido.**

**FIN DEL CAPÍTULO 27 — Ecos en la Ceniza**

Capítulo 27 — Ecos en la Ceniza.